23 de noviembre de 2016

«Derechos Animales: Introducción Básica»



Aquí nos encontramos con un texto escrito por el profesor Tom Regan y dirigido al público en general con el fin de explicar de manera muy básica y concisa en qué consiste la idea de los Derechos Animales —exponiendo razones a favor y objeciones en contra— algo que también explicara en otros textos similares. Además de ser un académico destacado, Regan también fue un intenso activista educacional.

En esta ocasión, el profesor Regan pone hincapié en el hecho de que la filosofía de los Derechos Animales —lejos de ser una idea extravagante como a menudo se suele creer prejuiciosamente— resulta ser un pensamiento compatible y convergente con la razón, la ciencia y con los valores morales de nuestra cultura.

El texto original se titula «Animal Rights 101». La expresión *101* se usa en inglés como sinónimo de introducción básica a un tema. Dado que ese término no se usa en el ámbito hispanohablante lo he traducido por esa expresión equivalente.

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«Derechos Animales: Introducción Básica»

Tom Regan


Los otros animales que los humanos comen, utilizan en ciencia, cazan, atrapan, y explotan de diversas maneras, tienen una vida propia que es importante para ellos independientemente de la utilidad que tenga para nosotros. No sólo están en el mundo sino que son conscientes de él. Lo que les sucede tiene importancia para ellos. Cada uno de esos animales tiene una vida que deviene mejor o peor para quien tiene esa vida. Esa vida incluye una variedad de necesidades biológicas, individuales y sociales. La satisfacción de esas necesidades es fuente de placer; su frustración o abuso es fuente de dolor. Desde este punto de vista fundamental, los animales no humanos recluidos en los laboratorios o en las granjas, por ejemplo, son lo mismo que los seres humanos. Y es por esto que la ética en nuestra relación con ellos, y con el prójimo, debe asumir los mismos principios morales fundamentales.

A su nivel más profundo, la ética humana está basada en el valor independiente del individuo: el valor moral de cualquier ser humano no se determina por lo útil que resulte esa persona en beneficio de los intereses de otros seres humanos. Tratar a seres humanos en formas que no respeten su valor independiente es violar el más básico de los derechos humanos: el derecho de cada persona a ser tratada con respeto.

La filosofía de los Derechos Animales sólo exige que la lógica sea respetada. Cualquier argumento que explique plausiblemente el valor independiente de los seres humanos implicará que los otros animales poseen el mismo valor, y lo poseen igualmente. Cualquier argumento que explique plausiblemente el derecho de los humanos a ser tratados con respeto implicará que los otros animales deben poseer el mismo derecho, y que lo poseen igualmente también.

Es una verdad, por tanto, que las mujeres no existen para servir a los varones, ni los negros existen para servir a los blancos, ni los pobres existen para servir a los ricos, ni los débiles existen para servir a los poderosos. La filosofía de los Derechos Animales no sólo acepta estas verdades, sino que se fundamenta y se justifica en ellas.

Pero esta filosofía va más allá. Al insistir en que se fundamenta y justifica en el valor independiente y los derechos de los otros animales, esto proporciona razones moralmente imparciales y científicamente informadas para denegar que esos animales existan para servirnos a nosotros.

Una vez que comprendemos esta verdad, resulta fácil comprender por qué la filosofía de los Derechos Animales es inflexible en su respuesta a todas y cada una de las injusticias que los otros animales están padeciendo.

No son jaulas más grandes y más limpias lo que la justicia exige en el caso de los animales usados, por ejemplo, para la ciencia, sino jaulas vacías; no es la ganadería "tradicional", sino el fin completo del comercio con los cuerpos de los animales; no es una caza "más humanitaria" sino que es la total erradicación de estas prácticas salvajes. 

Cuando la injusticia es absoluta, uno debe oponerse a ella de forma absoluta. No es la esclavitud "reformada" lo que exige la justicia, no es el trabajo infantil "reformado", o la opresión "reformada" sobre las mujeres. En cada uno de estos casos, la abolición es la única respuesta moral. Reformar la injusticia es prolongar la injusticia.

La filosofía de los Derechos Animales exige la misma respuesta —la abolición— para la injusta explotación de los otros animales. No son los detalles de esta injusta explotación lo que debe ser cambiado. Es la injusta explotación en sí misma la que debe ser finalizada, ya se produzca en una granja, en un laboratorio, o en un bosque. La filosofía de los Derechos Animales no pide nada más, pero nada menos que esto puede satisfacerla.

Diez argumentos EN FAVOR de los Derechos Animales y su explicación

1. Racional
2. Científica
3. Desprejuiciada
4. Justa
5. Compasiva
6. Generosa
7. Realizadora
8. Socialmente progresiva
9. Ecológicamente responsable
10. Pacifista


1. La filosofía de los Derechos Animales es racional

Explicación: No es racional discriminar arbitrariamente. Y la discriminación contra los animales no humanos es arbitraria. Está mal tratar a los seres humanos más débiles, especialmente a aquellos cuya inteligencia es considerada como inferior al promedio normal, como "herramientas" o "recursos renovables" o "modelos" o "mercancías". No puede ser correcto, por tanto, tratar a los otros animales como si fueran "herramientas", "modelos" y cosas por el estilo, si su psicología es tan rica —o mayor que— la de aquellos humanos. Pensar de otra manera es irracional.

"Describir un animal como un sistema físico-químico de extrema complejidad, es sin duda perfectamente correcto, excepto porque desaparece la "animalidad" del animal." — E.F. Schumacher

2. La filosofía de los Derechos Animales es científica

Explicación: La filosofía de los Derechos Animales es respetuosa con nuestra mejor ciencia en general y con la biología evolutiva en particular. Esta última enseña, en palabras de Darwin, que los humanos difieren de muchos otros animales "en grado", no en género. Aparte de la cuestión sobre dónde trazar la línea, es obvio que los animales usados en laboratorios, criados para comida y cazados por placer, por ejemplo, son psicológicamente similares a nosotros. Esto no es fantasía, esto es un hecho, probado por nuestra mejor ciencia.


"No existen diferencias fundamentales entre los humanos y los grandes mamíferos en sus facultades mentales." — Charles Darwin

3. La filosofía de los Derechos Animales es imparcial

Explicación: Los racistas son personas que piensan que los miembros de su raza son superiores a los miembros de otras razas simplemente porque dichos miembros pertenecen a su [la "superior"] raza. Los sexistas creen que los miembros de su propio sexo son superiores a los miembros del sexo opuesto simplemente porque los primeros pertenecen a su propio ["el superior"] sexo. Tanto el racismo como el sexismo son paradigmas de injustificable intolerancia. Las diferencias raciales y sexuales son biológicas; no son diferencias morales. Lo mismo vale para el especismo —la idea de que los miembros de la especie Homo sapiens son superiores a los miembros de todas las demás especies simplemente porque los seres humanos pertenecen a su propia ["la superior"] especie. En realidad, no hay especies "superiores". Pensar de otra manera implica ser no menos prejuicioso que los racistas o los sexistas.

"Si puedes justificar matar para comer carne, puedes justificar las condiciones del gueto. Yo no puedo justificar ninguna de las dos." — Dick Gregory

4. La filosofía de los Derechos Animales es justa

Explicación: La justicia es el principio mas elevado de la ética. No estamos legimitados en cometer o permitir injusticias para conseguir algo bueno; no estamos legitimados en violar los derechos de unos cuantos para que la mayoría pueda beneficiarse. La esclavitud permite esto. El trabajo infantil permite esto. La mayoría de los ejemplos de injusticia social permiten esto. Pero no la filosofía de los Derechos Animales, cuyo principio más elevado es el de la justicia: Nadie tiene derecho a beneficiarse como resultado de la violación de los derechos de otro, tanto si el "otro" es un ser humano o u otro animal.

"Las razones para la intervención legal en favor de los niños se aplica con la misma fuerza en el caso de estos desafortunados esclavos —los [otros] animales". — John Stuart Mil

5. La filosofía de los Derechos Animales es compasiva

Explicación: Una vida humana completa requiere sentimientos de empatía y simpatía —en una palabra, compasión— para las víctimas de las injusticias —sean las víctimas humanas u otros animales. La filosofía de los Derechos Animales solicita, y su aceptación promueve el crecimiento de, la virtud de la compasión. Esta filosofía es, en palabras de Lincoln, "el camino para ser un humano completo."

"La compasión en la acción puede ser la gloriosa posibilidad que podría proteger a nuestro multitudinario contaminado planeta". — Victoria Moran

6. La filosofía de los Derechos Animales es altruista

Explicación: La filosofía de los Derechos Animales exige un compromiso para servir a quienes son débiles y vulnerables —aquellos que, ya sean humanos u otros animales, carecen de la habilidad para hablar y defenderse por sí mismos, y quienes necesitan de protección contra la avaricia y insensibilidad humana. Esta filosofía requiere este compromiso, no porque sea de nuestro propio interés el darlo, sino porque es correcto hacerlo así. Esta filosofía por tanto hace un llamamiento a, y su aceptación promueve el crecimiento de, la labor altruista.

"Necesitamos una filosofía moral en la que el concepto de amor, tan raramente mencionado hoy en día por los filósofos, pueda ser central una vez más". — Iris Murdoch

7. La filosofía de los Derechos Animales favorece la realización personal

Explicación: Todas las grandes tradiciones en la ética, tanto religiosas como seculares, enfatizan la importancia de cuatro cosas: conocimiento, justicia, compasión, y autonomía. La filosofía de los Derechos Animales no es una excepción. Esta filosofía enseña que nuestras elecciones deberían basarse en el conocimiento, deberían ser expresivas de la compasión y la justicia, y deberían decidirse libremente. No es fácil lograr estas virtudes, o controlar las inclinaciones humanas hacia la avaricia y la indiferencia. Pero una vida humana completa es imposible sin ellas. La filosofía de los Derechos Animales reinvindica, y su aceptación promueve el crecimiento de, la realización personal.

"La humanidad no es un precepto externo muerto, sino que se trata de un impulso vivo del interior; no es un autosacrificio, sino una autorealización personal". — Henry Salt

8. La filosofía de los Derechos Animales es socialmente progresiva

Explicación: El mayor impedimento para la prosperidad de la sociedad humana es la explotación de otros animales a manos humanas. Esto es cierto en el caso de dietas no saludables, en la confianza habitual en el "modelo animal" en la ciencia, y en las muchas otras formas que la explotación animal adopta. Y esto no es menos verdadero en la educación y la publicidad, las cuales ayudan a reprimir la psique humana frente a las exigencias de la razón, la imparcialidad, la compasión y la justicia. En todos estos caminos —y otros más— las naciones quedan profundamente atrasadas porque fallan en servir a los verdaderos intereses de sus ciudadanos.

"La grandeza de una nación y su progreso moral pueden juzgarse por la manera en que trata a sus animales". — Gandhi

9. La filosofía de los Derechos Animales es ecológicamente responsable

Explicación: La mayor causa de la degradación medioambiental, incluyendo el efecto invernadero, la contaminación del agua, y la pérdida de la tierra cultivable, por ejemplo, puede encontrar su origen en la explotación de los animales. Este mismo patrón se repite a lo largo del amplio abanico de problemas medioambientales, desde la lluvia ácida y la acumulación de residuos tóxicos en el mar, a la contaminación del aire y la destrucción del hábitat natural. En todos estos casos, actuar para proteger a los animales afectados —quienes, después de todo, son los primeros en sufrir y morir por causa de esas enfermedades medioambientales— es actuar para proteger la tierra.

"Hasta que establezcamos un compasivo sentido de parentesco entre nuestra propia especie y aquellos mortales compañeros que comparten con nosotros el sol y la sombra de la vida sobre este agonizante planeta, no habrá esperanza para otras especies, no habrá esperanza para el medioambiente, y no habrá esperanza para nosotros mismos." — Jon Wynne-Tyson

10. La filosofía de los Derechos Animales es amante de la paz

Explicación: La exigencia fundamental de la filosofía de los Derechos Animales es tratar a los humanos y a los otros animales con respeto. Esto requiere que no dañemos a alguien sólo porque nosotros mismos u otros podamos beneficiarnos. Esta filosofía por lo tanto es totalmente opuesta a la agresión militar. Es una filosofía de paz. Pero es una filosofía que extiende la exigencia de paz mas allá de los límites de nuestra especie. Existe una guerra que se produce todos los días contra millones de animales no humanos. Estar verdaderamente a favor de la paz es estar firmemente en contra del especismo. Es ilusorio creer que puede haber "paz en el mundo" si no podemos traer paz a nuestra relación con los otros animales.

"Si por algún milagro en toda nuestra lucha la tierra se salva del holocausto nuclear, sólo la justicia de cada organismo viviente salvará a la humanidad". — Alice Walker

10 argumentos CONTRA los Derechos Animales y sus réplicas 

1. Equiparas a los animales y a los humanos
2. Derechos: Humanos vs. Animales
3. Vegetales vs. Animales
4. Dónde establecer la línea
5. Experimentar dolor
6. Animales respetando nuestros derechos
7. La dominación sobre los otros animales
8. Almas inmortales
9. Sobrepoblación animal
10. Otros problemas

1. Estás equiparando a los animales con los humanos, cuando, de hecho, los humanos y los animales difieren considerablemente.

Réplica: No estamos diciendo que los humanos y los animales sean iguales en todos los aspectos. Por ejemplo, no decimos que los perros y los gatos hagan matemáticas, o que los cerdos y las vacas disfruten con la poesía. Lo que decimos es que, al igual que los humanos, muchos otros animales son seres con una mente, que experimentan su propio bienestar. En este sentido, somos lo mismo. En este sentido, por tanto, a pesar de nuestras diferencias, somos iguales.

"Todos los argumentos usados para probar la superioridad del hombre no pueden obviar este hecho demostrado: en el sufrimiento, los animales son nuestros iguales." — Peter Singer

2. Estás diciendo que cada humano y cada animal tienen los mismos derechos, lo cual es absurdo. Los pollos no pueden tener el derecho a votar, así como los cerdos no pueden tener derecho a la educación universitaria.

Réplica: No estamos diciendo que los humanos y los otros animales tengan siempre los mismos derechos. Ni siquiera todos los humanos tienen los mismos derechos. Por ejemplo, la gente con una grave discapacidad mental no tiene derecho a la educación universitaria. Lo que decimos es que estos y otros humanos comparten un derecho moral básico con los otros animales —el derecho a ser tratado con respeto.

"Es el destino de toda verdad ser objeto de ridiculización la primera vez que es proclamada". — Albert Schweitzer

3. Si los animales tienen derechos, entonces también lo tienen lo vegetales, lo cual es absurdo.

Réplica: Muchos animales son como nosotros: ellos poseen un bienestar psicológico propio. Al igual que nosotros, estos animales tienen el derecho a ser tratados con respeto. Por otro lado, no hay una razón, especialmente una razón científica, para pensar que las zanahorias y los tomates, por ejemplo, tengan alguna clase de experiencia mental del mundo. Al igual que el resto de vegetales, los tomates y zanahorias carecen de un cerebro o de un sistema nervioso. Debido a esta carencia, no hay razón para creer que los vegetales sean seres conscientes, con la capacidad de experimentar, por ejemplo, placer y dolor. Es por esta razón que podemos afirmar racionalmente que los animales tienen derechos pero que los vegetales no los tienen.

"La cuestión de los Derechos Animales depende sólo del requisito de la sintiencia." — Andrew Linzey

4. ¿Dónde estableces la línea? Si los primates y los roedores tienen derechos, entonces las babosas y las amebas también los tienen, lo cual es absurdo.

Réplica: A menudo no es fácil saber exactamente donde "establecer la línea". Por ejemplo, no sabemos exactamente en qué momento alguien se convierte en viejo, o cuanto de alto debe ser alguien para ser alto. Sin embargo, podemos decir, con cierta certeza, que alguien de ochenta y ocho años es viejo, y que una persona que mida dos metros es alta. De forma similar, no podemos decir exactamente donde establecer la línea cuando se trata de saber qué animales tienen una mente. Pero podemos afirmar, con absoluta certeza, basándonos en fundamentos científicos, que los primates y los roedores son seres conscientes. En cambio, no podemos decir lo mismo de las babosas y las amebas, lo cual no significa que podamos destruirlas sin razón.

"En la relación de los humanos con los otros animales, con las flores, con los otros objetos de la creación, existe una ética global que apenas se ha descubierto." — Victor Hugo

5. Pero seguramente algunos animales que pueden experimentar dolor no tienen una identidad psicológica. Dado que estos animales no tienen un derecho a ser tratados con respeto, la filosofía de los Derechos Animales conlleva que podemos tratarlos como nos parezca oportuno.

Réplica: Es cierto que algunos animales, como las ostras y las gambas, podrían experimentar dolor pero carecer de otras capacidades mentales. Si esto es cierto, entonces carecen de algunos de los derechos que poseen otros animales. Sin embargo, no hay una justificación moral para causarles dolor, si es innecesario hacerlo. Dado que los humanos no necesitamos consumir gambas, ostras y otros animales similares, o utilizarlos en cualquier otro modo, no puede haber una justificación moral para infligirles el dolor que implica inevitablemente el hecho de utilizarlos.

"La cuestión no es ´¿Pueden hablar?, ni ´¿Pueden razonar?´ni ´¿Pueden hablar?, sino que es ´¿Pueden sufrir?´." — Jeremy Bentham

6. Los animales no respetan nuestros derechos. Por tanto, los humanos no tenemos la obligación de respetar sus derechos.

Réplica: Hay muchas situaciones en las que un individuo que tiene derechos no es capaz de respetar los derechos de otros. Esto sucede así en el caso de los bebés, los niños, los discapacitados mentales y los ancianos seniles. En estos casos no podemos decir que está bien tratarlos sin respeto porque ellos no estén capacitados para respetar nuestros derechos. Al contrario, reconocemos que tenemos un deber a tratarlos con respeto, aunque ellos no puedan tener el deber de tratarnos en la misma forma.

Lo que es cierto en estos casos que involucran bebés, niños, y los otros humanos mencionados, no es menos cierto cuando se trata de los otros animales. Estos animales no tienen el deber de respetar nuestros derechos. Pero esto no anula ni disminuye nuestra obligación de respetar sus derechos.

"Llegará un tiempo en que la gente verá el asesinato de los animales así como ve el asesinato de seres humanos" — Leonardo Da Vinci

7. Dios nos otorgó a los humanos el dominio sobre los otros animales. Así que podemos hacerles lo que queramos, incluyendo el comerlos.

Réplica: No todas las religiones presentan a los humanos como poseedores de un "dominio" sobre los otros animales, e incluso entre aquellas que lo hacen, la noción de "dominio" debe ser entendida como una ocupación altruista, no como un poder egoísta. Los humanos deberían ser tan amorosos con toda la creación al igual que lo fue Dios al crearla. Si amamos a los animales en la misma manera en que eran amados en el Jardín del Edén, no los comeremos. Aquellos que respetan los derechos de los animales están encaminados en regreso al Edén —un camino de regreso hacia el apropiado amor por la creación de Dios.

"Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os servirán para comer." — Genesis 1:29

8. Sólo los humanos tienen almas inmortales. Esto nos da el derecho a tratar a los otros animales como queramos.

Réplica: Muchas religiones enseñan que todos los animales, no sólo los humanos, tienen almas inmortales. Sin embargo, incluso si sólo los humanos fueran inmortales, esto sólo demuestra que podemos vivir para siempre mientras que los otros animales no pueden. Este hecho —en el caso de que fuera un hecho— debería acrecentar, no disminuir, nuestra obligación de asegurarnos que la única vida que tienen los otros animales pueda ser todo lo larga y buena que fuera posible.

"No hay religión sin amor, y cuando la gente habla sobre religión pero no enseña a ser bueno y compasivo con los animales al igual con que los humanos entonces se convierte en una farsa." — Anna Sewell

9. Si respetamos los derechos de los animales, y no los comemos ni los explotamos en cualquier otra forma, entonces ¿qué se supone que haremos con ellos? En poco tiempo estararían invadiendo nuestras calles y hogares.

Réplica: Alrededor de cuatro mil o cinco mil millones de animales son criados y matados para servir de comida cada año, sólo en los Estados Unidos de América. El motivo para esta cifra tan elevada es simple: hay muchos consumidores que demandan grandes cantidades de cadáveres de animales. Es la demanda de los consumidores lo que provoca la industria de explotación animal.

Sin embargo, para cuando la filosofía de los Derechos Animales haya triunfado, y la gente haya dejado de comer animales, no debemos temer que haya millones de vacas y cerdos correteando por nuestras calles y casas. Una vez que desaparezca el incentivo económico para criar animales, esos millones de animales ya no existirán. Y el mismo razonamiento se aplica a los otros casos —como es, por ejemplo, la cría de animales para investigación. Cuando la filosofía de los Derechos Animales prevalezca, y este uso de animales haya cesado, el incentivo económico para la cría de animales habrá cesado también.

"El peor pecado hacia nuestras criaturas semejantes no es el hecho de odiarlas sino de ser indiferente a ellas. Esto es la esencia de la humanidad." — George Bernard Shaw

10. Aunque los otros animales tengan derechos morales que deban ser protegidos, hay otras cuestiones más importantes que requieren de nuestra atención: el hambre en el mundo, el abuso infantil, el racismo, las drogas, la violencia contras las mujeres, y la situación de los sinhogar. Después de habernos ocupado de estos problemas entonces podremos preocuparnos de los derechos de los animales.

Réplica: El movimiento por los Derechos Animales se integra con, y no se segrega de, los Derechos Humanos. La misma filosofía que fundamenta y defiende los derechos de los animales no humanos también fundamenta y defiende los derechos de los seres humanos.

En realidad, a nivel práctico, la elección que afronta la gente no es entre ayudar a los humanos o ayudar a los otros animales. Podemos hacer ambas cosas. Por ejemplo, la gente no necesita comer animales para ayudar a los sinhogar, de la misma manera que tampoco necesitan usar cosméticos hechos con animales para ayudar a los niños. De hecho, la gente que respeta los derechos de los animales, no consumiéndolos, se encontrará más saludable, por lo que estarán más capacitados para ayudar a los humanos.

"Estoy a favor de los derechos de los animales tanto como estoy a favor de los derechos de los humanos. Es la manera de ser un humano completo." — Abraham Lincoln

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