A raíz de las continuas propuestas que se hacen para motivar al exterminio de animales con la excusa de que no son autóctonos o de que perjudican el ecosistema, aquí expongo mi respuesta revisada que publiqué como comentario en un blog de ambientología frente a estas iniciativas que pretenden condenar a muerte a individuos inocentes por errores que hemos cometido nosotros. No me opongo al ecologismo como tal —entendido básicamente como la conservación del medio ambiente— sino que a lo que me opongo es al especismo y la violencia en general incluyendo la explotación de los animales nohumanos.
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Antes de nada debo decir que estoy en contra de que se liberen a visones de manera irresponsable, o a cualquier otro animal bajo nuestro dominio, a su libre albedrío. En este caso porque son animales depredadores y carnívoros que atacarán y matarán a otros animales que no tienen culpa de nada. Ésa no es la forma correcta de actuar. En caso de liberarlos, lo correcto sería responsabilizarse de ellos y cuidarlos, evitando que hagan daño a otros, igual que se hace con otros animales liberados de la esclavitud. Aunque obviamente lo primero que deberíamos cuestionarnos es qué supuesta legitimidad moral tenemos para usar a otros animales como nuestros esclavos: criándolos, encerrándolos y matándolos para nuestro beneficio. Es decir, haciéndoles algo que en ningún caso consideramos legítimos que otros nos hicieran a nosotros.
Por otra parte, me gustaría señalar quienes critican estas liberaciones basándose en argumentos de tipo ecologista incurren en una discriminación terriblemente injusta. Porque valoran las acciones de otros animales con un criterio radicalmente diferente al que aplican a los animales humanos. Llegando a proponer incluso que se "eliminen" sistemáticamente a los visones americanos, con la excusa de que dañan el medio ambiente y a otros animales. Algo que nunca propondrían, ¿o sí?, cuando se trata de seres humanos que dañan gravemente al medio ambiente y a otros animales que viven en él.
Si hablamos de "especie invasora y dañina" para designar a individuos no humanos que no son autóctonos de un territorio pero no hacemos lo mismo para referirnos igualmente a la especie humana entonces incurrimos en una discriminación injusta. Dado que el ser humano ha invadido todo tipo de ecosistemas a lo largo del planeta, dañando así muy gravemente el medio ambiente y a todos los habitantes no humanos que viven en ellos. Sin embargo, quienes denuncian a los animales no humanos que ellos califican como "especies invasoras" no hacen lo mismo cuando se trata de seres humanos. A pesar de que los humanos son actualmente sin ninguna duda los animales más invasores y dañinos del planeta. ¿A qué obedece este trato tan radicalmente diferente?
La especie que más daño causa, tanto al medio ambiente como a los individuos animales que viven en él, es la especie humana. ¿Cuántos daños causan diariamente la actividad humana en número de millones de víctimas? Es una cifra abrumadora e incontable. Sin embargo, nadie razonable propone que se extermine sistemáticamente a los individuos humanos. ¿Entonces por qué propone como medida aceptable el asesinar a los animales nohumanos que supuestamente dañan el medio ambiente? La respuesta es el especismo. El prejuicio especista de considerar que los individuos humanos, por el simple hecho de ser humanos, merecen una consideración moral diferente a la de otros animales, como se puede ver en este caso concreto.
Por supuesto, no estoy sugiriendo que exterminemos a los seres humanos. Al contrario. Lo que trata de señalar es que deberíamos respetar a los demás animales de igual modo que deseamos que se nos respete a nosotros mismos. Puesto que discriminarlos, por el simple hecho de no ser humanos, es irracional e injusto. Ellos son individuos con capacidad de sentir y que tienen intereses propios: vivir, evitar el daño, disfrutar de su vida,... No tener en consideración esos intereses es una discriminación injusta, similar al racismo y al sexismo. No importa a qué sexo o raza pertenece un individuo. Lo que importa es que él es alguien, una persona, que tiene intereses propios. Del mismo modo, tampoco importa la especie a la que pertenece alguien para que le consideremos y respetemos.
Por otra lado, si alegamos que los visones de origen americano no tienen derecho a estar en Europa, o donde sea, por el hecho de que provienen originariamente de América, alguien podría alegar el mismo criterio en el contexto humano, alegando, por ejemplo, que los seres humanos que son de origen africano no tienen derecho a estar en Europa. Así es como razonan los defensores del racismo y la xenofobia. Y para justificar su razonamiento dicen que la presencia de humanos que no son autóctonos implica un perjuicio para los que sí son supuestamente autóctonos de ese territorio, porque les quitan espacio, trabajo,... También alegan que la mezcla de razas conlleva la adulteración y pérdida de la pureza de la raza autóctona. Esto recuerda mucho a los argumentos que se suelen usar para proponer la "erradicación" de ciertos individuos no humanos.
Por cierto, me gustaría señalar que conceptos como el de "equilibrio y armonía de la naturaleza" son mitos completamente falsos y anti-científicos. No existe ningún tipo de equilibrio estable ni de armonía en la vida natural. Lo que encontramos en la naturaleza son individuos que tratan, entre otras cosas, de sobrevivir y de reproducirse. No existe ninguna armonía entre ellos más que la derivada por la lucha por la supervivencia y la adaptación al medio. Por otra parte, la extinción, y surgimiento, de especies es algo que lleva ocurriendo desde hace muchos millones de años y es algo que sucede de manera natural. No hay ningún equilibrio ni armonía. Hablar de "conservación de las especies" como si fuera un ideal al que aspira la naturaleza es sencillamente un error. Esto no es más que un mito.
En la naturaleza no existe ninguna estabilidad ni equilibrio. Esto es un invento forjado en la mente del hombre. Según explica la teoría de la evolución por selección natural, lo que ocurre en la naturaleza es un constante cambio y dinamismo, tanto a nivel individual como global. De todos modos, teniendo en cuenta que los humanos estamos constantemente afectando, a menudo de manera muy perjudicial, al medio ambiente y a los animales que viven en él ¿por qué no proponemos por ese mismo motivo exterminar a los humanos igual que proponemos exterminar a los no-humanos
Si estamos a favor de exterminar a otros animales cuando supuestamente supongan un peligro para el medio ambiente entonces por, coherencia, deberíamos estar de acuerdo en efectuar la misma medida contra seres humanos que suponen un evidente y manifiesto peligro contra el medio ambiente. ¿Por qué habría que aplicar un criterio diferente para los humanos? Aunque yo no estoy de acuerdo con exterminar a nadie. Hay otras soluciones que son compatibles con respetar las vidas de otros individuos que, al igual que nosotros, desean vivir y que no les hagan daño.
Es posible controlar poblaciones de individuos no humanos en la naturaleza, sólo cuando sea lícito hacerlo, sin tener que recurrir a matarlos. Por ejemplo, se les puede acoger y cuidar mientras vivan —igual que en el contexto humano existen los campos de acogida de refugiados. También existe la posibilidad de esterilizarlos y luego devolverlos a su hábitat —esto es algo que ya se está haciendo. Así que imposible sin recurrir a matarlos no es. Pero para ello antes tendríamos primero que verlos como individuos que merecen respeto por sí mismos y no despersonalizarlos mediante conceptos como "fauna", que nos impiden empatizar y reconocer que ellos no son objetos, sino que son alguien, no algo.
En definitiva, no cabe duda de que quienes liberan de manera irresponsable a los visones, o a otros animales, deberían reflexionar profundamente sobre la moralidad de sus actos y las consecuencias que provocan. Pero quienes, por otra parte, proponen asesinar a estos animales deberían reflexionar igualmente sobre lo erróneo de esa forma de ver a los demás animales como si fueran meros objetos o recursos para nuestro propio beneficio y disfrute. Como si fueran meros ejemplares de una especie, que no merecen consideración y respeto por sí mismos como individuos. Así es como muchos partidarios de ideologías racistas han visto a los seres humanos, con los resultados que ya todos sabemos. De igual manera, esa visión aplicada a los demás animales está provocando las mismas terribles consecuencias. Nuestra actual relación con los demás animales está basada en la dominación especista y la explotación sobre ellos. Y esto sencillamente no tiene ninguna justificación moral.
Como ya señalé al comienzo, no estoy a favor de liberar de la esclavitud a ningún animal para luego simplemente abandonarlo a su libre albedrío permitiendo que dañe o mate a otros individuos inocentes. Estoy a favor de liberarlos sólo en el caso de que quienes lo hagan se responsabilicen de estos individuos y eviten que hagan daño a otros. De todos modos, las liberaciones no van a conseguir acabar con la explotación animal. Esto sólo va a terminar cuando dejemos de ver a los demás animales como seres inferiores que no merecen respeto por sí mismos y que existen para ser utilizados por nosotros.
Lo peor de todo es que los propios animales liberados no tienen ninguna culpa de esta situación. De hecho, son los únicos que no la tienen en ningún grado. Pero son ellos a quienes se pretende hacer pagar con sus vidas un error que hemos causado nosotros. Esto es una completa injusticia. Sería como proponer que matáramos a seres humanos por el simple hecho de haber nacido como fruto de una violación sexual. Cuando ellos no tienen culpa del origen que ha causado su vida. No es moralmente aceptable arrebatar la vida a seres inocentes que no tienen responsabilidad de una situación que ellos no han provocado, y que ni siquiera son moralmente responsables de sus actos. Por tanto, debemos ver el problema desde una perspectiva radicalmente diferente y proponer soluciones que respeten las vidas y los intereses de todos los implicados. Además, tal y como señala acertadamente el biólogo Pedro Méndez:
"Si no se paran primero los desmanes que causamos nosotros, la persecución de las mal llamadas especies invasoras no es más que la búsqueda de un chivo expiatorio. Así no se va a solucionar nada, más bien al contrario se van a empeorar las cosas mientras no reconozcamos que la especie exótica invasora más dañina es Homo sapiens. Primero controlémonos a nosotros mismos y luego veamos tranquilamente lo siguiente a solucionar.
Si creemos en la razón y la ética como guía de nuestra vida —y no en la mera imposición del poder, la fuerza y la violencia— es urgente que nos replanteemos y cambiemos esa injusta visión que tenemos sobre los demás animales.