19 de marzo de 2015

Kafka, «La Metamorfosis» y la cuestión del especismo


«La Metamorfosis» [o «La Transformación»] es un relato del escritor Franz Kafka más famosos y leídos hasta la fecha. En este ensayo me gustaría realizar un breve análisis sobre el contenido de la obra. Advierto de antemano que a continuación revelaré algunos detalles importante de la trama; por si alguien quisiera leer o releer primero la historia antes de leer este comentario.

Desde la primera página, asistimos a un acontecimiento extraordinario que determinará toda la historia subsiguiente: su protagonista, Gregor Samsa, ha sufrido una transformación física completa que le ha hecho perder su apariencia humana y adoptar la forma de otro animal, muy semejante a la de un insecto.

En el relato nunca se llega a explicar, ni se especula siquiera, por qué y cómo sucede esto. Tal vez porque el autor no tenía interés en ese punto y sólo le importaba centrarse en las reacciones del protagonista y de los que lo rodean respecto de ese acontecimiento. También es un rasgo peculiar de la obra de Kafka el no explicar la causa de los acontecimientos que suceden a sus protagonistas; como si fueran víctimas de un castigo cósmico o una maldición. Esto es una de las características del concepto de lo kafkiano.

La historia narrada en La Metaformosis es la de alguien que fue un ser humano y que ahora se ha convertido en un animal no humano. Kafka nos muestra con crudeza lo que conlleva esta diferencia en nuestra sociedad y la manera en que nos relacionamos con otros animales.

Gregor Samsa ya no era humano pero aunque su aspecto había cambiado radicalmente; él seguía sintiendo de la misma forma. No había cambiado el hecho de que experimentaba emociones y sentimientos y pensamientos. No era humano pero era un ser sintiente. A pesar de que su familia sabe que Gregor es la misma persona; a pesar de saber que es una persona; el tremendo cambio físico que ha experimentado provocará en el seno familiar una crisis de consecuencias trágicas.

Es curioso que el autor no ideó que su protagonista se convirtiera en un perro, un gato o un pájaro, u otros animales por los que —aunque también discriminados y oprimidos por no ser de nuestra especie— muchos humanos pueden sentir cierta simpatía. No. Le obligó a ser el tipo de animal probablemente más detestado por los humanos: los insectos.

No conocemos cuál era la intención original del autor al escribir este texto. Tal vez expresar sus propios sentimientos personales en medio de un contexto social en el cual se sentía desgraciado y rechazado. De todos modos, si en verdad hubiera querido denunciar el especismo, difícilmente, a mi juicio, podría haberlo hecho de una manera más expresiva.

A mi modo de ver, pocas obras de la literatura han representado tan acertadamente, de forma implícita, lo que supone el prejuicio del especismo como lo ha conseguido esta pieza de Kafka. Podemos comprobar que hay todavía muy pocas obras literarias que traten esta cuestión de un modo u otro.

Podríamos sacar diversas conclusiones partiendo del texto de Kafka, que, a pesar de su brevedad, es enorme en su valor literario y filosófico y está repleta de posibles significados. De hecho, se han publicado una considerable cantidad de análisis sobre ella. Sin embargo, hasta ahora no he leído ninguna —y he estado leyendo bastantes, tanto en inglés como en español— que lo relacionara con el prejuicio del especismo.

Que prácticamente a nadie se le ocurriera hasta ahora pensar que este relato evidenciara la discriminación hacia los no-humanos revela la enorme falta de conciencia sobre este problema en nuestra cultura. Por supuesto, cuando yo leí por primera vez esta historia, hace ya bastantes años, tampoco se me ocurrió hacer esa conexión. Como señala Noam Chomsky:

«En realidad, otro problema que creo debemos enfrentar, es que en cualquier punto particular de la historia humana, la gente no ha entendido lo que es la opresión. Es algo que aprendes. Si volvemos hacia, digamos, mis padres o mi abuela, ella no pensaba que estaba siendo oprimida por ser parte de una familia superpatriarcal donde el padre podía ir caminando por la calle y no reconocer a su hija cuando ella venía—no porque él no supiera quién era ella, sino porque no se supone que le hagas señas a tu hija. No se sentía como opresión. Sólo se sentía como que así es la forma en que funciona la vida… Pero, como cualquiera que haya estado involucrado en cualquier tipo de activismo sabe —digamos el movimiento feminista— una de las primeras tareas es hacer que la gente comprenda que están viviendo bajo condiciones de opresión y dominación. No es algo obvio, y quién sabe qué formas de opresión y dominación estamos simplemente aceptando, sin siquiera notarlas.» [Noam Chomsky, On Anarchism, 2005]

Me hubiera gustado leer algún análisis que lo interpretara bajo esa perspectiva pero al no haber encontrado ninguno he decidido compartir a continuación mi reflexión particular sobre el relato en cuestión.

El problema en lo que le había sucedido a Gregor Samsa no estaba realmente en su transformación. No era algo que le dificultara sentir o vivir. E incluso seguía siendo capaz de comunicarse con otros humanos. El problema real estaba en el modo en los demás lo juzgaban y, también, en el modo en el que él mismo se juzgaba. El problema no era tanto físico, sino que más bien estaba en la mente de todos ellos.

Asimimo, el problema en nuestra relación con los demás animales no reside en que ellos sean diferentes a nosotros, ya sea en su aspecto o en su forma de experimentar el mundo. El problema es que nosotros los juzgamos inferiores simplemente por no ser humanos. Aun siendo conscientes de que ellos sienten; seguimos discriminándolos injustamente por no ser de la misma especie que nosotros.

Es posible que el nuevo físico de Gregor Samsa le imposibilitara integrarse en la sociedad humana como había hecho hasta ahora. Pero igualmente hay muchos seres humanos que por alguna circunstancia quedan parcial o totalmente inválidos o discapacitados y pierden su autonomía para sobrevivir en la sociedad. No por ello aceptamos que por esa circunstancia fuera correcto discriminarlos, agredirlos o tratarlos como si fueran objetos o mercancías para servir a nuestro beneficio.

Los demás animales son esencialmente lo mismo que nosotros: individuos que experimentan sensaciones, emociones y pensamientos. Las acusaciones de 'antropomorfización' están equivocadas puesto que contamos con evidencias de peso acerca de la conciencia en otros animales. Esas acusaciones lo que evidencian realmente es el arraigado prejuicio del antropocentrismo que consiste en creer que la sensibilidad es exclusiva en los humanos, a pesar de que tenemos pruebas que demuestran que no es así.

La diferencia más importante entre humanos y no-humanos reside en cierto grado de inteligencia. Pero es una diferencia que está presente también de forma notable entre los propios seres humanos. También existen obvias y significativas diferencias corporales. Pero también hay enormes diferencias físicas entre humanos —por ejemplo: pensemos la enorme diferencia entre un bebé y un adulto en plenas facultades.

Este relato de Kafka responde a una pregunta que casi nadie se habría hecho hasta el momento: "¿Y si un día nos despertáramos siendo un animal no-humano?" En nuestra sociedad, ser un individuo no humano implica ser un esclavo, es decir, alguien sometido a la condición de propiedad; ya sea para servir a los humanos de compañía o de comida o de vestimenta. Ahora bien, como los insectos en general —excepto algunos muy determinados como las abejas o las cochinillas— no tienen una utilidad para nosotros entonces directamente los matamos por su sola presencia.

Aunque el caso que aquí nos trae pertenezca a la imaginación literaria, es una situación en la que todos podemos. Todos deberíamos imaginarnos en el lugar de los otros animales y pensar si nos parece aceptable que nos traten así  —como un objeto o un mero recurso para otros. Creo que la respuesta sería invariablemente negativa. Nadie quiere estar sometido ni ser asesinado para beneficio de otros.

Ante cualquier cuestión moral que nos surja sobre nuestra relación con los demás animales, deberíamos preguntarnos siempre si nos parecería bien que ese criterio se aplicara sobre seres humanos y sobre nosotros mismos. Si la respuesta es negativa entonces ese criterio probablemente no respeta el principio de igualdad.

Quiero pensar que Kafka, que al parecer se hizo vegetariano, hubiera simpatizado con esta interpretación sobre su historia.

17 comentarios:

  1. muy buen artículo luis. che, me interesaría conocer tu opinión sobre este texto:

    http://www.portaloaca.com/articulos/mundo-natural/10131-critica-al-veganismo-desde-un-punto-de-vista-anarquista.html

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    1. Muchas gracias.

      A la clase de objeciones que aparecen en ese artículo las he respondido en los siguientes artículos:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/12/es-el-capitalismo-el-verdadero-problema.html

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2015/01/bob-torres-y-la-cuestion-del-especismo.html

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  2. Bueno, aunque creo que se puede interpretar así no creo que hable de eso...

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    1. Nunca podremos saber cuál era realmente su intención personal. Puede que no tuviera ningún propósito consciente. Los artistas a menudo no saben explicar por qué hacen lo que hacen. Simplemente sienten el deseo de expresarse mediante ficciones.

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    2. Yo tampoco creo que Kafka se haya referido al especismo. Creo que su intención fue la mostrar que en Samsa, a partir de la transformación,la apariencia coincidiría con la forma en que él se sentía: degradado, repulsivo (pareciera que es una cucaracha).

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    3. Es muy posible. Si bien la obra puede interpretarse en más de un sentido. Nunca sabremos cuál era la intención de Kafka dado que no se lo podemos preguntar ni tampoco dejó testimonio escrito al respecto. Precisamente la riqueza del arte consiste en que su significado va mucho más allá del propósito consciente de su autor. Por otra parte, lo que no se puede negar es que Kafka era sensible respecto de la situación de los animales nohumanos y es lo que le llevó a hacerse vegetariano.

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  3. Los leones siguen comiendo carne...

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  4. Hola, luis.

    En primer lugar felicitarte, y agradecerte por tu blog, ya que es uno de los pocos hispanohablantes, que hablan sobre el veganismo (He visto otros blog que si bien hablan sobre veganismo, pero no son constantes publicando, o estan abandonados desde hace varios años). Yo soy vegano desde hace varios años (unos 3) y no podría explicar algunas cosas (referente al veganismo) tan bien como lo haces tu.

    Pero bueno te escribía (Y disculpa si no viene al caso de este post o si lo que dire ya lo haz tocado, ya que este blog tiene muchas entradas y no he podido leer todas), para preguntarte que piensas de los denominados "santuarios de animales", donde llevan o "rescatan" a los animales-no-humanos explotados (Principalmente de la industria carnica/ganadera, que son tirados a la basura [literalmente] al no "servir", tener una enfermedad, etc. ya sea pollos, gallinas, cerdos, etc)

    Hago esta pregunta ya que a mi me produce una "dicotomia" (Por llamarlo de alguna forma, ya que estoy dividido en dos partes), ya que por una parte pienso que no sería la mejor opción/idea llevar ahora o llevar en un futuro a los animales-no-humanos [Hipotéticamente, si se dejara consumir animales-no-humanos] a otro lado, ya que no serían explotados (Es decir dejarían de ser usados por los humanos, pero igual no estarían en libertad ya que estarían bajo la tutela del humano y dependerían exclusivamente de ellos).

    Pero por otro lado pienso, que es *nuestra obligación moral* hacernos cargos de ellos [Si dejaran de ser explotados (En cualquier índole ya sea ludica, "científica", entretención, vestimenta, comida, etc)], puesto que nosotros los "sacamos" de la naturaleza, y su hábitat natural, por ende son *nuestra responsabilidad directa*, y ciertamente muchos no humanos [Que ahora son explotados en cualquier índole] no podrían sobrevivir por si mismo en la naturaleza, ya que estan enfermos, malas condiciones, así que por ese lado me parecería correcto que si hipotéticamente sucediera que los animales-no-humanos dejaran de ser explotados, fueran cuidados, hasta que murieran de forma "natural" (Es decir no fueran asesinados para ningún fin como se hace ahora).

    Espero tu respuesta, y que opinas de este tema, si los animales-no-humanos deberían ser simplemente liberados, o cuidado hasta sus muerte (Por los que no puedan sobrevivir de otra manera en la naturaleza), ya que en parte igual ninguna de estas posturas se contradeciría con el veganismo ya que el veganismo se refiere a dejar de explotar (Usar para nuestro beneficio) a los demás animales (Es decir tratarlos como recursos y/o objetos).

    saludos

    PD: donde use asteriscos fue porque quería hacer énfasis, o remarcar lo que decía, pero la verdad no tengo idea como poner negrita en blogspot, así que decidí hacer eso, en vez de poner en mayúscula, porque en texto (Y como bien dices tu) equivale a lo que serían gritos.

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    1. Hola, Carlos. Gracias por tu comentario.

      La verdad es que es una pena que haya tan pocos blogs para el debate en torno al veganismo. En especial yo echo en falta blogs que traten específicamente sobre el tema de la alimentación y la nutrición. Creo que la falta de blogs activios es debido en parte al auge de las redes sociales. Pero si bien las redes sociales son muy útiles para la difusión y la comunicación (y yo las uso habitualmente para el activismo) no me parece que puedan aportar ciertas ventajas que poseen los foros y los blogs para aportar un espacio abierto en internet donde cualquiera puede informarse y dialogar de forma razonada.

      Ah, y si te apetece leer otro blog en donde puedes encontrar artículos en verdad muy interesantes, te recomiendo que visites "Lluvia con Truenos" del activista Igor Sanz:

      http://lluvia-con-truenos.blogspot.com.es

      Yendo a la cuestión concreta que me planteas, puedo decirte que yo no tengo nada en contra de la existencia de refugios o centros donde se acogan y cuiden a las víctimas de la explotación animal. Casi todas ellas están en el mundo por causas humanas, y deben su situación a la actuación de seres humanos, además de que no pueden valerse por sí mismas ni en la sociedad humana ni tampoco en la naturaleza libre. Por tanto, en principio no tengo objeción contra la existencia de esos sitios, siempre que realicen sus actividad sin explotar a otros animales, es decir, de forma vegana. El veganismo tiene que ser, como mínimo, el criterio básico que rija la existencia de los denominados santuarios.

      Todavía tengo pendiente publicar un artículo en el que analice la cuestión de los santuarios. Así que me perdonarás que no exponga mi postura con detalle, porque todavía la estoy elaborando y no es un tema precisamente sencillo. Lo que sí puedo hacer es dejarte una selección de artículo en los que he tratado tangencialmente esta cuestión, por si quieres echarles un vistazo, y que quizas puedan ayudarte a adoptar tu propia opinión:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2010/08/liberaciones-de-visones-y-otros.html

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/06/la-moralidad-de-las-adopciones.html

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/12/no-son-libres.html

      Por cierto, aquí te dejo un enlace en donde se explica cómo hacer para resaltar palabras en negrita o en cursivas. Es muy fácil. Sólo tienes que añadir unos simples comandos a tu comentario. Por si vuelves a escribir en este blog o cualquier otro que trabaje en formato html:

      http://html.hazunaweb.com/103.php

      Un saludo.

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  5. Tuve la misma impresión cuando terminé de leer el texto de Kafka. Probablemente sean sesgos personales, no obstante, considero que la obra si puede ser analizada desde esta perspectiva. En la novela "Los Robots del Amancer" de Asimov, me parece interesante la similitud entre la indignación de ciertos personajes cuando afirman que un robot no puede ser asesinado (sino, más bien, desactivado, pues el término se aplica únicamente a seres humanos) y el enojo o desprecio de algunos humanos cuando se les dice que las vacas son violadas constantemente. Creo que esta actitud está motivada por el hecho de considerar que esta clase de actos sólo pueden ser realizados contra seres humanos.

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  6. El grueso del opus kafquiano es una crítica a la burocracia como ente de trámites interminables, innecesarios y frustrantes. Pero la belleza literaria con la que está hecho se presta para múltiples interpretaciones que ni el mismo Franz hubiese imaginado. Muy interesante tu reflexión al respecto.

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  7. Leí la obra hace algunos años, y sin duda que impacta, no sólo por su originalidad, sino por las múltiples interpretaciones que pueden realizarse de la misma. El autor narra una situación intolerable -en palabras de Borges- con una maestría rayana en la perfección. Nada más comenzar la narración, el lector se hace uno con Gregor y sufre con los cambios que padece. Calificada de novela corta o relato largo, a mi juicio guarda ciertos paralelismos con algunos cuentos de Edgar Allan Poe, aunque en tono más personal y salvando las distancias entre ambos autores. Para mí, una lectura imprescindible. Salu2.

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  8. Me encantó este análisis/ensayo, soy docente de Literatura en secundaria y voy a tener en cuenta este texto a la hora de dar esta obra.
    Gracias! Saludos desde la Rioja- argentina

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