Recientemente el conocido escritor Mario Vargas Llosa ha publicado un artículo en el diario El País, en el cual exponía su opinión acerca de la discriminación injusta que padecen las personas que no son heterosexuales en muchas partes del mundo y en su propio país de origen. Enlaza este tipo de injusticia con otras discriminaciones igualmente injustas como el racismo. Y en lo que respecta acerca de conseguir erradicar en nuestra sociedad estos prejuicios contra otras personas dice que será como:
«(...) luchar contra un peso muerto que nace en ese primitivo rechazo del “otro”, del que es diferente, por el color de su piel, sus costumbres, su lengua y sus creencias y que es la fuente nutricia de las guerras, los genocidios y los holocaustos que llenan de sangre y cadáveres la historia de la humanidad.»
Por otra parte, el señor Vargas Llosa se ha destacado por su defensa a ultranza de la tauromaquia, para lo cual ha utilizado habitualmente argumentos falaces. Pero no es mi intención en esta nota analizar sus argumentos, sino señalar el único de sus argumentos que considero acertado. Veamos a continuación a cuál me refiero.
En otro artículo, Vargas Llosa reconoce que en la tauromaquia a los toros se les causa sufrimiento y muerte, pero advierte al mismo tiempo que esto no es diferente de otras formas de utilizar a los animales no humanos por parte del hombre:
«Nadie puede negar que la corrida de toros sea una fiesta cruel. Pero no lo es menos que otras infinitas actividades y acciones humanas para con los animales, y es una gran hipocresía concentrarse en aquella y olvidarse o empeñarse en no ver a estas últimas.»
A mi modo de ver, es acertado señalar que moralmente no hay diferencia moral relevante entre la tauromaquia y el resto de la explotación animal.
El problema está en que, al igual que los antitaurinos, Vargas Llosa no aplica su propio argumento a sí mismo, demostrando así una notable incoherencia. Porque si no hay razón que justifique el suponer una diferencia esencial entre las diversas maneras que tenemos de explotar a otros animales tampoco la hay para hacer moralmente una diferencia radical entre el ser humano y otros animales que también poseen la capacidad de sentir. Los demás animales son seres conscientes. Todos los animales que tenemos capacidad de sentir experimentamos las mismas sensaciones y tenemos los mismos intereses básicos: conservar la vida, disfrutar de un bienestar, evitar el daño.
El problema está en que, al igual que los antitaurinos, Vargas Llosa no aplica su propio argumento a sí mismo, demostrando así una notable incoherencia. Porque si no hay razón que justifique el suponer una diferencia esencial entre las diversas maneras que tenemos de explotar a otros animales tampoco la hay para hacer moralmente una diferencia radical entre el ser humano y otros animales que también poseen la capacidad de sentir. Los demás animales son seres conscientes. Todos los animales que tenemos capacidad de sentir experimentamos las mismas sensaciones y tenemos los mismos intereses básicos: conservar la vida, disfrutar de un bienestar, evitar el daño.
No es coherente por tanto que Vargas Llosa denuncie que es injusto discriminar a otros humanos por el simple hecho de no ser heterosexuales mientras que al mismo tiempo él discrimina a otros animales por el simple hecho de no ser humanos. En un ejemplo de la incoherencia manifiesta que es el prejuicio del especismo: la absurda idea de que el ser humano merece respeto, por el simple hecho de ser humano, y que los demás animales no merecen ese mismo respeto por el mero hecho de no pertenecer a nuestra especie. Es el mismo tipo de mentalidad que sustenta el racismo, el sexismo, y otras discriminaciones basadas en características moralmente irrelevantes.
La postura de quienes discriminan, denigran y agreden a otros seres humanos por el simple hecho de no ser heterosexuales, es una postura análoga a la de quienes discriminan, denigran y agreden a otros animales por el simple hecho de no ser humanos. Ambas posiciones se basan en la idea de que los individuos que son diferentes a nosotros en alguna característica irrelevante no merecen el mismo respeto que deseamos para nosotros mismos.
La postura de quienes discriminan, denigran y agreden a otros seres humanos por el simple hecho de no ser heterosexuales, es una postura análoga a la de quienes discriminan, denigran y agreden a otros animales por el simple hecho de no ser humanos. Ambas posiciones se basan en la idea de que los individuos que son diferentes a nosotros en alguna característica irrelevante no merecen el mismo respeto que deseamos para nosotros mismos.
En ambos casos nos encontramos con un prejuicio irracional, que se mantiene solamente por la inercia de la tradición y por el beneficio particular que se obtiene de ello. En esto no es diferente tampoco de cualquier prejuicio en el que se basa la práctica de la esclavitud. De hecho, tratamos a los demás animales como nuestros esclavos, como meros recursos para satisfacer nuestros fines. Y la sola idea de pensar que debemos respetarlos como a personas suele causar sorpresa y enojo a partes iguales.
Las razones que Vargas Llosa apunta para explicar por que está éticamente mal la discriminación y violencia contra humanos que no son heterosexuales, se pueden aplicar de la misma manera para razonar por qué está mal discriminar y agredir a otros animales que no son humanos. No son humanos pero sin embargo, al igual que nosotros, son capaces de sentir, de experimentar sensaciones, y que tienen intereses propios: interés en vivir, en evitar el daño, y en disfrutar libremente de su propia vida.
A pesar de lo que alguien puede pensar al leer esto, obviamente no estoy comparando a los homosexuales, o a otros humanos, con los animales. Claro que no. Eso sería lógicamente absurdo. Porque los homosexuales son animales. Mario Vargas Llosa es un animal. Yo soy un animal. Todos los humanos somos animales. Es un error discriminar moralmente entre humanos y otros animales, en tanto que todos somos seres seres sintientes.
Por tanto, discriminar a personas homosexuales simplemente por no ser heterosexuales como nosotros es tan injusto como discriminar a otros animales simplemente por no ser humanos como nosotros.
Por tanto, discriminar a personas homosexuales simplemente por no ser heterosexuales como nosotros es tan injusto como discriminar a otros animales simplemente por no ser humanos como nosotros.
El prejuicio especista subyace en nuestra mentalidad y está tan fuertemente arraigado como hasta hace muy poco lo estaban otros prejuicios como el racismo y el sexismo. Lo único bueno que podemos sacar de esto es que si hemos conseguido ser capaces de comprender lo erróneo y perjudicial de aquellas injusticias, también somos capaces de hacerlo, si queremos, en lo que concierne a la injusticia del especismo.
Al igual que el racismo y el sexismo, también podemos evitar el especismo.
Al igual que el racismo y el sexismo, también podemos evitar el especismo.
Excelente blog. ¡Felicidades!
ResponderEliminarPersonalmente, no soy vegano (aunque me lo he planteado). Soy vegetariano porque hay ciertas dudas que no he podido solucionar. Por ejemplo: si la vaca está en buenas condiciones, considerando que su cría está bien alimentada, ¿por qué no deberíamos tomar su leche?; en el caso de que las gallinas vivan en libertad, ¿por qué no debemos alimentarnos con sus huevos?. En los dos ejemplos anteriores no parece haber un conflicto de intereses entre nosotros.
Gracias por tus publicaciones, son verdaderamente interesantes e incitan a la reflexión.
El problema es que los escenarios que planteas son utópicos. Un productor de leche va a dejar el el ternero se tome la mitad de la leche? Si hace eso va a producir la mitad de lo que podría estar produciendo, va a tener que vender la leche al doble del precio (es decir no la va a poder vender). Además las vacas no dan leche por si solas, como todo mamifero, tienen que estar "embarazadas" para producir leche. Por lo tanto de alguna forma hay que embarazarlas... Dejando de lado el "enigma" de como haces para embarazarla, el hecho de embarazarla continuamente devasta fisicamente a la vaca. Imaginate una madre que es embarazada todos los años. Por este motivo, entre otros, las vacas "domesticadas" viven menos de 7 años, mientras que en libertad viven al rededor de 15 o 20. Con respecto a las Gallinas sucede lo siguiente: En libertad ponen al rededor de 7 huevos al año (no ponen huevos durante el invierno por ejemplo), mientras que en criadero pueden poner hasta 300. Cada huevo que ponen es un gran estress en su cuerpo. Quien va a alimentar a una gallina por todo un año para producir entre 7 y 50 huevos (estimo que estas cantidades no dañarían a la gallina). Esta persona debería vender los huevos carísimos (es decir no podría venderlos). Las gallinas de criadero no viven mas de dos años (en comparación con 7 u ocho en libertad). Ademas, en promedio cuando nacen los polluelos, la mitad son macho y la mitad son hembra, por lo tanto... que hacemos con todos los machos? No nos sirven ya que no ponen huevos... Que productor dejaría vivos a los machos que no le sirven para nada (pagar su comida por 7 años)?
EliminarEn fin desde un punto de vista económico es imposible, un huevo tendría que costar 20 veces lo que cuesta ahora y un litro de leche más todavía. En definitiva capaz sería moralmente aceptable si tenés campo, rescatas unas gallinas y una vez al mes les sacas un huevo o si rescatas una vaca y sin forzarla tiene un ternero y le sacas uno o dos vasos de leche por semana. Pero son escenarios muy rebuscados y agenos a la realidad. El único caso donde en mi opinión sería moralmente aceptable (además de por extrema necesidad) sería si encontrás un animal muerto
Muchas gracias. Me alegra mucho que te guste el blog y que te resulte de utilidad.
ResponderEliminarRespecto de la cuestión que me planteas, la verdad es que en realidad casi todas las entradas de este blog están enfocadas a responderla. Es decir, la cuestión del uso de animales no humanos. Espero que según lo vayas leyendo saques tus propias conclusiones al respecto.
La respuesta breve a tu pregunta sería que no tenemos ninguna justificación moral para quitarle la leche o los huevos a otros animales Por ejemplo ¿te parecería bien que alguien (tus padres) te quitaran sin tu consentimiento todo tu pelo del cuerpo con la excusa de que te ellos te cuidan bien en su casa? No tenemos ninguna justificación para usar a otros animales como recursos para nuestro beneficio. Aunque supuestamente les tratáramos bien (lo cual es un criterio un tanto subjetivo), ellos no nos han dado su consentimiento para que les usemos. Usar a alguien sin su consentimiento para nuestro beneficio es cosificarlo, tratarlo como un objeto. Los demás animales no son objetos. Son personas no humanas con su propia voluntad e intereses.
Para una explicación más detalla, te animo a que eches un vistazo global al blog. Especialmente a las siguientes entradas.
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2009/05/por-que-el-vegetarianismo-no-es_23.html
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/01/el-vegetarianismo-es-un-error.html
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/09/la-cuestion-de-fondo-no-es-el-como-sino.html
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/11/por-que-esta-mal-explotar-los-animales.html
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2012/01/nuestro-error-fundamental.html
Un saludo.
Gracias por tu respuesta.
ResponderEliminarEn una de tus publicaciones alguien dijo, de forma acertada, que las vacas generalmente producen más leche de la que sus terneros toman y esto, en consecuencia, les puede ocasionar dolor. Se que este no es el caso de las granjas, pero: ¿no crees que estamos justificados al quitarle leche para evitar su sufrimiento?
También dices que la razón por la cuál no debemos consumir huevos o leche es que los animales no humanos no pueden dar su consentimiento explícito sobre ello. Pero, con ese criterio, tampoco estamos justificados para hacer nada en favor de los animales, como ayudarlos voluntariamente en ciertas circunstancias en las cuales su vida corra peligro. ¿Es esta interpretación correcta?
Saludos.
La cuestión de fondo que debemos plantearnos siempre es por qué hay vacas (y otros animales no humanos) bajo el dominio de seres humanos. La respuesta sencilla es que los usamos como esclavos para beneficiarnos de ello. En su mayor parte, todos los animales no humanos que son actualmente propiedad de los humanos son descendientes de aquellos individuos no humanos que fueron secuestrados por el hombre de sus comunidades para ser domesticados (esclavizados). Esta dominación ha persistido a lo largo de los siglos mediante la crianza forzada y el secuestro de animales no humanos de sus hábitats naturales.
ResponderEliminarUna vez que hayamos reconocido esa injusticia y en consecuencia dejemos de usar a los demás animales, todos los esclavos no humanos emancipados deberían ser acogidos y cuidados en refugios mientras dure su vida natural. Dentro de este contexto, en el caso concreto que planteas, está justificado que le extraigamos su leche a una vaca para evitar perjuicios en su salud. Aunque no estamos nunca justificados a consumir o comerciar con ella.
Respecto de la segunda pregunta que formulas, tendrías que plantear los términos de una manera más concreta. Ayudar a otros nunca es una obligación moral salvo en el caso de que nosotros seamos responsables de su situación. Ayudar a las víctimas de la explotación animal sería perfectamente lícito, pero inmiscuirnos en la vida de los animales no humanos libres que viven su propia vida en la naturaleza no me parece que esté en ningún caso justificado.
Un saludo.
Hay una regla (una variación de la "regla de oro") que tal vez pueda servirnos tanto para el caso de la leche de las vacas como para el caso de los animales libres en apuros: "Haz a los demás, en lo que sea posible, lo que ellos querrían que se les hiciera" (Karl Popper).
ResponderEliminarUn saludo.
PD. ¿De verdad que las vacas sufren por exceso de leche en sus ubres? Pregunto desde la ignorancia, pero también desde la incredulidad.
Hugo, personalmente, no podría estar de acuerdo con esa regla, tal y como está formulada. Porque entiendo que es contrario al respeto por la persona el obligar a alguien a satisfacer las necesidades o deseos de otros individuos que no son su responsabilidad. A mi modo de ver, la ética racional se basa el principio de que cada uno de nosotros (quienes somos moralmente conscientes y responsables de nuestros actos) vivamos nuestra vida respetando las de los demás. En ningún caso, me parece éticamente aceptable que aceptemos la idea de que estamos en el mundo para servir a los intereses de otras personas (o de algún ideal político o religioso). Aceptar ese punto supondría cosificar a los individuos y convertirlos en meros medios para los fines de otros. Ayudar a los demás puede ser un acto muy noble, pero que está dentro de la voluntad libre de cada uno, y que en ningún caso debería quebrantar el principio del respeto por la persona, y su derecho a vivir su propia vida.
ResponderEliminarTengo entendido que algunas vacas (y otros animales no humanos hembras) segregan una gran cantidad de leche que excede lo que necesitan sus hijos y que esto puede causarle un perjuicio en su salud. Pero esa eventualidad también ocurren en ciertos casos de mujeres humanas. También hay ocasiones en los que ocurre lo contrario. Los errores (entendido en forma relativa como aquello que daña la salud y la continuidad de la vida ) son habituales en la naturaleza, tanto por exceso como por defecto, y de hecho son parte inherente en su funcionamiento.
Gracias por la información sobre las vacas. La desconocía.
ResponderEliminarAyudar a los demás puede ser un acto muy noble, pero que está dentro de la voluntad libre de cada uno...
Parece ser que en esto tampoco opinamos lo mismo. Vive y deja vivir, se suele decir. Pero Mario Bunge añade: "Vive y ayuda a vivir". El énfasis (la cursiva) es mío ;)
Un abrazo, Luis.
Ah, bueno ¿y si Mario Bunge lo dice entonces eso significa, por sí solo, que es lo que debemos hacer? :-) Conozco esa cita de su recomendable libro Las pseudociencias !vaya timo! . Pero es un mandato no razonado. Ningún argumento lo sostiene. Lo cual no me sorprende. La ética es, de lejos, el ámbito donde la razón menos ha penetrado. La gran mayoría de la gente que usa la razón en otros ámbitos (ciencia, religión, política,,...) incurre en gravísimos errores cuando se trata del ámbito de la moral. Si no fuera así entonces serían veganos. Pero no lo son. Por falta de razón y también por falta de información.
ResponderEliminarUno de los muchos argumentos que se suelen usar para justificar nuestra explotación de otros animales consiste en decir que no es aceptable que dejemos a los demás animales vivir su propia vida, libres de nuestra dominación, porque todos tenemos que aportar algo (trabajo, recursos,...) a la sociedad en general.
Si ayudar a otros es un deber en sí mismo (dejando de un lado cuestiones como el consentimiento, o el hecho de si somos agentes morales o responsables de la situación) no cabe duda de que entonces sería moralmente aceptable la explotación de los animales que no ayuden voluntariamente. No sólo aceptable sino que sería un deber explotarles. Para que así ellos también ayuden a otros (a nosotros sobre todo). Por ejemplo, se intenta justificar el uso forzado de animales no humanos en experimentos médicos alegando que esto no solamente beneficiará (ayudará ) a seres humanos sino también a otros animales.
Salvo que aceptemos la razón y, por tanto, aceptemos que la ayuda sólo puede ser ética cuando es voluntaria, o derivada de una responsabilidad, (y respete los derechos individuales) entonces el argumento de la ayuda será un argumento que defienda la dominación y la explotación.
Le recomiendo este libro, por si no lo conoce, El triunfo de la compasión del filósofo de la ciencia Jesús Mosterín (amigo de Mario Bunge).
Eliminarhttps://www.alianzaeditorial.es/libro.php?id=3099969
Gracias. Lo cierto es que ya lo conozco. Yo quisiera recomendarle a su vez los ensayos que publiqué sobre el pensamiento de Mosterín:
Eliminarhttp://filosofiavegana.blogspot.com.es/2016/10/jesus-mosterin-contra-los-animales-y-el.html
Excelente entrada. La tauromaquia no se sostiene por ningún lado, aunque tenga defensores tan conocidos como Vargas Llosa. En vez de ir a los toros es mejor ir al teatro.
ResponderEliminarGracias, Roberto.
ResponderEliminarEs verdad que la tauromaquia no tiene ningún argumento racional a su favor que la justifique moralmente. Pero ocurre lo mismo con cualquier otra actividad que implique utilizar animales no humanos. Por eso, en vez de usar a otros animales como comida (o como vestimenta, o para cualquier otro propósito) es mejor escoger el veganismo. De hecho, el veganismo es la única opción ética.
Un saludo.
Gracias por el comentario, Luis. Siempre tienes cosas interesantes que decir.
ResponderEliminarMuchas gracias, Hugo. Eres muy amable. Mi intención es que quien lea este texto se replantee racionalmente cuestiones como el especismo y la explotación animal. Aunque a veces no sé si consigo mi objetivo, viendo algunas reacciones bastante desalentadoras: http://sunombreenvano.blogspot.com.es/2012/04/la-caza-del-gay-vargas-llosa-entre-el.html Personas que se consideran escépticas y racionales parecen incapaces de aplicar la lógica más elemental cuando se trata de cuestionar nuestra relación moral con los demás animales.
ResponderEliminarGracias por tu respuesta, Luis.
ResponderEliminarDices "en el caso concreto que planteas, está justificado que le extraigamos su leche a una vaca para evitar perjuicios en su salud. Aunque no estamos nunca justificados a consumir o comerciar con ella.", ¿cuál sería el impedimento moral si se cumplen estas dos condiciones?. Es decir, si solo comercializamos y consumimos la leche extraída para ayudar al animal. No digo que esto sea lo que pase en las granjas, solo como caso hipotético.
Respecto a tu otra respuesta, lo que quise decir fue lo siguiente: según he entendido, crees que consumir huevos, por ejemplo, es un impedimento moral ya que la gallina no ha dado su consentimiento explícito; sin embargo, en el caso anterior, según éste criterio, no estamos justificados al ayudar a la vaca (esta no puede dar el consentimiento explícito que apruebe nuestra ayuda). ¿Qué formas de interacción son moralmente legitimas con el resto de los animales?
De la misma manera que podemos deducir que existe el interés en vivir de los animales estudiando su comportamiento, podemos llegar a la conclusión de que la gallina libre que deja sus huevos y se muestra indiferente a ellos tampoco tiene un interés en conservarlos. Si esto fuese así, ¿lo considerarías inmoral a pesar de que no haya un conflicto de intereses?
Saludos.
Hay varias objeciones al primer caso que planteas.
ResponderEliminarLa primera y fundamental objeción es que ella no ha dado su consentimiento para que comerciemos con lo que proviene de su cuerpo. No estamos justificados a usar el cuerpo, ni lo que proviene del cuerpo, de otra persona sin su consentimiento explícito. El cuerpo forma parte de la personalidad de un individuo y está amparado por el derecho a la integridad física. Usar el cuerpo de alguien para conseguir algún beneficio de ello es inmoral si no nos da su consentimiento explícito. Porque en ese caso ya no la estamos respetando como persona sino que la estamos cosificando como a un objeto que carece de voluntad e intereses propios.
Además, si comerciamos con productos de origen animal, en una sociedad radicalmente especista como es la nuestra, estamos fomentando la idea de que los animales no humanos existen para ser usados y consumidos por nosotros. Estamos ayudando (aunque no sea de manera intencionada) a reforzar esa creencia. Esto va en contra del respeto por los animales como personas.
Respecto del segundo caso que señalas, el consentimiento no es relevante cuando se trata de alguien que está bajo nuestra responsablidad directa. Porque no es que estemos ayudando a la vaca en cuestión como si esa persona fuera alguien libre y autónoma a quien decidimos ayudar por nuestra cuenta propia. Lo que estamos haciendo es cuidar de alguien que está bajo nuestra tutela. No pedimos el consentimiento a nuestros hijos humanos cuando se trata de operarles de apendicitis o vacunarles por su bien. Nosotros estamos obligados a velar por su salud e integridad física. Lo mismo ocurre cuando quienes están bajo nuestro cuidado son animales no humanos.
Podemos suponer por defecto, y es perfectamente lícito hacerlo, que toda persona tiene un interés en conservar y proteger su vida. Por lo tanto, no necesitamos el consentimiento cuando esa persona está a nuestro cargo y depende de nosotros. Y además, se trata de una situación en la que la persona tutelada no puede comunicarnos su consentimiento, o no tiene un conocimiento suficiente como para dar un consentimiento informado.
En el tercer caso que mencionas, el hecho de que pensemos que una gallina supuestamente se desentienda de los huevos que ha puesto no significa que ese desentendimiento sea verdaderamente real, sino que más bien estamos partiendo de la suposición de que nosotros conocemos la intención y las expectivas de dicha persona. (El hecho de que yo deje mi coche aparcado en la calle no significa que me desentienda de mi coche, a pesar de no estar vigilándolo constantemente.) No soy un experto en el comportamiento de las gallinas, pero tengo entendido - por lo que me han contado personas que sí conviven con ellas - que aunque al principio no les hagan caso, a menudo se acaban comiendo los huevos no fecundados que ponen, y eso es muy bueno para ellas porque así se nutren de calcio, entre otros nutrientes.
Acerca de los problemas sobre el hecho de consumir o comerciar sustancias que provengan de otros animales me remito al comienzo de este comentario.
Si de verdad aspiramos a una sociedad en donde respetemos a los demás animales y sus derechos tal y como deseamos que se nos respete a nosotros, entonces debemos contribuir a una construir una cultura que no dependa en nada de otros animales ni de nada que proceda de ellos. Esto implica no participar en nada que implique usar (consumir o comerciar) a otros animales, hasta donde sea razonablemente posible, y fomentar la práctica del veganismo en todos los ámbitos de nuestra vida.
Espero que mis comentarios te hayan resultado de utilidad.
Un saludo.
Hola, sólo quiero aportar algo acerca del exceso de leche de las vacas. Según lo que yo he sabido, esto no sucede en todas las vacas, sino en las que han sido manipuladas por el ser humano, con modificaciones genéticas o con inyección de hormonas, buscando mayor producción de leche. Cuando a estas vacas no se les ordeña, se les acumula la leche y produce infecciones que conllevan a la mastitis junto con grandes dolores para ellas. En otras palabras, esto es un sufrimiento impuesto por los humanos especistas.
ResponderEliminarLa incoherencia demostrada por Vargas Llosa es la misma que demuestran los que salen en la foto con él. Forman parte de una aristocracia que como piscópatas, ya han perdido la empatía.
ResponderEliminarPor ello, no se ven como animales a sí mismos, sino como algo superior a ellos.
Son los mismos que son capaces de ponerle una multa a un mendigo de la calle.
La ausencia de empatía es un síntoma de las psicopatías.
Estamos gobernados por psicópatas que están totalmente fuera de la realidad, y tan fuera...como para afirmar que la tortura es amor.