25 de octubre de 2017

¿Y qué pasa con los seres humanos?


Hay una serie de objeciones clásicas que se suelen presentar sobre el veganismo. Ya he hablado de algunas de ellas en este blog —como es el tema de la consideración de las plantas o la cuestión del medio ambiente— pero hasta ahora no había hablado de una objeción que consiste en acusar a los veganos de no preocuparse por los seres humanos. Sobre este punto tengo algunos pensamientos que me gustaría exponer aquí.

Primero; creo que es prioritario aclarar que el veganismo se refiere a la explotación animal, es decir, al sometimiento de los animales no humanos como medios para los fines humanos, desde el punto de vista ideológico y práctico. De este modo, el veganismo no tiene que ver con la explotación de seres humanos; del mismo modo que el feminismo se refiere a la dominación machista sobre las mujeres por parte de los varones, y no a otras cosas. El veganismo se refiere específicamente a los animales no humanos porque son ellos las víctimas del antropocentrismo y la opresión basada en ese prejuicio. Por esta razón es por la que el veganismo sólo se refiere a los no-humanos de la misma manera que el feminismo se refiere sólo a las mujeres en tanto que ellas son las víctimas directas del machismo, y no los varones. Por tanto, no es que el veganismo decida "excluir" a los humanos; es que los humanos no son las víctimas de la injusticia específica que pretende denunciar y resolver el veganismo, y para lo cual fue surgido como movimiento. El veganismo denuncia la creencia de que los humanos tienen derecho a dominar y explotar a los demás animales. Esta creencia —el antropocentrismo— no victimiza a los humanos sino sólo a los no-humanos. Por esta razón, no tendría sentido que el veganismo incluyera a los humanos, puesto que estaría desviando la atención de esa injusticia específica que hizo nacer el veganismo y la cual pretende visibilizar y remediar.

Segundo; el hecho de que alguien sea vegano no implica que su vida esté necesariamente libre de explotación de seres humanos. Ser vegano quiere decir que uno rechaza la explotación de los animales no humanos; de la misma manera que ser feminista quiere decir que uno rechaza la opresión machista sobre las mujeres. Ahora bien, la ética no termina ni se limita al veganismo —ni al feminismo. El veganismo es una parte de la ética y no su totalidad. El veganismo se refiere al problema concreto de la explotación animal y no a otras injusticias que, sin duda, también son importantes y merecen atención, pero no más atención que la injusticia que es la opresión sobre los animales. Por tanto, señalar que los humanos son explotados no es una objeción válida contra el veganismo. Señalar que los varones son explotados no justifica explotar a las mujeres, y viceversa. Reconocer que la explotación de seres humanos existe no valdría en modo alguno para ignorar o excusar la explotación sobre los otros animales.

Tercero; mi experiencia me señala que esas personas que empiezan a hablar de los seres humanos cuando aparece la cuestión del veganismo por lo general no evitan participar en aquellos productos que al parecer conllevan explotar a seres humanos, ni tampoco aportan alguna alternativa práctica que sirva para acabar con esa explotación. En cambio, los veganos sí aplican medidas prácticas y concretas para evitar apoyar la explotación de los animales y terminar con ésta. Preguntemos a esas personas qué se supone que hacen ellas para acabar con la explotación de seres humanos que han mencionado y cuáles soluciones viables plantean para que todos las pongamos en práctica. La respuesta en la mayoría de casos suele ser: nada. En serio, hagan la prueba. Casi siempre compruebo que es sólo un intento de desviar la cuestión sobre los animales y no el reflejo de una preocupación sincera sobre las injusticias que padecen los seres humanos.

Cuarto; que haya explotación sobre seres humanos no justifica que participemos en la explotación sobre los animales no humanos. No deberíamos apoyar ninguna explotación sobre seres sintientes en la medida de lo posible. Los veganos al menos no participan directamente en la explotación de los animales. Los no-veganos suelen participar en esa misma explotación de seres humanos que suelen mencionar y, además, también en la explotación animal. En realidad, me parece que la mayoría de veganos suelen preocuparse también de evitar la explotación de seres humanos en lo posible; pero no lo hacen porque sean veganos sino porque la ética en general englobaría  la consideración por todos los seres conscientes. Mucho antes de hacerme vegano yo ya estaba en contra de la esclavitud y el canibalismo y cualquier forma de explotación sobre seres humanos. Hacerme vegano sólo significó extender esa misma consideración moral a los demás animales sintientes e intentar llevarla a la práctica. Entiendo que este proceso fue similar en muchos otros veganos.

Quinto; yo considero el veganismo como una parte esencial de la filosofía de los Derechos Animales y esta filosofía ya engloba a todos los animales sintientes —incluyendo a los seres humanos— y es una filosofía ética que pretende que todos los individuos sean tratados con el debido respeto moral a su valor inherente. Así que siendo veganos no estamos excluyendo a los humanos de la comunidad moral sino que estamos incluyendo a los no-humanos injustamente discriminados. El veganismo es la base del movimiento que pretende acabar con la discriminación especista sobre los otros animales y reconocerlos como miembros de la comunidad moral. Para que esto suceda es necesario que los demás animales dejen de ser considerados como objetos y recursos para beneficio humano, es decir, que se les reconozca un derecho fundamental de no ser propiedad; al igual que ya reconocemos este derecho básico entre humanos. Por tanto, dado que el veganismo se fundamenta moralmente en un principio de respeto moral a todos los seres sintientes, cuando argumentamos en favor del veganismo estamos también fomentando implícitamente el respeto a todos los seres dotados de sensación —incluyendo a los humanos.

Espero que estas reflexiones puedan ayudar a comprender por qué no tendría sentido acusar al veganismo de excluir a los seres humanos.

2 comentarios:

  1. Hey hola tengo un off topic que desde hace bastante deseaba compartir.
    ¿Haz leído "Zoopolis: A political theory of animal rights" de W. Kymlicka y S. Donaldson? Sería increíble que escribieras una opinión, reseña, lo que tú desees. Me gustaría mucho comentar ese libro.

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    Respuestas
    1. Hola. Lo cierto es que no lo he leído. He leído algunos fragmentos, comentarios y reseñas sobre el libro en cuestión, pero todavía no lo he leído directamente.

      Dado que se trata de un texto sobre filosofía política —concretamente sobre cuáles categorías jurídicas podríamos aplicar para dar un nuevo estatus legal a los animales una vez que se aboliera su condición legal de propiedad— esta cuestión excede un tanto la temática de este blog. Además, el punto de partida del libro está lejos de la realidad en este momento. Casi todo el mundo está convencido de que los animales deben ser propiedad de los humanos y sólo se preocupan del trato y las condiciones que les proporcionamos dentro de este contexto de dominación y explotación. Mi labor consiste en intentar cuestionar y desafiar esa mentalidad. El libro que mencionas no tiene mucho que ver con este punto, porque entiendo que se enfoca en cómo encajamos a los demás animales en el ordenamiento jurídico una vez que ya hemos logrado un consenso social en no someterlos legalmente a la condición de recursos y propiedad humana, pero mi labor se enfoca precisamente en lograr llegar progresivamente a ese punto en que dejemos de ver y tratar a los demás animales como medios para fines humanos. Es decir, el libro es categorialmente posterior a lo que yo trato de difundir en este blog.

      No digo que el libro no tenga valor en su categoría, pero creo que no pertenece al ámbito que suelo analizar aquí. Ese texto pertenece a la filosofía del Derecho o al Derecho Animal; mientras que aquí trato sobre cuestiones de ética y filosofía moral, enfocadas desde una perspectiva educacional. Podríamos analizar el libro desde la perspectiva de saber si su contenido encaja con la filosofía de los Derechos Animales, pero, en cualquier caso, no tengo intención por ahora de reseñarlo en un futuro cercano. Sin embargo, buscando un poco puedes encontrar múltiples y diversos comentarios sobre el libro, desde toda clase de puntos de vista. Si bien, creo que la gran mayoría están publicados sólo en inglés.

      Un saludo.

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