12 de enero de 2013

La asignatura pendiente


En el siguiente vídeo podemos ver algunas reflexiones del científico Richard Dawkins acerca de la relación entre ciencia y moral. Sobre este mismo punto en concreto ya publiqué una nota acerca de las ideas de Sam Harris. Ahora, me parece que puede ser interesante que escuchemos lo que Dawkins tiene que decir al respecto.



Estos son algunos puntos que entresaco del discurso de Dawkins:

1. La ciencia no puede establecer por sí misma valores morales. La ciencia trata sobre cómo es el mundo, sobre cómo funciona. Pero de lo que es no se puede derivar directamente lo que se debe hacer.

2. La ciencia sí puede ayudar a la ética a establecer valores morales de acuerdo con los propios criterios racionales de ambas disciplinas: la lógica y los hechos.

3. La ciencia nos muestra que todos los animales tenemos un mismo pasado evolutivo, y que tenemos características similares, como es por ejemplo la capacidad de sentir. Por tanto, es irracional hacer separaciones radicales entre los animales, tal y como hace aquella mentalidad que Dawkins denomina "absolutista", aunque en realidad sería más apropiado denominarla como especista.

4. Detrás de la ciencia existen ideas filosóficas que son las que condicionan su objeto y forma de estudio. Creo que esta última idea la explica en detalle el filósofo de la ciencia, Mario Bunge.

Dawkins habla también acerca del utilitarismo, una teoría con la que claramente simpatiza en la versión específica promovida por el filósofo Peter Singer. La idea de que es moralmente bueno sacrificar las vidas de unos pocos individuos si resulta útil para favorecer el bienestar de otros muchos no sería genuinamente especista sino de raíz utilitarista.

Otro gran científico, el físico Richard Feynman, promovió una iniciativa en la que proponía que resumiéramos el núcleo más importante del conocimiento científico en una sola frase. En las respuestas que aparecieron al respecto resulta destacable apreciar que muchas de ellas hicieran apología manifiesta del antropocentrismo:

"Cójanse de las manos, mírense a los ojos y hablen recordando nuestra historia evolutiva y la importancia de nuestra especie." ~ Marc Hauser 

"Por eso, el objetivo de los esfuerzos medioambientales no es tanto salvar el planeta -que de todas formas sobrevivirá y creará nuevas combinaciones de átomos- como asegurar la prosperidad de nuestra propia especie." ~ Carl Folke 

A menudo, la manera de entender un sistema complejo es entendiendo sus componentes, pero probablemente no es así en el caso de los sistemas complejos más interesantes: nosotros." ~ Robert Sapolsky

Pareciera que en lugar de pedirles una frase para resumir lo más esencial e importante del conocimiento científico les hubieran reclamado una sentencia que resumiera el corazón del antropocentrismo. Y es que a menudo da la impresión de que la mayor parte del tiempo los humanos nos dedicáramos a mirarnos embobados el ombligo y estudiáramos todas las demás cosas solamente porque estuvieran relacionadas con nosotros mismos.

Me pregunto entonces: ¿cómo podemos superar este antropocentrismo? Pienso que podemos conseguirlo de la misma manera que hemos superado la magia, la brujería y el chamanismo. Aplicando la razón. Partiendo de la lógica y de los hechos empíricos de los que tenemos conocimiento.

Una forma de pensar racional es la que nos proporciona lo que entendemos por ciencia. Construir teorías basadas en la evidencia empírica, y en aplicar los principios de la lógica, son los que fundamentan la investigación y el conocimiento científico.

Hasta el siglo XVIII la ciencia era denominada 'filosofía natural', es decir, una parte de la filosofía que estudia la naturaleza en sus procesos, en cómo funciona. Y no fue hasta el siglo XIX que decidió marchar por su cuenta. Como también le ocurrió a otras tantas disciplinas: lógica, psicología, sociología,... 

Ahora llamamos filosofía por un lado a nuestra visión del mundo y a la reflexión general sobre los fundamentos de esa visión, y, por el otro, a la reflexión particular sobre cada uno de los aspectos concretos de la vida o sobre nuestras diferentes sectores de conocimiento.

Si una forma de pensar racional nos ha proporcionado la ciencia moderna, del mismo modo, también puede proporcionarnos la ética. Aunque para esto sería necesario previamente superar el antropocentrismo.

Si hemos superado el prejuicio humanocentrista en cosmología [no somos el centro del universo] y en biología [no somos el centro de la naturaleza] tampoco hay ninguna razón que justifique mantener ese mismo antropocentrismo en el contexto moral y suponer que exclusivamente los humanos merecen consideración moral o que los humanos estamos legitimados en someter a otros individuos si no están clasificados dentro de la especie humana. 


Algunos científicos y divulgadores de la ciencia y el pensamiento racional como es el caso de Carl Sagan ya mostraron preocupación por este tema.

Si el escepticismo racional es una parte fundamental de esa visión del mundo basada en la razón ilustrada, y la postura racional defiende el principio lógico de la continuidad de la existencia, entonces no puede haber ámbitos de la vida que estén radicalmente separados. Ya se trate de ciencia, ideología, economía, (o cualquier otra actividad) no es racional defender que sólo en algunas áreas es pertinente aplicar la razón. Deberíamos esforzarnos por hacer lo mismo en todos los ámbitos de la vida.

Es por esto que entiendo que la razón debería ser aplicada por igual también en el terreno de la ética. Y por eso estoy plenamente de acuerdo en el hecho de denunciar que las discriminaciones morales entre seres humanos basadas en sexos, razas, o naciones, es algo contrario a la razón

La consideración moral no tiene relación alguna con la pertenencia a determinada raza, sexo o nación. Sino que tiene que ver con el hecho de que somos individuos conscientes y con intereses propios que deseamos que se nos respete.

Sin embargo, también estoy convencido que es una tarea pendiente, no sólo del movimiento escéptico en particular sino de la sociedad en general, el reconocer que, al igual que el racismo o el sexismo, también el especismo es una discriminación injusta. El antropocentrismo moral —creer que sólo los seres humanos merecen igual consideración moral y derechos— es una ideología radicalmente irracional e incluso más dañina que todos los demás prejuicios juntos. 

Creo que este último punto merece, al menos, una más que profunda reflexión por cualquier persona que se considere racional y que todavía no comprenda su gravedad o importancia. Lo cual reconozco que en principio es difícil de por sí, sobre todo por el contexto social en el que vivimos, en donde es una idea corriente, y asumida por casi todos, la de que sólo los humanos merecemos igual respeto y que estamos por encima de los demás animales, con derecho a utilizarlos para nuestros fines.

El especismo se basa en esa misma dicotomía en la que se basa el racismo o el nacionalismo, la dicotomía del nosotros [los humanos] por encima de ellos [los demás animales].

La preminencia de esta mentalidad provoca que causemos miles de millones de víctimas cada año. Sin que haya tampoco ningún argumento racionalmente basado en la necesidad o la utilidad que lo pueda justificar. 

No sabemos si estamos solos en el universo. Si hay otros planetas que alberguen formas de vida y seres conscientes. De lo que no hay ninguna duda es de que no estamos solos en este planeta. Habitamos este mundo junto con otros animales que poseen la capacidad de sentir, que tienen su propia voluntad e intereses. 

¿Por qué nuestros intereses deben estar por encima de los de otros animales, solamente porque no sean humanos? Cualquier argumento que se pretenda alegar servirá igualmente para justificar hacer lo mismo con otros humanos.

Es necesario abandonar la irracionalidad y adoptar un radical cambio de perspectiva, y fundamentar nuestra ética en la razón, es decir, en las evidencias y la lógica. Así probablemente tendremos el éxito que ha tenido la ciencia y conseguiremos un conocimiento claro sobre cómo debemos comportarnos, de acuerdo con la razón.

8 comentarios:

  1. Al comienzo afirmas "... de lo que es no se puede derivar directamente lo que se debe hacer" y luego mencionas que la ética debería basarse en la evidencia y la lógica. ¿Cuál es, en tu posición, la fuente de la normatividad?

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    1. Bueno, con la primera frase me refiero a que a partir de los hechos de la existencia misma no se pueden derivar normas morales. Cuando digo "es" me refiero a la existencia empírica. No hay hechos que por sí mismos puedan fundamentar una ética objetiva. ¿Por qué unos hechos - por sí mismos - deben servir de referencia obligada a nuestra conducta? ¿Por qué esos y no otros? Ésa es la cuestión que ha centrado todos los intentos filosóficos de fundamentar la ética, y que, hasta el momento, parece no haber encontrado una respuesta racionalmente satisfactoria. Aunque algunos pensadores morales como Kant o Alan Gewirth se han acercado bastante, a mi modo de ver, pero sin conseguir llegar a resolver por completo el punto esencial del problema.

      Cuando digo que la ética debería basarse (racionalmente) en la evidencia y la lógica; por evidencia me refiero a que una ética racional no puede partir o contener meros deseos, imaginaciones, fantasías o suposiciones; sino que debe referirse siempre a hechos probados, constatados, verificables o deducibles mediante la experiencia empírica o el razonamiento lógico. Evidencias. Igual que la ciencia racional. Pues la postura racional se basa en reconocer que existen hechos, leyes o constantes que son objetivas y universales y que no dependen de nuestros gustos o nuestra conveniencia, sino que son evidentes por sí mismos para todos o que pueden demostrarse de manera objetiva.

      Y cuando digo lógica quiero decir que la fundamentación de la ética debe basarse en la lógica, en los principios básicos de la lógica. Mi postura se basa en el principio de que la lógica es el fundamento de la moral. Y que una moral correcta consiste en aplicar la lógica a nuestra conducta. Esta idea empecé a exponerla en la siguiente entrada [es recomendable leer también los comentarios subsiguientes a la propia entrada]:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2012/03/logica.html


      Tu pregunta me parece muy legítima, pues es verdad que algunas afirmaciones que hago no las argumento apropiadamente. Por eso, estoy preparando una serie de notas en donde explicar y desarrollar mi propuesta de una fundamentación racional de la ética. Y es mi intención el publicarlas en muy próximas fechas.

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    2. Muy interesante Luis. Comparto plenamente contigo todo lo que has expuesto. Pero me queda una duda: ¿Cómo debemos actuar en los casos en los que no existen esas evidencias que mencionas? Hoy en día conocemos la existencia del sistema nervioso y sabemos que es la fuente de la sintiencia, pero ¿qué ocurriría si desconocieramos que todos los animales tenemos capacidad de sentir o si no fuéramos capaces de probarlo y fuera una mera suposición? ¿sería entonces moralmente aceptable la explotación humana sobre el resto de animales?

      Es curioso que los veganos y los defensores de los derechos animales parezcamos estar siempre justificándonos ante quienes no lo son, cuando en realidad entiendo que debería ser al revés. Quizá la respuesta a lo que planteo venga por ahí.

      Un saludo.

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    3. Gracias, Igor.

      A la luz de las últimas investigaciones en neurociencia - que siempre están avanzando y actualizándose - yo considero que todos los animales con sistema nervioso, independientemente de su complejidad, debería ser considerados como plenamente sintientes. (En esto coincido con Gary Francione y, sobre todo, con Joan Dunayer. Y rechazo las posturas de Peter Singer y Tom Regan al respecto.) Porque mientras haya sistema nervioso activo hay claramente posibilidad de sintiencia, de actividad consciente. Tal y como han argumentado en concreto el biólogo Donald Griffin y el neurofisiólogo Rodolfo Llinás. Ahora bien, si no hay sistema nervioso (o el sistema nervioso está inerte) entonces no hay nada que apunte a la existencia de capacidad para sentir.

      Si lo que me planteas es un escenario hipotético en donde no tuviéramos el conocimiento científico actual entonces lo único que puedo decir es que desde la Antigüedad se ha tenido constancia de que los humanos no eran los únicos seres que pueden sentir, sufrir y tener voluntad propia. Hasta donde yo sé, la delirante propuesta de Descartes (que los seres humanos son los únicos seres que pueden sentir) es algo completamente novedoso en la historia del conocimiento. ¿Cómo lo hicieron los antiguos para deducir que otros animales sentían? Pues claramente se debieron basar en las semejanzas anatómicas y de conducta. El mismo procedimiento que usamos para constatar que otros humanos sienten. Ya que hay que tener en cuenta que la única auto-evidencia irrefutable que tenemos es que nosotros - cada uno de nosotros como individuos - sentimos. La sintiencia es un fenómeno subjetivo. Sólo puedo sentir lo que yo siento, no lo que siente otra persona. La telepatía no existe. Para inferir que otros individuos sienten tenemos que deducirlo de su conducta.

      Por supuesto, aunque no supiéramos que otros animales sienten, el hecho de explotarles seguiría estando igual de mal. Somos agentes morales y estamos vulnerando la ética. Aunque no seamos conscientes de ello, lo que hacemos está mal. Pero está claro que si nos hubieran educado en el cartesianismo, podríamos explotar a otros animales sin tener apenas noción de que hubiera algo malo en nuestros actos. Yo creo que aquí está la diferencia moral entre el crimen y el error. Estrictamente hablando sólo sería un crimen aquella grave inmoralidad cometida deliberadamente y con consciencia. En cambio, el error es aquella conducta cuyo agente no tiene noción moral acerca de lo incorrecto de sus actos. Aunque sabe plenamente lo que está haciendo, no sabe que lo que hace está mal. Yo, al igual que otros muchos veganos, he vivido casi toda mi vida sin tener jamás el pensamiento de que comer a otros animales y explotarles en general, estuviera mal. Aunque esta diferencia entre el crimen y el error se refiere exclusivamente a la intencionalidad del sujeto, pero en ningún caso justificaría o exoneraría nuestros actos.

      En todo caso, no me parece que la falta de conocimiento científico explique o justifique por qué los humanos hemos explotado a otros animales. Existen testimonios muy antiguos sobre la sintiencia no humana. Y he conocido personas que sin saber apenas nada de ciencia no tienen reparos en reconocer que los demás animales sienten y sufren. Aunque tal vez puedo comprender, hasta cierto punto, que otros animales cuya fisionomía y conducta es muy diferente a la nuestra no haya sugerido la misma impresión de que sienten. Obviamente este defecto ya no es admisible, y es nuestra responsabilidad como activistas comunicarlo a toda la sociedad. Ya no valdrá por más tiempo la excusa de de decir que no lo sabíamos.

      Un saludo.

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  2. Buena respuesta.

    Como mencioné en el último párrafo, si la sintiencia en otros animales no fuera una evidencia, al memos sí que existiría una mínima sospecha, como dices. Y siendo así, entiendo que deberían igualmente ser aquellos que quisieran perpetuar la explotación sobre el resto de animales quienes probaran su incapacidad para sentir. Quizá una de las cosas más prácticas que los veganos podemos hacer es preguntar a los no veganos: "Demuéstrame que lo que haces es ético".

    Con relación a eso, hay una pequeña experiencia personal que quisiera compartir,a modo anecdótico. Hace tiempo escribí una extensa carta al alcalde de mi localidad con el único proposito de darle a conocer conceptos como el veganismo, el especismo y la lucha por los derechos animales. Teoricamente, se trata de una persona comprometida con otras nobles causas como la lucha contra la xenofobia y o el sexismo y le animaba a que extendiera esa consideración moral más allá de la artificial barrera de la especie, al mismo tiempo que traté de poner en duda la ética de algunos actos y espectáculos que el propio ayuntamiento organizaba. Su respuesta -por otra parte agradecida- fue un cúmulo de documentos legales que demostraban que todos aquellos actos estaban amparados por la ley. Mi siguiente carta fue mucho más breve. Le agradecí su tiempo y dedicación, pero le dije que no buscaba una acreditación legal, sino moral. Hasta hoy no he obtenido respuesta.

    Bueno, es una tontería pero me apetecía compartirla con la gente.

    Un saludo.

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    1. Gracias de nuevo, Igor.

      Hay un principio elemental en el pensamiento racional que dice que quien afirma una proposición es quien tiene la responsabilidad de demostrar que es cierta. Se llama la carga de la prueba. Luego si nosotros afirmamos que los demás animales sienten, somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de demostrarlo. Los argumentos al respecto nos son ya conocidos. Ahora bien, quien quiera arbitrariamente rechazar estos argumentos, por coherencia tendrá que rechazar igualmente que los demás humanos sienten. Porque los argumentos son los mismos. Y no sólo eso, sino que tendrá que aceptar que al no poder demostrar con total certeza ante nosotros que él mismo siente entonces estaría justificando que le tratemos como si no sintiera, como si fuera un mero objeto.

      Por otro lado, nadie puede demostrar racionalmente que la explotación de animales sintientes sea una actividad éticamente correcta. Porque al hacerlo, sus argumentos (inteligencia, beneficio, placer, tradición,...) servirían del mismo modo para justificar hacer lo mismo con quien trata de justificarlo. Nunca puede ser racional que alguien actúe deliberadamente para favorecer su propia destrucción en beneficio de otros. Además de que no se atendría a los principios básicos de la lógica. Es la lógica la que demuestra que la explotación es contraria a la razón misma.

      Lo que hacemos con los demás animales (discriminarles por no ser humanos, explotarles) no se basa ni se sostiene en argumentos ni razones sino que tiene exclusivamente su origen ancestral en conseguir un beneficio propio (o de nuestro grupo) a costa de utilizar y agredir a otros individuos diferentes. Por ello, no me extraña que obtuvieras esa respuesta por parte del citado alcalde. Es posible que ni siquiera consiguiera comprender en ese momento lo que le estabas diciendo. Ni la razón ni la sensibilidad han llegado todavía siquiera a tocar el prejuicio especista de muchísima gente. Pero no es una cuestión de falta de empatía o de inteligencia, sino de falta de información y concienciación.

      En todo caso, creo que aquello que hiciste no fue una tontería en absoluto. Creo que hiciste muy bien en intentar concienciar a dicha persona. No te desanimes por obtener a veces silencios o respuestas negativas. Tenemos que aceptar que ese tipo de incomprensiones son necesariamente inevitables. El especismo es un prejuicio profundamente arraigado que la mayoría jamás se ha cuestionado aún. Es entendible que reaccionen de cierta manera. La cuestión de fondo es que esos prejuicios pueden ser erradicados con el tiempo a través de la educación. Pero necesitamos mucha paciencia y constancia. Así lo han atestiguado numerosos activistas en el pasado, como sería el caso de Frederick Douglass, Mohamas Gandhi o Martin Luther King. El camino hacia la liberación es largo y, en ocasiones, difícil. Pero - al igual que todos los caminos - conduce a un lugar; por lo que mientras sigamos caminando no estaremos caminando en balde. Lo importante es saber que estamos en la senda correcta.

      Te mando un saludo.

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    2. Hola de nuevo Luis.

      No considero una tontería haber escrito aquella carta, ni mucho. Con tontería me referia al hecho de mencionar aquella experiencia. Tampoco me desanima el no haber obtenido respuesta, lo dije más bien como un hecho significativo. Me refiero a pedirle a alguien una "acreditación" moral y no obtener respuesta por su parte. El ayuntamiento no va a dejar de hacer u organizar ciertas actividades que la gente pide (“Los gobiernos se mueven detrás del pueblo” ALEXIS DE TOCQUEVILLE) y siendo así tampoco va a decirme: "sí, es verdad, estas actividades no son éticas, pero vamos a seguir haciéndolas". Así que el no responderme es una actitud de lo más esperada.

      Me queda una última cuestión en relación a lo que has mencionado. Dices que los veganos afirmamos que el resto de animales sienten y que por tanto tenemos la responsabilidad de demostrarlo. No termino de tener esto del todo claro. Por de pronto, nosotros afirmamos que el resto de animales sienten igual que otra gente afirma lo contrario. ¿Esas personas no tienen "la carga de la prueba"? Yo creo que de hecho la tienen, y en mayor grado -si es que eso es posible-. Nosotros nos movemos bajo la afirmación de que el resto de animales también sienten convirtiéndolo en un principio moral que rige nuestra vidas. Pero, sea como fuere, nuestra forma de vida y nuestras afirmaciones no parecen tener consecuencias sobre otros. Quiero decir que, aún en el imaginario caso de que estuviéramos equivocados, nuestro error no reportaría ninguna consecuencia negativa sobre nadie. Considero que la verdadera responsabilidad (o al menos la responsabilidad mayor) recae sobre quienes afirman cosas que sí tienen consecuencias sobre otros (como la privación de libertad y la propia vida en este caso).

      Imaginemos 3 sujetos: A, B y C. A y B se plantean pegar a C. A decide no hacerlo porque considera que C sentirá dolor y B decide hacerlo por creer lo contrario. En una situación así, yo creo que la verdadera carga de la prueba que tú mencionas recae sobre B, no sobre A, porque esté o no equivocado A, su decisión no entraña ninguna consecuencia, al contrario que en B.

      Bueno, ahí lo dejo.

      Un saludo.

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    3. Bien, está claro que la política y el orden jurídico en general son meramente un reflejo de la sociedad de la cual provienen. Los políticos actúan de forma similar a los empresarios: ambos dependen de quienes les votan o les financian. Por eso, siempre he tenido claro que primero hay que influir en la sociedad - en los individuos que la constituyen - antes de conseguir un cambio real en las leyes, y que éstas sean correctas y efectivas.

      En relación al otro tema, por supuesto que quienes afirman que los demás animales no sienten tienen que demostrar lo que afirman. Tienen que explicar lo que entienden por sentir, y por qué supuestamente sólo los humanos sienten y los otros animales no lo hacen. Descartes y Peter Carruthers son dos ejemplos paradigmáticos de este último caso. Y también dos ejemplos de argumentación absurda y fácilmente refutable, y sostenida siempre por sofistas que pretenden únicamente justificar sus prejuicios y posición de privilegio. De hecho, no tengo constancia de nadie en la comunidad científica que niegue seriamente que los demás animales pueden sentir, en el sentido pleno del término. La reciente Declaración de Cambridge no ha hecho más que repetir una evidencia que todos ya sabíamos. Negar la sintiencia en los otros animales es tan anti-científico como negar la evolución biológica.

      De todos modos, me gustaría señalar que el hecho de reconocer la sintiencia no sería en sí mismo un principio moral. Es simplemente un hecho. El principio moral sería el de respetar la sintiencia. Esto es, respetar a los seres sintientes como personas: no tratarles como objetos, como meros medios para nuestros fines. Este principio no se deriva de los hechos mismos, sino de la lógica, en concreto del principio de identidad. No se puede derivar racionalmente ninguna ética directamente de los hechos de la naturaleza. La ética procede de la aplicación de la lógica a nuestra conducta. Es la lógica la que nos dice qué hechos son moralmente relevantes y cómo deben ser considerados.

      Respecto del ejemplo que pones, yo diría que la razón para no pegar a C es que no debemos tratar a ninguna persona como un simple medio para satisfacer nuestros deseos. Aunque C no sintiera dolor, seguiría estando igual de mal agredirle. Es decir, la valoración acerca de moralidad de una acción no depende sólo de si provoca daños en otra persona sino también de si vulnera su propia condición de persona. Aunque no causemos sufrimiento, daño o muerte en otras personas, si las usamos como meros instrumentos para nuestro beneficio - si las utilizamos sin su consentimiento - estamos claramente faltándoles al respeto. Esto es lo que se conoce como cosificación: cuando ya no consideramos y tratamos a otras personas como sujetos que poseen su propia voluntad e intereses sino que les usamos meramente como cosas de las que podemos sacar algún provecho o beneficio.

      Un saludo, Igor.

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