27 de abril de 2024

Razones morales para llevar una vida saludable

Uno puede buscar conservar o mejorar su salud personal por un simple deseo egoísta de beneficiarse a sí mismo. Esto no tiene en principio nada de reprobable pero no es un argumento o criterio moral por sí solo. No obstante, es posible encontrar razones que nos impelen moralmente a mantener y favorecer nuestra propia salud. Aquí veremos tres de ellas que se sintetizan así:

1. Por respeto a la propia dignidad.

2. Por consideración a los animales y al movimiento vegano.

3. Por responsabilidad social.

1. Estar sano por respeto a la propia dignidad

Cada ser consciente posee un valor inherente. Ese valor inherente implica que todos los agentes morales deben comportarse respetando ese valor que posee cada individuo en sí mismo. La existencia de ese valor intrínseco la denominamos asimismo dignidad. Esto significa que no debemos dañar injustificadamente a los seres que poseen dignidad; a los que también nombramos como personas. Más aún, incluso si determinada conducta no implica infligir un daño deliberado pero causara daños accidentales o colaterales, también deberíamos al menos intentar que no se produzcan esos daños; en tanto que todo ser consciente posee un interés fundamental en evitar el daño.

Ahora bien, cada de uno de nosotros, en tanto agente moral, tiene la obligación de respetar ese valor intrínseco no solamente en los otros individuos sino también en nosotros mismos. Ese deber de no infligir un daño intencionado, y de intentar evitar los daños accidentales, no se limita sólo a nuestra conducta sobre los demás seres conscientes sino que incluye lógicamente a uno mismo. Por tanto, contraemos una obligación moral de llevar una dieta saludable, hacer ejercicio, no consumir tóxicos como el alcohol y el tabaco, y procurar actuar en todo lo posible por evitar lesiones y enfermedades.

2. Estar sano por consideración a los animales y al veganismo

Los animales están discriminados por no ser humanos y muchos de ellos explotados para servir de recursos a la humanidad. Necesitan de nuestra ayuda para liberarse de esa opresión que hemos creado sobre ellos. Difícilmente podremos ayudarlos si degradamos nuestra salud personal con un comportamiento irresponsable, mediante una dieta insalubre y una falta de actividad física y otras actividades inicuas. En otro ensayo argumenté que tenemos la obligación de hacer activismo para liberar a los animales. No podremos llevar a cabo ese activismo si enfermamos, o al menos quedaremos seriamente limitados por ello. Además, la gente se fijará en nuestra salud para juzgar si una vida vegana es saludable. Si ignoramos el cuidado de nuestro propio cuerpo, y también de nuestra mente, la gente lo asociará al veganismo.

3. Estar sano por responsabilidad social

Nuestro estado de salud nos afecta directamente a nosotros y en cierto grado a los individuos con los que convivimos; ya sean nuestra familia, amigos, compañeros y conciudadanos. Un perjuicio provocado por nuestra propia conducta conlleva una preocupación y malestar en las personas con las que tenemos una relación afectivo en algún modo. También afecta  incluso a gente que no conocemos pero con la que compartimos esta sociedad. Pensemos en el gasto que conlleva mantener una sanidad pública. En general, la enfermedad conlleva un gasto añadido de recursos que podríamos evitar hasta cierto punto con un estilo de vida saludable. Por ejemplo, si nadie fumara esto eliminaría la existencia de la gran mayoría de cánceres del sistema respiratorio y asimismo evitaría todo el trastorno emocional y los tratamientos que conlleva curarlos.

Conclusión

Por supuesto, la salud no depende enteramente de nuestra voluntad o nuestras decisiones. Habrá factores internos y externos cuya presencia no podamos controlar. Pero podemos razonar que existe un espacio que depende de nuestras decisiones voluntarias.

A menudo, la ética se interpreta como un sistema normativo que se refiere a nuestra conducta hacia otros individuos, pero la ética también abarca nuestro comportamiento sobre nosotros mismos. Por supuesto, si alguien no asume la ética como parte de la guía en su vida entonces estas razones no le parecerán relevantes. Pero las objeciones en contra de la consideración ética sobre uno mismo no se distinguirán esencialmente de los esfuerzos por intentar justificar la injusticia sobre los demás.