¿Y preguntan cuál es el problema con hacer campañas que discriminan entre especies y que, por tanto, no defienden los intereses de todos los animales?
29 de octubre de 2013
«!Salvemos a los delfines! !Matemos a los atunes!»
¿Y preguntan cuál es el problema con hacer campañas que discriminan entre especies y que, por tanto, no defienden los intereses de todos los animales?
27 de octubre de 2013
¿Debemos adoptar un enfoque ambientalista?
Este ensayo pretende argumentar que un enfoque ambientalista sobre el problema de la explotación animal no es compatible con una perspectiva vegana. Dispongo de varias razones que apoyan esta postura.
Primero; el enfoque ambientalista se centra en las actividades más contaminantes y perjudiciales para el medio ambiente. Una de estas actividades es la ganadería. Ahora bien, la explotación animal no se reduce a la ganadería y hay muchos usos de animales a los que no se puede objetar un impacto ambiental significativo. ¿Qué perjuicios ambientales tienen, por ejemplo, la tauromaquia, el pastoreo tradicional o la tracción a sangre o la apicultura? El enfoque ambientalista ni siquiera puede abarcar el uso de animales en general, que es el foco del veganismo.
Segundo; aparte de no abarcar todo uso de animales, el enfoque ambientalista ni siquiera dirige sus críticas a la ganadería en general sino específicamente a la ganadería intensiva. La ganadería extensiva que se practicaba en el siglo XIX no dañaba el medio ambiente. Así, hay grupos ambientalistas que proponen reformar la ganadería para disminuir su impacto ecológico. Los ecologistas, y personas preocupadas por el medio ambiente en general, seguirán consumiendo animales mientras sigan considerando a los animales como recursos para los humanos. Mientran mantengan ese prejuicio, su conducta sólo puede dirigirse hacia promover la reforma de la explotación animal para reducir su impacto ambiental.
Tercero; un enfoque ambientalista no cuestiona el prejuicio del especismo y la dominación humana sobre los animales. Así pues, al no tocar siquiera la raíz del problema moral en nuestra relación con los demás animales, ni cuestionar la causa que provoca la explotación de los animales, el enfoque ambientalista sólo sirve para promover la eficiencia ecológica de la explotación animal y sustituir un tipo de uso de animales por otro tipo de uso de animales. Esto está en el extremo opuesto a lo que pretende el veganismo.
Cuarto; una cosa es informar a la gente sobre los efectos medioambientales de aplicar el veganismo a nivel global —aportando datos que aclaren las dudas y respondan a las objeciones que se presenten al respecto cuando difundimos el veganismo. Pero otra cosa muy distinta es pretender promover el veganismo poniendo el foco en el medio ambiente. Son dos perspectivas diferentes. La prímera es lícita, en tanto que forme parte de un contexto en el que explicamos que es éticamente injusto utilizar a los animales. Pero la segunda no lo es porque no fomenta que la gente se cuestione el especismo ni comprenda que la explotación animal es una injusticia en sí misma, y además tiene efectos contraproducentes, como el de promover la reforma ecológica de la explotación animal.
Quinto; veganismo es oponerse el uso de animales por considerarlo una injusticia. Veganismo no es dejar de consumir productos de animales porque contaminan mucho. El argumento del impacto ambiental está centrado en la ganadería industrial y no sirve para rechazar la mayoría de usos de animales y además ignora el valor moral de los animales. Es como proponer que rechacemos los campos de exterminio porque contaminaban mucho, como si los humanos estuvieran en la misma categoría moral que la madera o el carbón, en lugar de explicar que no deberíamos asesinar a seres humanos, independientemente de la contaminación.
Por estas razones podemos juzgar que el enfoque ambientalista es moralmente erróneo, no respeta ni beneficia los intereses de los animales y, por tanto, no deberíamos apoyarlo. Si reconocemos a los animales como seres que poseen un valor moral inherente y como sujetos de derechos entonces el problema medioambiental debe ser afrontado desde una perspectiva ética basada en el principio del veganismo y la filosofía de los Derechos Animales, en la línea de lo que ya propusiera el profesor Tom Regan hace décadas.
25 de octubre de 2013
No es casualidad
23 de octubre de 2013
Ciencia, cientifismo y filosofía
El profesor Carlos Javier Alonso, en su artículo «Panorama histórico del cientificismo», lo define así:
Ahora bien, ¿todo conocimiento válido es ciencia y sólo el conocimiento científico es el único válido? Mi respuesta sería negativa. Y no me haría falta apelar al arte o a cualquier otra manifestación cultural humanística, como erróneamente se suele hacer, para esclarecer el asunto. Pongamos como ejemplo a la lógica: la lógica no es ciencia sino que, al contrario, la ciencia necesita basarse en la lógica.
Del mismo modo, las matemáticas tampoco son ciencia, pero la investigación científica necesita de las matemáticas. Ni la lógica ni las matemáticas son ciencias, no utilizan el método científico ni se refieren a hechos empíricos, sino que tienen su propio ámbito y método de investigación.
Ciencias, en sentido estricto, son la física, la química, la geología o la biología. Es decir, todo aquel conocimiento que haga referencia a entidades empíricamente comprobables y que se puedan cuantificar, calcular y medir.
Según explica el famoso filósofo de la ciencia, Thomas Kuhn, han habido distintos versiones de la ciencia a lo largo de la historia, y el paradigma que ha sostenido cada versión de la ciencia estaba basado en teorías filosóficas [atomismo, escolástica, racionalismo, empirismo]. Se podría decir razonablemente que la ciencia es realmente una rama o derivación de la filosofía, que se dedica al estudio de lo que denominamos naturaleza o mundo natural. O como afirma el pensador Daniel Dennet:
El marco y la actuación que configura la actividad científica está condicionados por el sistema de valores, tal y como lo explica Yuval Noah Harari:
Si uno se fija detenidamente podrá apreciar que el cientifismo necesita hacer una argumentación filosófica —no científica— para poder auto-justificarse. Necesita exponer argumentos filosóficos para intentar convencer de que sólo la ciencia, y nada más que la ciencia, es conocimiento realmente válido. Pero, claro, la explicación que aporta para ello no es científica, sino puramente filosófica. Luego el cientificismo se refuta a sí mismo, al utilizar una forma de conocimiento —la lógica— que no pertenece al método científico, ni se deduce del método científico, para explicarse a sí mismo.
En su obra Breve Historia de la Filosofía, el académico Justus Hartnack, comentando el pensamiento de Hegel, expone de este modo la singularidad de la filosofía:
La ciencia puede explicar, entre otras muchas cosas, cómo se produce el proceso de clonación, y cómo llevarlo a cabo, pero debido a su propia idiosincrasia simplemente no puede decirnos si debemos o no debemos hacerlo, si está bien o mal en sí misma.
La ciencia nada puede decirnos acerca de cuestiones morales.
La ciencia no puede explicar si está bien o está mal el hecho de utilizar a individuos que no hayan dado su consentimiento para experimentar con ellos y provocarles daño, sufrimiento y muerte. La ciencia no puede proporcionar ningún criterio ni juicio normativo acerca de la moralidad de esos hechos. Es la ética —una parte de la filosofía— la que nos permite hacer evaluaciones morales a partir de principios, valores y criterios que distinguen entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal.
Del mismo que criticar el racismo no significa atacar a las razas —ya fuera el concepto o a quienes las componen—, o criticar el antropocentrismo no implica atacar a la humanidad, el hecho de criticar y refutar el cientificismo no tiene relación alguna con atacar a la ciencia, sino solamente con hacer ver que detrás de lo que el cientificista llama ciencia se esconde en realidad una particular visión del mundo que se pretende imponer como única y absoluta utilizando como excusa para ello a a la ciencia y distorsionando su significado.
El filósofo Tzvetan Todorov denuncia que el cientifismo pretende utilizar las conclusiones de la ciencia como si fueran normas morales:
El cientificismo, al igual que muchas doctrinas políticas totalitarias, consiste en eliminar cualquier tipo de reflexión filosófica acerca de los presupuestos que fundamentan la ciencia, convirtiéndose ésta en una especie de escolástica dogmática que ya no puede ser cuestionada y que impone sus criterios arbitrariamente. De nuevo, en palabras de Todorov:
20 de octubre de 2013
Carta desde un mundo vegano
Queridos amigos y compañeros activistas,
En un momento en que la mayoría de organizaciones de derechos animales están activamente promoviendo, recompensando y defendiendo los productos animales y métodos de ganadería "humanitarios", os escribo por tres de los receptores de esa compasión.
Para la industria, ellos son conocidos como las unidades de producción número 6, número 35 y número 67.595. Para el consumidor "compasivo", ellos son conocidos como etiquetas que te hacen sentir bien: "leche orgánica", "ternera rosada", "huevos camperos". Para los defensores del bienestar animal, ellos son conocidos como "alternativas humanitarias". Entre ellos, se conocen como madre, hijo, hermana y amigo. Para ellos mismos, ellos son simplemente lo que tú y yo somos para nosotros mismos: un mundo auto-consciente, auto-contenido, de experiencias subjetivas, sentimientos, miedos, recuerdos -alguien con la certeza absoluta de que su vida merece ser vivida.
#6 es una madre primeriza. Está frenética. Su bebé está ausente. Camina desesperadamente arriba y abajo del corral, mugiendo y llorando, y llamando a su chico perdido, temiendo lo peor, confirmando sus miedos. Ella es una de las miles de hembras indefensas nacidas en un granja orgánica verde típica de lácteos. Ella pasará toda su corta vida lamentando la pérdida de bebé tras bebé. Será ordeñada incansablemente a través de repetidos ciclos de embarazos y desamparo. Su única experiencia de maternidad será la de la peor pérdida para una madre. En el punto álgido de su vida, su cuerpo cederá, su espíritu se romperá, su "producción" de leche declinará, y será enviada a una horrible matanza, junto con otras madres apenadas, derrotadas, y "gastadas" como ella misma.
#35 es un bebé de dos días, su cordón umbilical está todavía unido, su pelaje está todavía viscoso con los fluidos del parto, sus ojos están desenfocados, sus piernas, tambaleantes. Está llorando lleno de pena por su madre. Nadie responde. Él vivirá toda su corta vida como huérfano, su única experiencia de amor materno será aquel que ansía, su única experiencia de conexión emocional, una de ausencia. Pronto, el recuerdo de su madre, su cara, su voz, su olor, se perderá, pero el anhelo irreprimible y doloroso por su calor todavía seguirá ahí.
A los cuatro meses de edad, él y otros huérfanos como él serán encerrados en camiones y transportados a la matanza. Según será arrastrado a la planta de matanza, todavía estará buscando a su madre, necesitando todavía desesperadamente su presencia protectora, especialmente en el oscuro momento en que estará aterrado y necesitándola más que nunca en medio de las terribles visiones, y sonidos, y olores de la muerte alrededor suyo y, en su desperación, en su deseo por una pizca de consolación y protección, él, como muchos terneros bebés, tratará de chupar los dedos de sus matarifes.
#67.595 es una de las 80.000 aves en un centro de huevos "camperos" dirigido por una familia. Nunca ha visto el sol ni sentido la hierba bajo sus pies, nunca ha conocido a su madre. Sus ojos le queman por la picazón de los vapores de amoniaco, su cuerpo sin plumas está cubierto con heridas y abrasiones, sus huesos son quebradizos por el constante drenaje de la producción de huevos, su pico cortado está palpitando por el dolor. Está exhausta, agotada y vencida. Tras toda una vida de privación social, psicológica, emocional y física, ella le hace frente picoteando neuróticamente a objetivos inexistentes durante horas.
Tiene dos años y su vida se ha acabado. Su producción de huevos ha descendido, y será eliminada por los medios más baratos posibles -será gaseada junto con las otras 80.000 aves de su comunidad -. Esto requerirá tres días completos de trabajo para finalizar la tarea. Durante dos largos días, oirá los sonidos y respirará los olores de sus hermanas siendo matadas en cámaras de gas fuera de su nave. El tercer día será su turno.
Ella será agarrada por las piernas y llevada fuera por primera vez en su vida y, como cada una de las 80.000 gallinas "gastadas", como cada una de las 50 mil millones de víctimas anuales de nuestro apetito, ella luchará por seguir viviendo, y no aceptará ninguna explicación ni justificación por ser robada de su patética y única vida.
Estos son los "beneficiados" de las "prácticas humanitarias de ganadería" que nosotros, los defensores de los animales, estamos desarrollando, promoviendo y recompensando públicamente al animar a los consumidores "compasivos" a comprar los productos de los que sabemos que no son más que miseria. Prácticas "humanitarias" que, si cualquiera de nosotros fuese forzado a padecer, ninguno experimentaría como "humanitario".
¿Por qué somos tan pocos contando la verdad? ¿Por qué estamos describiendo los productos "extensivos" como "humanitarios" cuando sabemos el horror que tales prácticas infligen en sus víctimas? ¿Por qué estamos mintiendo a la sociedad, y a nosotros mismos, sabiendo que la ganadería "compasiva" no es más que un mito, un esquema de márketing, una etiqueta engañosa? ¿Por qué tantos de nosotros ofrecemos las vidas de los animales animando al consumo de su carne, huevos y leche, cuando nuestro único deber es luchar por sus vidas como si fuesen las nuestras? ¿Por qué estamos promoviendo la práctica de consumir animales cuando sabemos que es brutal, inexcusable, inconsciente y completamente innecesaria? ¿Por qué estamos recompensando a los consumidores por demandar más de lo mismo por lo que estamos luchando por eliminar? ¿Por qué estamos reforzando y recompensando las suposiciones especistas arraigadas de este mundo, cuando nuestro trabajo, nuestro único trabajo, como educadores veganos y activistas, es cuestionar y cambiar esas suposiciones ofreciendo un nuevo modelo de pensamiento sobre los animales no-humanos, un nuevo modelo de interactuar con ellos, una nueva práctica de vivir, un nuevo modo de ser en el mundo?
Muchos de nosotros justificamos nuestro apoyo a los productos animales "humanitarios" y nuestra búsqueda de reformas bienestaristas diciendo que el mundo no está listo para el cambio, que puede que nunca se haga vegano, que lo más que podemos esperar alcanzar en este tiempo intermedio es reducir el sufrimiento de los animales que hoy son condenados. Pero esto no es verdad. Esto no es un hecho. Es un miedo - un miedo a la acción, un fallo de voluntad, una actitud derrotista y, finalmente, una profecía que se auto-satisface.
La verdad es, que el mundo puede cambiar. De hecho, el mundo ha cambiado muchas veces en el pasado, y ha cambiado de modos que parecían imposibles en aquellos momentos. La verdad es, que el mundo cambiará, pero sólo si trabajamos por crear ese cambio. Permanecerá siendo el mismo si nosotros, los auto-proclamados agentes del cambio, animamos a que siga igual.
Cambiará si todos nosotros decimos la completa verdad de que no hay tal cosa como ganadería compasiva, o utilización de animales nohumanos de cualquier tipo, la verdad es que la única alternativa humanitaria es vivir de forma vegana; la verdad es que la explotación de animales nohumanos en cualquier escala es un desastre ético; la verdad es que los demás animales son personas como tú y yo que resulta que no son humanos y que tienen el mismo derecho inherente a la vida y libertad que tú y que yo. La verdad es que vivir vegano no es un "estilo de vida", sino un imperativo moral.
Podemos hacerlo mejor. De hecho, tenemos una obligación de hacerlo mejor.
Os invito a que veáis por vosotros mismos cuánto se puede conseguir cuando un pequeño grupo de activistas dedicados ofrecen todo su tiempo y recursos a la educación vegana que es consistente, y no socava, nuestra meta última - la Liberación Animal - y cuando el mensaje Hazte Vegano es central en cada una de nuestras comunicaciones, desde recursos en internet, al material impreso, anuncios, protestas, vallas publicitarias, eventos de concienciación, hasta en la exploración en profundidad de la personalidad de los animales nohumanos detalladas en los retratos individuales publicados en el blog de Peaceful Prairie.
Con un presupuesto reducido, con un núcleo de educadores veganos formado totalmente por voluntarios que están determinados a contar toda la verdad sobre la carne, los lácteos y la producción de huevos; una pequeña organización de base como Peaceful Prairie ha construido algo que las grandes y adineradas organizaciones no sólo han fallado en sacar adelante, sino que han minado consistentemente a lo largo de años de activismo anti-vegano: un vibrante mundo vegano creciendo en medio de un mundo no-vegano, un lugar donde los animales nohumanos son considerados y representados como las personas que justamente son. Un lugar donde los humanos defienden incansablemente nada menos que la total liberación, un estado libre en el corazón de un mundo subyugado por los humanos, un lugar donde los principios de la abolición son aplicados en palabra, pensamiento y hecho. Un enclave vegano cuya misma presencia ya ha cambiado la geografía física, política, psicológica y espiritual del mundo.
Os invito a que lo experimentéis por vosotros mismos. Uníos a nosotros en nuestra lucha por extender su alcance. Ayudadnos a hacer que no tenga fronteras.
Joanna Lucas,
Peaceful Prairie
Texto original: http://www.peacefulprairie.org/letter.html
17 de octubre de 2013
Animalistas fomentando la explotación de animales (I)
El problema de fondo es seguir viendo a los demás animales como recursos que existen para beneficiarnos a nosotros. Ése es el problema principal. Todo lo demás son consecuencias de ese prejuicio.
Los musulmanes que viven en España deben adaptar sus costumbres religiosas a la ley de protección animal.
— Luis V. Moreno (@LuisVMoreno) octubre 16, 2013
12 de octubre de 2013
Especismo: el folleto original
Richard D. Ryder
2010
- Fabiola Leyton Donoso; Ética Medio Ambiental: una revisión de la Ética Antropocéntrica [2008]
Fabiola Leyton Donoso; «Los animales en la bioética. Tensión en las fronteras del antropocentrismo» [2019]