Las vidas de muchos millones de animales son esclavizadas y destruidas en los centros de explotación animal. Esto es un hecho.
Increíblemente me he encontrado personas que proclaman que no deberíamos siquiera discutir este asunto. En ciencia hay discusión prácticamente sobre todo o casi todo. Al igual que en la filosofía. Alegar que “no hay discusión” sobre un tema, además de ser falso, es la actitud más anticientífica e irracional que pueda haber. Todo debe estar sometido a cuestionamiento y escrutinio permanente. Por tanto, aquí sometemos a discusión la moralidad del uso de animales no humanos en ciencia.
Una aclaración fundamental
Es importante dejar claro que el cuestionamiento de la efectividad, de la utilidad o del beneficio de la experimentación animal es un tema aparte del cuestionamiento ético.
Alguien puede cuestionar el uso de animales no humanos por creer que es inefectivo para el progreso de la ciencia, pero esto no significa que se oponga moralmente a la explotación animal. Al contrario sucede lo mismo: alguien se puede oponer al uso de animales por una razón ética incluso aunque reconozca que este uso puede beneficiarnos.
Lo más efectivo para el progreso científico desde el punto de vista utilitario sería usar seres humanos del mismo modo en que usamos a otros animales. Pero, claro, eso causaría millones de víctimas humanas. Aunque otros muchos millones de humanos seguramente se beneficiarían de esa investigación. Pero el motivo para rechazar moralmente esta práctica no tiene que ver con la utilidad o el beneficio, sino con la ética.
Por tanto, la utilidad que dichos experimentos puedan tener simplemente no es una justificación moral.
Si el beneficio fuera una justificación entonces se podría justificar casi cualquier crimen. Quienes cometen crímenes lo hacen por obtener un beneficio —placer, ganancia económica— y no por otro motivo.
Un enfoque erróneo
Algunos grupos animalistas están empeñados en denunciar lo que ellos llaman «el fraude de la vivisección». Esto es: la supuesta inutilidad práctica de los experimentos y, por tanto, la crueldad gratuita que significa la utilización de animales para fines científicos. Pienso que ese enfoque es un error.
El problema es que discriminamos a otros animales simplemente por no ser humanos.
La cuestión moral en todo este asunto consiste en determinar qué razón justifica éticamente explotar a otros animales para beneficiarnos nosotros. ¿Cómo justificamos el hecho de hacer a otros animales algo que jamás desearíamos para nosotros mismos? Decir que ellos "no son humanos" no es una razón. Eso sería como decir que “ellos no son blancos”. Los demás animales son seres sintientes que tienen intereses básicos. Lo relevante para considerar a alguien no es su aspecto, tamaño o forma, sino que es el hecho de que puede sentir.
No estamos en contra de la ciencia
La gran mayoría de quienes nos oponemos al uso de otros animales estamos claramente a favor de la ciencia. Como ya denunciara en su momento el profesor Tom Regan, es una grave falacia —una falacia de muñeco de paja— acusar a los opositores a la explotación animal de estar en contra de la ciencia. Es como acusar a los opositores a la violación de estar en contra del sexo.
Sólo estamos en contra de forzar a otros individuos y utilizarlos para nuestro beneficio sin su consentimiento. Nos oponemos a la explotación de otros animales por las misma razones morales que nos oponemos a la explotación de seres humanos.
Estar a favor de la ciencia no justifica explotar a otros individuos. De la misma manera que no justifica explotar a seres humanos, aunque esto supusiera beneficios para el progreso científico, y para el resto de seres humanos, que no se pudieran obtener de otro modo.
La ética consiste en respetar a todos los individuos como fines en sí mismos y considerar los intereses de todos al mismo nivel, precisamente porque son los mismos intereses.
El interés en evitar el sufrimiento, o el interés en conservar la vida, son básicamente los mismos en todos los individuos independientemente de características o clasificaciones como la raza, el sexo o la especie. Por esto, las discriminaciones que atentan contra la lógica son injustas, porque no se ajustan al principio lógico de dentidad. Así es como se establecen los razonamientos morales.
La experimentación animal no se basa en un conflicto de intereses
En el tema de la experimentación, al igual que sucede en otros ámbitos como la alimentación, la vestimenta o el entretenimiento, no existe un conflicto de intereses.
Los animales no son envenenados y matados en los laboratorios porque nos estén atacando y tengamos que defendernos de ellos. Lo que sucede en realidad es una situación de opresión de un grupo sobre otro.
Nos aprovechamos de ser más inteligentes o más poderosos que otros animales y los utilizamos para sacar un beneficio a costa de destruir su libertad y su vida. Esto es lo que está sucediendo en nuestra relación con los demás animales. Todas las opresiones sobre seres humanos han seguido ese mismo patrón de conducta —la imposición del fuerte sobre el débil.
Por tanto, la oposición ética al uso de animales no se basa en la emotividad, ni en el rechazo irracional a la ciencia, sino en la lógica moral.
Increíblemente me he encontrado personas que proclaman que no deberíamos siquiera discutir este asunto. En ciencia hay discusión prácticamente sobre todo o casi todo. Al igual que en la filosofía. Alegar que “no hay discusión” sobre un tema, además de ser falso, es la actitud más anticientífica e irracional que pueda haber. Todo debe estar sometido a cuestionamiento y escrutinio permanente. Por tanto, aquí sometemos a discusión la moralidad del uso de animales no humanos en ciencia.
Una aclaración fundamental
Es importante dejar claro que el cuestionamiento de la efectividad, de la utilidad o del beneficio de la experimentación animal es un tema aparte del cuestionamiento ético.
Alguien puede cuestionar el uso de animales no humanos por creer que es inefectivo para el progreso de la ciencia, pero esto no significa que se oponga moralmente a la explotación animal. Al contrario sucede lo mismo: alguien se puede oponer al uso de animales por una razón ética incluso aunque reconozca que este uso puede beneficiarnos.
Lo más efectivo para el progreso científico desde el punto de vista utilitario sería usar seres humanos del mismo modo en que usamos a otros animales. Pero, claro, eso causaría millones de víctimas humanas. Aunque otros muchos millones de humanos seguramente se beneficiarían de esa investigación. Pero el motivo para rechazar moralmente esta práctica no tiene que ver con la utilidad o el beneficio, sino con la ética.
Por tanto, la utilidad que dichos experimentos puedan tener simplemente no es una justificación moral.
Si el beneficio fuera una justificación entonces se podría justificar casi cualquier crimen. Quienes cometen crímenes lo hacen por obtener un beneficio —placer, ganancia económica— y no por otro motivo.
Un enfoque erróneo
Algunos grupos animalistas están empeñados en denunciar lo que ellos llaman «el fraude de la vivisección». Esto es: la supuesta inutilidad práctica de los experimentos y, por tanto, la crueldad gratuita que significa la utilización de animales para fines científicos. Pienso que ese enfoque es un error.
Es un hecho que se producen fraudes dentro de la ciencia. Es evidente que muchos experimentos no tienen como resultado aplicaciones prácticas de utilidad. Pero no es cierto en absoluto que el uso de animales no humanos no haya servido para el progreso científico y médico. Dicho ámbito no es un fraude en absoluto. Afirmar eso es ir contra la evidencia. Afirmar eso es exponerse a una confrontación que está perdida de antemano.
¿A quienes otorgará mayor confianza la sociedad, a los que representan a los animales no humanos o a los que representan el progreso científico y médico? La gente siempre se verá mucho más persuadida por quienes detentan la legitimidad institucional sobre un ámbito concreto que quienes van contra ella.
Además, si los propios defensores de los Derechos Animales no defienden el derecho moral de los animales a no ser objetos de experimentos sin su consentimiento ¿quién lo hará?
Si la preocupación central de los propios animalistas consiste en provocar una confrontación sobre resultados científicos que benefician a los humanos en lugar de educar a la gente en el respeto hacia los demás animales, y cambiar la visión radicalmente antropocentrista que predomina en nuestra sociedad, entonces los animales carecen de esperanza en cambiar su actual situación.
Si la preocupación central de los propios animalistas consiste en provocar una confrontación sobre resultados científicos que benefician a los humanos en lugar de educar a la gente en el respeto hacia los demás animales, y cambiar la visión radicalmente antropocentrista que predomina en nuestra sociedad, entonces los animales carecen de esperanza en cambiar su actual situación.
Reforzar la mentalidad especista alegando motivos utilitaristas para rechazar la experimentación con animales no educa a las personas en la consideración moral de los animales no humanos. Al contrario: esto refuerza la mentalidad que considera que las vidas humanas son más importantes que las de otros animales.
El problema es que discriminamos a otros animales simplemente por no ser humanos.
La cuestión moral en todo este asunto consiste en determinar qué razón justifica éticamente explotar a otros animales para beneficiarnos nosotros. ¿Cómo justificamos el hecho de hacer a otros animales algo que jamás desearíamos para nosotros mismos? Decir que ellos "no son humanos" no es una razón. Eso sería como decir que “ellos no son blancos”. Los demás animales son seres sintientes que tienen intereses básicos. Lo relevante para considerar a alguien no es su aspecto, tamaño o forma, sino que es el hecho de que puede sentir.
No estamos en contra de la ciencia
La gran mayoría de quienes nos oponemos al uso de otros animales estamos claramente a favor de la ciencia. Como ya denunciara en su momento el profesor Tom Regan, es una grave falacia —una falacia de muñeco de paja— acusar a los opositores a la explotación animal de estar en contra de la ciencia. Es como acusar a los opositores a la violación de estar en contra del sexo.
Sólo estamos en contra de forzar a otros individuos y utilizarlos para nuestro beneficio sin su consentimiento. Nos oponemos a la explotación de otros animales por las misma razones morales que nos oponemos a la explotación de seres humanos.
Estar a favor de la ciencia no justifica explotar a otros individuos. De la misma manera que no justifica explotar a seres humanos, aunque esto supusiera beneficios para el progreso científico, y para el resto de seres humanos, que no se pudieran obtener de otro modo.
La ética consiste en respetar a todos los individuos como fines en sí mismos y considerar los intereses de todos al mismo nivel, precisamente porque son los mismos intereses.
El interés en evitar el sufrimiento, o el interés en conservar la vida, son básicamente los mismos en todos los individuos independientemente de características o clasificaciones como la raza, el sexo o la especie. Por esto, las discriminaciones que atentan contra la lógica son injustas, porque no se ajustan al principio lógico de dentidad. Así es como se establecen los razonamientos morales.
La experimentación animal no se basa en un conflicto de intereses
En el tema de la experimentación, al igual que sucede en otros ámbitos como la alimentación, la vestimenta o el entretenimiento, no existe un conflicto de intereses.
Los animales no son envenenados y matados en los laboratorios porque nos estén atacando y tengamos que defendernos de ellos. Lo que sucede en realidad es una situación de opresión de un grupo sobre otro.
Nos aprovechamos de ser más inteligentes o más poderosos que otros animales y los utilizamos para sacar un beneficio a costa de destruir su libertad y su vida. Esto es lo que está sucediendo en nuestra relación con los demás animales. Todas las opresiones sobre seres humanos han seguido ese mismo patrón de conducta —la imposición del fuerte sobre el débil.
Por tanto, la oposición ética al uso de animales no se basa en la emotividad, ni en el rechazo irracional a la ciencia, sino en la lógica moral.
Tratar a otros individuos que son sujetos —seres conscientes— como si fueran objetos atenta contra la lógica. Ignorar los intereses de otros individuos por características irrelevantes —sexo, raza, especie— a la capacidad de sentir atenta contra la lógica.
La explotación animal no se produce por necesidad
Hoy en día podemos alimentarnos, vestirnos, entretenernos y satisfacer todas las necesidades vitales sin utilizar a los demás animales. Sin embargo la mayoría de la gente sigue comiendo y vistiendo trozos de animales.
Por eso deduzco que el uso de otros animales en experimentos podría estar mucho más motivado por la inercia y el prejuicio que por la necesidad real.
Considero que la inteligencia humana es capaz de desarrollar una investigación científica que sea al mismo tiempo eficaz y ética —sin explotar a nadie.
Existen ya ahora mismo diversas técnicas que echan abajo el argumento de que es necesario experimentar con animales nohumanos para conocer el efecto de sustancias y fármacos en tejido vivo.
Si los defensores de la explotación animal tuvieran un deseo sincero de eliminar el uso de animales en la ciencia, estarían empleando su dinero y esfuerzo en potenciar estas nuevas técnicas en lugar de seguir explotando a los animales. El problema de fondo es que no lo tienen. Si lo tuvieran habrían empezado por dejar de comerlos.
En definitiva, si nos importan los demás animales, si nos tomamos en serio sus intereses, lo que deberíamos hacer es dejar de utilizarlos y enfocar nuestras energías en encontrar y desarrollar técnicas que no requieran el uso de animales. Muchos investigadores hablan decididamente en favor de esas alternativas como una opción real y viable.
El problema no radica tanto en el poder hacerlo que en el querer hacerlo. Exactamente lo mismo que cuando se trata de la cuestión de comer animales y, en general, de explotarlos para nuestros fines. Se trata en el fondo de una cuestión moral.
La explotación animal no se produce por necesidad
Hoy en día podemos alimentarnos, vestirnos, entretenernos y satisfacer todas las necesidades vitales sin utilizar a los demás animales. Sin embargo la mayoría de la gente sigue comiendo y vistiendo trozos de animales.
Por eso deduzco que el uso de otros animales en experimentos podría estar mucho más motivado por la inercia y el prejuicio que por la necesidad real.
Considero que la inteligencia humana es capaz de desarrollar una investigación científica que sea al mismo tiempo eficaz y ética —sin explotar a nadie.
Existen ya ahora mismo diversas técnicas que echan abajo el argumento de que es necesario experimentar con animales nohumanos para conocer el efecto de sustancias y fármacos en tejido vivo.
Si los defensores de la explotación animal tuvieran un deseo sincero de eliminar el uso de animales en la ciencia, estarían empleando su dinero y esfuerzo en potenciar estas nuevas técnicas en lugar de seguir explotando a los animales. El problema de fondo es que no lo tienen. Si lo tuvieran habrían empezado por dejar de comerlos.
En definitiva, si nos importan los demás animales, si nos tomamos en serio sus intereses, lo que deberíamos hacer es dejar de utilizarlos y enfocar nuestras energías en encontrar y desarrollar técnicas que no requieran el uso de animales. Muchos investigadores hablan decididamente en favor de esas alternativas como una opción real y viable.
El problema no radica tanto en el poder hacerlo que en el querer hacerlo. Exactamente lo mismo que cuando se trata de la cuestión de comer animales y, en general, de explotarlos para nuestros fines. Se trata en el fondo de una cuestión moral.
«No estoy interesado en si la vivisección produce resultados provechosos para la especie humana. El sufrimiento que eso causa a animales que no han dado su consentimiento es el fundamento de mi oposición, y es para mí suficiente justificación como para oponerme a ello sin tener que buscar más allá.» ~ Mark Twain
¿Consideras que para todos los casos es más eficaz (para los no humanos que están ahora mismo sufriendo los efectos de la experimentación) explicarle a un individuo que es inmoral por las razones que sea?
ResponderEliminar¿Consideras que explicar a alguien que los animales sufren innecesariamente (pues ya hay alternativas a la experimentación) nunca hará que ese individuo deje de consumir esos productos y eso redundará en menos animales expuestos ahora a la experimentación (siguiendo la hipótesis de la reducción de explotación mediante reducción de consumo)?
¿O por el contrario esto no ayudará a los animales no humanos ahora y además es perjudicial para ellos en el futuro?
Para los animales no humanos que están siendo ahora torturados en los laboratorios de experimentación lo más eficaz es ir y sacarlos de allí. No existe nada más eficaz que salvar sus vidas y liberarlos del terror.
ResponderEliminarDecir a alguien que hay alternativas a la experimentación con animales es mentirle. Mentir es algo éticamente reprobable. Hay alternativas en algunos casos pero en otros no los hay o si las hay no son en igualdad de condiciones. No me parece moralmente relevante si hay alternativas disponibles o no. Lo que yo tengo en consideración es el deseo de libertad de los animales que no quieren ser masacrados para satisfacer intereses humanos. El que haya alternativas es una tarea de los científicos. La mía es tratar de concienciar a la gente acerca del respeto moral, y acabar con la mentalidad especista que discrimina los intereses de los animales no humanos.
Los animales no deben ser sometidos a experimentos principalmente por las siguientes razones:
-Ellos no quieren sufrir a causa del supuesto provecho que podamos sacar de su utilización. No quieren ser criados, torturados y asesinados para favorecer el que consigamos nuestros fines.
-Los animales no humanos no pueden dar su consentimiento para ser objetos de dichos experimentos. Por lo tanto es igual que si no lo dieran. Si los utilizamos entonces estamos violando su derecho a la vida, a la libertad, a no ser torturado y a no ser utilizado como medio para los fines de otro.
Si alguien deja de consumir productos de empresas que experimentan con animales lo hará porque reconoce que los animales no deberían ser utilizados como objetos de experimentación ya que eso viola sus deseos de libertad y bienestar, su derecho a la vida y a no ser torturado. Y lo hará de mejor manera si se le ofrece una alternativa (productos veganos) que si tiene que prescindir o sacrificarse por ello. Tanto la concienciación como la promoción activa del veganismo me parecen igualmente importantes.