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GRANJAS DE ESCLAVOS |
Una de las acciones más difundidas dentro del activismo favor de los animales ha sido su liberación directa de las jaulas y centros de internamiento en donde estaban confinados. En esta nota me gustaría comentar algunos aspectos morales y empíricos en los que se basan la justificación de dichas acciones.
Antes de nada me gustaría dejar claro que no me parece siquiera oportuno el hecho de considerar que estas acciones sean ilegales. La existencia de una cierta ley no es un argumento a favor de la moralidad de dicha ley. Las leyes deben supeditarse a la moral, y no al contrario.
Antes de nada me gustaría dejar claro que no me parece siquiera oportuno el hecho de considerar que estas acciones sean ilegales. La existencia de una cierta ley no es un argumento a favor de la moralidad de dicha ley. Las leyes deben supeditarse a la moral, y no al contrario.
A la hora de entrar a valorar la pertinencia de la liberaciones de animales que sufren la explotación animal, lo primero que se debería tratar es precisamente de la liberación de cualquier animal y no de una especie en concreto.
Por ejemplo, alguien que se centrara exclusivamente en justificar la liberación de visones estaría cayendo en el error de reforzar el especismo —aunque se denomine como 'antiespecista'— precisamente porque ni siquiera menciona para nada a otros animales que también padecen la esclavitud, ni deja claro la naturaleza del problema en general. Los visones no tienen más derecho, ni menos, que otros animales a estar libres de la esclavitud y la explotación.
Voy a exponer una analogía que creo puede ayudar a comprender por qué liberar animales no está siempre justificado de por sí.
Imaginemos que algunos individuos llevan a cabo la iniciativa de liberar a leones encerrados en las jaulas de un circo, o de un zoo, y dejarlos completamente libres sin supervisión alguna.
Teniendo en cuenta que tanto visones como leones son carnívoros depredadores la diferencia en realidad es sólo de tamaño —del tamaño de los animales que son sus presas.
Sabiendo que es muy probable que en ambos casos ataquen y maten a otros individuos; quien los ha liberado es directamente responsable de la muerte de esos individuos.
La especie no es relevante para este argumento, porque el caso vale igualmente si la liberación fuera de individuos humanos que por algún motivo se comportaran con agresividad con tendencia de dañar y matar a otros individuos.
Si pensamos que, dentro del contexto humano, está bien liberar visones a su libre albedrío pero no lo está el hacer lo mismo con otros animales carnívoros depredadores como tigres o leones entonces estaríamos cayendo en una discriminación especista.
Desde una perspectiva moral de Derechos Animales nadie se opone a la liberación de los visones u otros animales, en sí misma, siempre que esto no implique violar los derechos fundamentales de otras personas —humanas y no humanas. Las liberaciones se pueden acometer de una manera responsable, sin violar los derechos básicos de otros individuos, e incluso de forma educativa.
Otro tema aparte es si estas liberaciones sirven para lograr que los visones, o los animales en general, dejen de ser explotados por el hombre. No hay evidencias de que sea así y, de hecho, la esclavitud animal ha crecido cada año en número de víctimas por todo el mundo.
El número de animales salvados mediante rescates durante los últimos 50 años no llega ni siquiera al número de animales asesinados en los mataderos durante las últimas 24 horas; por no mencionar a todos los que son criados y esclavizados, cuyo numero sería de varios billones.
Mientras la sociedad humana siga siendo especista y considere legítimo el uso de otros animales, entonces el problema estará siempre muy lejos de solucionarse si no cambiamos esta mentalidad que es la causa de la opresión contra los animales.
Quien desee la total liberación de los animales debería tratar de trabajar de una manera educativa para que los animales dejen de ser explotados por los seres humanos. Debemos evolucionar el paradigma moral de nuestra sociedad, a través del activismo educacional, hacia valores de igualdad, respeto y no-violencia, sin discriminación injusta por motivos de raza, sexo o especie.
Si alguien desea realmente liberar a los demás animales de nuestra violencia, considero que la opción correcta y realmente útil para lograrlo es el veganismo.
Aunque estos cálculos son díficiles de precisar, se dice que un vegano evita cada año que aproximadamente 95 animales sean agredidos y traídos al mundo para consumo humano —hay otros cálculos que amplían el número a entre 371 y 582 animales pero aquí usaremos la menor cifra estimada.
Supongamos que hubiera un millón de veganos en el mundo —aunque en realidad hay muchos más— por lo tanto en un año se salvarían, al menos, 95 millones de animales de ser agredidos y traídos al mundo para beneficio humano.
Si toda la sociedad se hiciera vegana entonces el número de animales que salvaríamos, que evitaríamos fueran explotados, sería de miles de millones.
El veganismo es la liberación animal más grande de toda la historia y la única base para lograr una liberación total.