26 de enero de 2012

Nuestro error fundamental


«Casi todo lo que pensamos acerca de cómo tratamos a los animales está mal, y no simplemente mal de una forma menor y colateral, sino fundamentalmente mal, del mismo modo que, por ejemplo, lo que se pensaba acerca de los afroamericanos en Mississipi en 1820 estaba fundamentalmente mal. [...] Deberíamos dar un giro drástico al modo en que pensamos acerca de los animales; deberíamos empezar a aceptar que no tenemos ninguna derecho a utilizarlos como un medio para nuestros fines sólo porque nos conviene hacerlo.» Peter Singer [«Liberación Animal», tercera edición, 2009, apéndice]

La casi totalidad de las iniciativas que denuncian la explotación de los animales no humanos, e incluso aquellas que piden su abolición, se centran en denunciar sistemáticamente el sufrimiento y la tortura o la crueldad que padecen los no-humanos esclavizados por nosotros —los humanos.

Sin embargo, la mera existencia de sufrimiento, tortura y crueldad en la explotación animal no es la razón fundamental por la que podemos juzgar moralmente que está mal explotar a otros animales. La razón es que los demás animales son individuos que sienten y tienen intereses propios. Ellos son seres conscientes; son sujetos, no son objetos. Son seres sensibles que valoran su propia existencia y bienestar.

Centrarnos en condenar el sufrimiento, la tortura o la crueldad que padecen los animales sometidos a la explotación por parte de los humanos promueve la idea de que lo que deberíamos hacer es reducir el sufrimiento que les causamos, ignorando así el error fundamental de que estamos cosificando a individuos como meros recursos para nuestro beneficio.

En este vídeo se puede ver un ejemplo de cómo los animales esclavizados no tienen por qué llevar siempre necesariamente una horrible vida de constante y terrible sufrimiento.



Por supuesto que infligir sufrimiento deliberadamente a otros animales siempre está mal cuando no se puede justificar de acuerdo a los principios éticos, y esto es algo que ocurre de forma inherente y sistemática en la explotación animal. Pero la propia existencia de nuestra explotación sobre los animales no está mal en sí misma porque cause sufrimiento sino porque es una actividad que viola el principio de igualdad —puesto que supedita injustamente los intereses de los animales en beneficio de los nuestros— y también porque vulnera el valor inherente de los animales —reduciéndolos a un valor instrumental de mero recurso para satisfacer las necesidades humanas.

Cuando un ser humano es esclavizado, la razón moral por la que está mal esclavizarlo no tiene que ver en primer lugar con el hecho de que sufra por ello sino con el hecho de que se le está forzando a ser algo que no es: una cosa. Un individuo esclavizado es tratado como si fuera un objeto, es decir, como si fuera un ser sin voluntad ni intereses propios, o cuya voluntad e intereses son ignorados de su propietario. Éste es en realidad nuestro error fundamental en la relación que hemos establecido, e institucionalizado, con los demás animales que no son humanos. Así lo explica el profesor Tom Regan:

«Nuestro error fundamental no está en el hecho de que encerremos a los animales, causándoles soledad y angustia, en que les provoquemos sufrimiento, o en que ignoremos sus deseos. Claro que todo eso está mal, pero no es el error fundamental. Son consecuencias de nuestro fundamental error moral, que consiste en ver a los animales como seres que carecen de valor intrínseco, como recursos para nuestro beneficio» [Tom Regan, La Cuestión de los Derechos Animales, 1985]

Es por esto que la esclavitud sobre seres humanos no puede ser moralmente justificada en ningún caso y es la misma razón por la que es erróneo esclavizar a individuos no humanos.

De este modo, una campaña en favor de los Derechos Animales debería centrarse en explicar y reivindicar en la sociedad la idea de que todos los animales sintientes deberíamos tener moralmente y legalmente reconocido, al menos, un derecho absoluto: el derecho a no ser considerados como propiedad.

Cualquier ser dotado con la capacidad para sentir posee un interés en continuar viviendo y en no ser sometido al capricho de otros. Su individualidad y sus intereses no deberían ser ignorados y despreciados por el hecho de que no sean humanos. Actuar de ese modo conllevaría cometer una discriminación arbitraria; sería especismo. Discriminar a otros individuos según la especie a la que pertenezcan no es más razonable que discriminarlos por pertenecer a determinada raza o sexo.

Cuando se trata de seres humanos, para actuar éticamente en relación con ellos, siempre partiremos de la base fundamental de que no debemos utilizarlos como meros recursos para satisfacer nuestras necesidades ni tratarlos como si fueran nuestra propiedad, en tanto que los seres humanos son individuos que poseen un interés fundamental en conservar su existencia y proteger su autonomía e integridad y no ser forzados contra su voluntad. No hay una razón que justifique no extender ese principio básico a los demás animales, dado que ellos poseen los mismos intereses básicos que nosotros.

Para cada ser sintiente su propia supervivencia y bienestar es importante y este valor intrínseco que tiene su vida individual merece un obligado respeto moral. No es relevante cuál pueda ser su grado de inteligencia. No es relevante tampoco su grado de utilidad para los humanos, o si son capaces de tener obligaciones hacia otros. El único criterio relevante para reconocer a un ser como sujeto de consideración moral es que puede sentir.

Así, reconocer a los otros animales como sujetos de consideración moral implica necesariamente dejar de considerarlos y tratarlos como propiedad —como objetos/recursos/mercancías para fines humanos. Este principio ético de conducta es a a lo que denominamos veganismo.

9 comentarios:

  1. ¡Muy buen articulo! Recién comencé con el veganismo y lo que dices es muy interesante. Aún así, tengo dudas que deben ser contestadas para poder fundamentar correctamente.
    La primera es bastante simple y surgió de la siguiente forma:

    - Se deberían respetar todas las vidas.
    - Se deberían respetar los intereses de las entidades sintientes. Atribuir a la vida per se el criterio de consideración moral es un sofisma que apela a la sensibilidad implicita en dicha palabra con fines persuasivos.
    - Podría decir lo mismo de los intereses, ¿por qué debería respetarlos?

    Mi duda es clara, ¿cómo podría fundamentar el respeto de los intereses?

    Luego dices "Cualquier individuo con capacidad para sentir tiene un interés en vivir (...)", entiendo los intereses que se derivan del placer y el dolor, ¿pero por qué crees que también tienen un interés en vivir?

    Gracias. Continúa con tu blog, ¡es excelente!

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  2. Dices: "Cualquier individuo con capacidad para sentir tiene un interés en vivir y en no ser sometido al servicio de otros. Y ese interés no debería ser dejado de lado por el hecho de que no sean humanos. Para cada ser sintiente su vida es importante y merece respeto."

    Por un lado dices eso y por el otro defiendes la omisión de axilio, como Gary Francionne (Pregunta 17 de su FAQ). Defender la omisión de auxilio significa que no te importa el interés de vivir de otro. Por ejemplo, si vas por una carretera aislada conduciendo un coche y presencias un accidente de tráfico del que no eres responsable consideras que es éticamente correcto no ayudar a dichas víctimas haciendo una llamada a los servicios de emergencia.

    La defensa de la omisión de auxilio que se hace en este blog es un desprecio total al interés de vivir de los demás.

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  3. Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que te guste la nota. También me alegra mucho saber que has comenzado en el veganismo.

    Intentaré responder concisamente a las cuestiones que me planteas.

    En primer lugar, la razón por la que debemos respetar los intereses estaría implícita en la misma definición de ética. La ética consiste en la consideración de los intereses. Por tanto, todos los seres que tengan intereses deben estar incluidos dentro de la comunidad moral. Y además deben estarlo en igualdad de condiciones, de acuerdo al principio de igual consideración. Esto es la ética bajo la perspectiva racional.

    A lo largo de la historia podemos ver que la moral ha consistido siempre en respetar los intereses de unos individuos. En algunos casos han sido los intereses de los más poderosos; en otros, han sido los intereses de los hombres; en otros, los intereses de los blancos; y en otros casos, los intereses de todos los seres humanos en general.

    No podemos establecer ningún código de conducta moral que no está basado en respetar los intereses de alguien, ya sean intereses de seres reales o de seres imaginarios (dioses, espíritus.) Siempre hay de por medio los intereses de alguien.

    ¿Por qué los intereses y no otra cosa? Bueno, no parece que haya ningún otro criterio que pueda ser razonable. Todos los animales sintientes tenemos un interés en vivir, en evitar el daño, en desarrollar nuestras facultades y disfrutar de un bienestar. A cada uno de nosotros nos importa nuestro vida. Por lo tanto, si hay algo que debe importar a la hora de establecer cual debe ser nuestra conducta entiendo que necesariamente tienen que ser los intereses.

    Por otra parte, los intereses no se derivan del placer y el dolor. Los intereses son directamente derivados de la facultad de sentir. En el momento en que un ser puede sentir resulta consciente de sí mismo frente a lo que le rodea. Ya no es algo, sino que es alguien. Un sujeto-de-vida, como diría Tom Regan.

    Sentir es equivalente a evitar aquello que nos perjudique y buscar aquello que nos beneficie. Así actúan todos los animales sintientes de acuerdo a los estudios que la biología y la etología nos proporcionan. Según la biología evolutiva, el fenómeno de la sintiencia apareció como una forma de que los organismos animales se protegieran del peligro y obtuvieran lo que les beneficiaba.

    Creo que esto también lo podemos ver en nuestra experiencia propia y en otros animales, ya sean humanos o no humanos. Cuando percibimos que algún hecho amenaza nuestra vida lo que hacemos es tratar de huir de él o de evitarlo, sin importar si también nos va a provocar dolor o no. Si alguien intentara matarme, aunque sin querer provocarme dolor, yo tendría el mismo interés en evitar ese asesinato que si implicara dolor. Estoy seguro de tú también, así como todos los individuos que sienten, que son conscientes de sí mismos.

    En el siguiente enlace puedes ver una conferencia del profesor Antonio Damasio sobre el tema de la consciencia: http://www.destejiendoelmundo.net/2012/01/como-se-que-yo-soy-yo.html

    Lo que Damasio dice es tremendamente interesante, y además menciona específicamente a otros animales. Sólo que hay que tener cuidado con el hecho de que parte de lo que explica tiene un cierto carácter especulativo, y que no deja de haber cierto sesgo especista en su planteamiento. Sin embargo, su aportación es muy relevante para entender lo que significa la capacidad de sentir entendida como consciencia.

    Espero haber respondido a tus dudas. Si no fuera así, o tuvieras otras nuevas, no dudes en decírmelo.

    Un saludo.

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  4. David, yo no defiendo la omisión de auxilio.

    Si podemos ayudar a alguien que necesite auxilio me parece éticamente correcto el hacerlo. Por supuesto, siempre que eso no implique violar los derechos de alguna persona.

    En este blog no se hace ninguna defensa de la omisión de auxilio, ni se desprecia el interés en vivir de nadie. Y como no tienes ninguna prueba de las afirmaciones que haces, si continuas en esa actitud hostil y difamatoria me veré obligado a borrar tus calumnias.

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  5. ¿Cómo catalogarías a las personas que desean suicuidarse? Es decir, al parecer no tienen interés en la vida.

    Gracias por tu respuesta Luis, es de gran ayuda.

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  6. Una persona que sienta realmente el deseo de matarse a sí misma, entiendo que es alguien que padece algún grave trastorno o que está inmerso en alguna situación de fuerte estrés emocional causado por una profunda insatisfacción o sufrimiento. Igualmente son personas que merecen toda comprensión y ayuda para poder salir de esa terrible situación.

    Todos los seres sintientes, por el hecho de ser sintientes, tenemos un interés inherente en vivir. Ese interés nunca desaparece. Es intrínseco a la propia facultad de sentir. Ahora bien, no sólo tenemos un interés en vivir, sino que también poseemos otros intereses fundamentales, como son evitar el daño y buscar nuestra felicidad (en sentido general). Sin embargo, puede ocurrir en ocasiones que se produzca un conflicto entre diferentes intereses cuya resolución sólo pueda darse imponiendo un interés frente a otro. De este modo, en situaciones irreversibles en donde nos resulte completamente imposible experimentar placer alguno y sólo sintamos dolor permanente, la única manera de satisfacer nuestro interés en evitar el daño sería quitarnos la vida.

    Eso no significa que desaparezca nuestro interés en vivir. Lo único que significa es que no podemos satisfacer nuestros otros intereses en la actual situación vital en que nos encontramos. Si las condiciones fueran diferentes entonces no cabe duda de que desaparecería la intención de quitarnos la vida.

    Por otro lado, sin una justificación moral válida, el hecho de matarse a uno mismo no es diferente en modo alguno del hecho de matar injustificadamente a cualquier otra persona. Sería un asesinato. Tenemos el deber no sólo de respetar el derecho a la vida de los demás, sino también el nuestro propio. Todos somos iguales ante la ética.

    Si los seres sintientes no tuviéramos un interés fundamental en vivir, en conservar nuestra vida, entonces no podría haber ninguna objeción moral al hecho de negar nuestro derecho a la vida. No existiría el asesinato. Lo único que importaría sería en general causar dolor o placer.

    Alguien podría alegar que matar a un animal sintiente está mal porque igualmente se le causa sufrimiento al hacerlo; o también podría alegar que de ese modo se le estaría privando de los posibles placeres que podría experimentar en futuro. Sin embargo, la primera objeción pasa por alto la circunstancia de que es perfectamente posible matar a alguien sin causarle dolor (anestesiándolo primero, por ejemplo). Y la segunda objeción es igualmente inválida, ya que el argumento de la potencialidad es una falacia lógica que da por existente aquello que no lo es. Salvo que podamos ver el futuro (que no es el caso), no tenemos ninguna seguridad de lo que vaya a ocurrir próximamente. Un planteamiento racional tiene que partir siempre, y tener en cuenta solamente, lo que es -lo existente- no lo que supuestamente pudiera o podrá ser.

    Ciertamente muchas personas niegan que los animales o los demás animales tengan un interés en vivir. Sin embargo, las evidencias científicas, a través de la biología evolutiva y la etología, nos muestran que todos los organismos sintientes muestran un deseo de conservar su existencia frente a cualquier amenaza, dejando aparte la cuestión del dolor y el placer. Muchos animales (tanto humanos como nohumanos) son capaces de soportar dolores, penurias y sufrimiento con tal de seguir viviendo. No sólo tenemos un interés en disfrutar de la vida, sino también un interés en tener una vida.

    Uno de los pensadores más importantes en el mundo occidental, Baruch Spinoza, lo postulaba de esta manera:

    "Nadie puede desear ser feliz, obrar bien y vivir bien, si no desea al mismo tiempo ser, obrar y vivir, esto es, existir en acto." Ética (Parte IV; proposición XXI)

    Gracias a ti por tu interés sobre este tema. Un saludo.

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  7. Hola, Luis. Perdón por hacerte una pregunta que no tiene relación con el tema del articulo, pero no encontré un correo para contactarte.
    ¿Qué opinas del problema metaético del ser y el deber ser? Sería muy interesante conocer tu visión, muchas gracias!

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  8. Interesante artículo, casi completamente de acuerdo. Sólo una pequeña discrepancia sobre la acción de las campañas por los Derechos de los Animales. Estoy de acuerdo contigo en que el fin último y el mensaje que se debe de difundir es que cada animal es un fin en sí mismo, un individuo y que como tal nada justifica su utilización o explotación. Sin embargo, basándome en mi experiencia personal, el haber visto imágenes de la crueldad con la que muchos animales son tratados en los campos de concentración llamados granjas, es lo que verdaderamente encendió mi cerebro. Empecé con el foie gras y luego el proceso siguió su curso hasta dejar de consumir productos de origen animal y por último se anti especista. Desgraciadamente creo que la mayoría de la gente necesita este tipo de "shock" para replantearse las cosas. A no ser que el sistema educativo cambie por completo y se incluyan otro tipo de asignaturas...

    Muchas gracias por tus artículos

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    1. Hola, Flora. Gracias por tu comentario.

      A mi modo de ver, no hay ninguna incompatibilidad entre dar un mensaje de Derechos Animales y mostrar imágenes de la explotación animal. El problema ocurre cuando escogemos deliberadamente las más violentas y además decimos que el problema es el "sufrimiento" o es la "crueldad" en lugar de denunciar la esclavitud y el hecho mismo de utilizar a los animales nohumanos. Todo esto es un grave error.

      Gary Francione lo explica bastante bien:

      Las imágenes sangrientas casi siempre tienden a hacer que el observador focalice en el trato de los animales y no en su uso. Esto es, muéstrenle a alguien alguna imagen que represente un trato terrible, y la reacción casi automática es que el trato debería mejorarse, y no que el uso debería detenerse por completo. La respuesta usual es algo como “sí, eso es terrible, ellos realmente no deberían hacerlo de esa manera, pero sin duda podríamos hacerlo más ‘humanitario’, ¿no?”

      http://enfoqueabolicionista.wordpress.com/2009/07/29/un-comentario-acerca-del-activismo-con-imagenes-sangrientas/

      De hecho, el "shock" al que te refieres no lo veo necesariamente como algo bueno. Es posible que ese trauma nos impida pensar con claridad sobre esta cuestión y estemos siempre obsesionados con el sufrimiento. Realmente veo a muchas personas que no pueden pensar en nada más que en el sufrimiento y no pueden ver nada más allá. No comprenden que los demás animales tienen otros intereses al menos igual de importantes que evitar el sufrimiento, o que ellos tienen un valor intrínseco que nos impide éticamente tratarles como objetos o medios para nuestros fines.

      De todos modos, es posible compatibilizar un mensaje vegano claro y coherente sobre los Derechos Animales con el hecho de mostrar imágenes que muestren gráficamente lo que se les hace a los demás animales que son esclavizados.

      En estos enlaces puedes ver algunos ejemplos de a lo que me refiero:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/09/la-importancia-del-veganismo.html

      http://www.youtube.com/watch?v=BGmFj-T6e2o

      Un saludo.

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