4 de enero de 2012

Lo tradicional, lo natural, lo bueno y lo correcto

«Hay muchas prácticas sociales que merecen desaparecer, y y contra estas críticas es impertinente el argumento de que son esenciales al modo de vida de comunidades de individuos. Quizá sí lo son, pero entonces tanto peor para ese modo de vida: tendrá que cambiar esencialmente. Responder a una crítica de prácticas sociales diciendo cosas como “!pero es que ese es mi modo de vida” es inadecuado del todo, tanto como sería replicar a una crítica de creencias arguyendo “!pero es que esa es mi creencia!» ~ [Antonio ValdecantosContra el relativismo, 1999]

A menudo se oye decir: "Hemos comido y explotado animales desde siempre." Sí. Y también hemos practicado la esclavitud, el racismo y el machismo "desde siempre".

Pero hacer X desde hace mucho tiempo no implica que ese X esté moralmente bien. Sólo implica que se lleva haciendo desde hace mucho tiempo.

Es un hecho que los humanos llevamos miles de años explotando y consumiendo a otros animales. Como también es un hecho que llevamos esclavizando y agrediendo a otros humanos desde hace miles de años. Pero el hecho que lo llevemos haciendo desde miles de años no lo justifica moralmente.

Si la tradición fuera una razón válida para justificar el hecho de cometer daño entonces valdría igualmente para justificar la esclavitud, la guerra, y todo tipo de crímenes que los humanos llevamos cometiendo prácticamente desde que tenemos conocimiento histórico.

Que un error se haya convertido en tradicional no lo hace legítimo. Sólo quiere decir que ese error se han convertido en hábito consagrado y se continúa repitiendo por inercia. 

Como bien señala la psicóloga Jennifer Delgado:

«La apelación a la tradición es una falacia de la lógica que implica que porque algo se ha hecho de cierta forma desde hace mucho tiempo, está bien o es verdadero. Es decir, se piensa que el hecho de que siempre se haya hecho así, es razón más que suficiente para continuar perpetuando el hábito, aunque no conozcamos los motivos que lo sustentaron en un primer momento y si estos continúan siendo válidos en las circunstancias actuales.»

Las tradiciones cambian. Las tradiciones pueden cambiar. Las tradiciones deben cambiar para ajustarse a la ética. O de lo contrario deberían desaparecer.


¿Explotar a los animales es una actividad natural? Se podría perfectamente decir que sí es algo natural. En muchos otros animales vemos comportamientos similares. Ahora bien ¿significa esto que está bien que nosotros actuemos de ese modo y que no debemos evitarlo?

La conducta de otros animales en la naturaleza sería irrelevante desde el punto de vista moral. Su conducta no es ningún modelo o criterio a seguir. Que otros animales actúen de cierta manera no justifica que nosotros los imitemos. De la misma manera, el que ellos no hagan ciertas cosas tampoco significa que nosotros no debamos hacerlas. Los demás animales no llevan ropa, pero no por eso juzgamos que llevarla nosotros esté mal. Así que hablar de lo que otros animales hacen, o dejen de hacer, es absolutamente irrelevante. La conducta de otros animales no es un criterio de conducta moral. Alegar que está bien comer animales, o explotar animales, porque otros animales lo hacen no es más sensato que alegar que está bien matar humanos simplemente porque otros humanos lo hacen.

Antes de nada, es necesario comprender que el concepto de naturaleza es una mera convención. Es una noción que hemos creado para diferenciar entre lo que surge espontáneamente sin intervención humana y aquello que los humanos construimos deliberadamente, es decir, lo artificial. Pero si un hormiguero es natural, entonces una fábrica o un edificio también podrían ser considerados naturales por la misma razón.

La distinción entre lo natural y lo artificial es puramente convencional y nosotros la creamos arbitrariamente. En realidad, no hay acciones ni objetos que puedan existir fuera de la naturaleza. Así que ese criterio simplemente no esclarece nada.

Lo cierto es que toda forma de violencia y discriminación injusta practicada por los seres humanos ha sido calificada como natural. Ya fuera el racismo, el sexismo, la homofobia,..., toda opresión es habitualmente calificada como algo natural por parte de quienes se benefician de ella, como si se trata de un hecho espontáneo que ha aparecido solo y no como una construcción cultural que se ha ido forjando a lo largo de los siglos.


Decir de algo que es natural no lo hace moralmente correcto. Simplemente se le añade una etiqueta sin mucho sentido. Porque todo lo que ocurre en la naturaleza se podría calificar como natural. Y si los seres humanos formamos parte en efecto de la naturaleza entonces, bajo el criterio de que lo natural es moral, todo lo que hagamos sería moralmente correcto.

Por tanto, el solo hecho de que determinada conducta sea natural no significa que estemos obligados a actuar así, ni que sea una conducta necesaria, ni que sea buena. Además de ser una visión sesgada —pues la falacia naturalista sólo se fija arbitrariamente en determinados hechos naturales y los convierte irrazonablemente en criterios morales— esto supone renunciar a la ética, a cualquier justificación racional de nuestros actos. Tal y como advierte el filósofo Yves Bonnardel:

«Invocar un criterio de naturalidad en lugar de un criterio de justicia permite asentar todas las injusticias. La ética es la búsqueda del bien. La única ética digna de este nombre es la que se aplica a todos los seres a quienes se puede cuidar o hacer daño, es decir a todos los seres conscientes —sensibles. Eso resulta del principio de justicia o de equidad: la igualdad, por definición, rechaza toda discriminación arbitraria.»

La naturaleza no puede servir como criterio moral objetivo por la sencilla razón de que la naturaleza es un constructo. Se trata de un concepto puramente descriptivo y antropocéntrico. Llamamos naturaleza a aquella parte de la realidad que no ha sido transformada por nuestras acciones humanas. El árbol del bosque es natural pero la mesa que hemos fabricado con su madera ya no es parte de la naturaleza sino que es artificial. ¿Pero acaso la humanidad no es parte de la naturaleza? De la naturaleza no podemos derivar ningún criterio de moralidad que nos ayude a distinguir el bien del mal, puesto que en la naturaleza están incluidos todos los elementos que existen. Cuando alguien señala la «Naturaleza» en realidad sólo está señalando un hecho particular y no una norma o principio de conducta.

Por tanto, lo moralmente relevante no es si nuestra conducta es natural —si se asemeja a lo que otros animales hacen— o si es tradicional —si lo llevamos practicando desde hace mucho tiempo. 

Lo relevante es si nuestro comportamiento supone un beneficio o un daño a los intereses de los individuos que sienten. Lo relevante es si nuestros actos están en consonancia con la ética y por tanto no violan nociones morales básicas como el principio de igualdad y el valor inherente de los individuos y sus derechos morales.

La igualdad es un principio moral. Los principios morales no son entidades que se encuentren en el terreno empírico de los hechos, sino que se conocen mediante la razón: aplicando la lógica. Nosotros tenemos un interés en que respeten nuestra vida, y lo tenemos porque somos seres sintientes, así que sólo hemos aplicar la lógica para ver que no hay razón por la que no debamos respetar ese mismos interés en los demás individuos así como en nosotros mismos.

No es relevante que otros animales no sean agentes morales y no apliquen la ética a su comportamiento. Lo relevante es que nosotros sí somos agentes morales; tenemos la capacidad de razonar moralmente y darnos cuenta de que nuestros actos afectan a otros animales. Esto es lo que importa.

Tenemos la capacidad racional de darnos cuenta de que nuestra conducta discrimina y daña de forma injusta a otros individuos que son esencialmente iguales a nosotros —en tanto que tienen la capacidad de sentir— y que podemos evitar ese daño escogiendo una opción que no implica explotar a nadie. Podemos vivir haciendo aquello que es justo eligiendo el veganismo.

14 comentarios:

  1. Hola, Luis.

    Dices: "La igualdad es un principio moral. Los principios morales no son cosas que se encuentren en el terreno empírico de los hechos, sino que se conocen mediante la razón. Aplicando la lógica. Sabemos que nosotros tenemos un interés en que respeten nuestra vida, y lo tenemos porque somos animales, porque somos seres sintientes, así que sólo hemos aplicar la lógica para ver que no hay razón por la que no debamos respetar ese mismos interés en los demás tanto como en nosotros mismos."

    También sabemos que tenemos el interés de vivir sin que dicho interés sea frustrado por una situación de necesidad (hambre, sed, frío, etc.), y tenemos dicho interés porque somos individuos sintientes, así que sólo hemos aplicar la lógica para ver que no hay razón por la que no debamos conservar ese mismo interés en los demás tanto como en nosotros mismos.

    Conclusión: la omisión de auxilio es una acción éticamente incorrecta, pues viola el principio de igualdad.

    Saludos.
    David.

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  2. Te equivocas, David.

    La lógica moral no establece que debamos emplear nuestra vida en mantener la de otros. Eso sería una violación del principio de igualdad. Las vidas de los demás no merecen más atención que la nuestra propia. Porque todos somos iguales.

    La lógica moral establece que todas las personas somos iguales, por lo tanto no hay ninguna razón por la que debamos someter nuestra vida a las necesidades de otros. En todo caso, sí tenemos el derecho y la obligación de velar por nosotros mismos, ya que es algo que los demás no pueden ni deben hacer.

    Por tanto, la omisión del auxilio nunca es una acción éticamente incorrecta; salvo en el caso concreto de que nosotros tengamos personalmente alguna responsabilidad en haber creado esa situación en la que alguien merezca auxilio o en el caso de que seamos responsables de la vida de esos individuos que necesitan auxilio (como nuestros hijos).

    Si tú quieres libremente emplear parte de tu vida en ayudar a los demás por puro altruismo eres perfectamente libre de hacerlo. Siempre que eso no conlleve causar un daño a alguien en forma de violación de sus derechos.

    Y permíteme recordarte que sigues razonando de manera fraudulenta para intentar defender una idea a la que no has llegado mediante razonamientos, sino únicamente mediante las emociones. Y mientras sigas haciendo eso siempre te equivocarás.

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  3. Luis, dices: "Las vidas de los demás no merecen más atención que la nuestra propia. Porque todos somos iguales."

    Tu mismo me dás la razón. Las vidas de los demás merecen la misma atención que la nuestra propia, ni más ni menos. En eso consiste es aplicar el principio de igualdad.

    Los intereses fundamentales de los demás individuos sintientes no deben ser violados, lo mismo que no deben ser violados los intereses fundamentales propios, esto es el resultado de aplicar el principio de igualdad.

    Los intereses fundamentales de un individuo sintiente pueden ser violados por parte de otros individuos sintientes, pero también pueden ser frustrados por una situación de necesidad. Cuando nos encontramos en una situación de necesidad (en la que está en juego nuestra integridad y supervivencia)) consideramos que nuestros intereses fundamentales no deben ser frustrados por dicha circunstancia. Aplicando el principio de igualdad, los intereses fundamentales de ningún individuo sintiente deben ser frustrados, pues ellos quieren conservar sus vidas tanto como nosotros la nuestra.

    La omisión de auxilio es una acción éticamente incorrecta, además de bastante gravedad. Cuando defiendes la omisión de auxilio violas el principio de igualdad.

    Saludos.
    David.

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  4. Siento mucho decir que te equivocas de nuevo. Y que no aportas ningún argumento para sostener lo que dices. Tu exposición se limita al siguiente esquema: "Tenemos la obligación de hacer X, por lo tanto cuando alguien necesite X entonces tenemos la obligación de hacerlo". Eso es una falacia (petición de principio) y un tipo de argumentación circular ("tenemos el deber de ayudar porque hay personas que necesitan ayuda, por lo tanto tenemos el deber de ayudar").

    Por supuesto, la ética no avala ese planteamiento. Al contrario. Lo que defiendes de opone a la ética más básica. Veamos si consigo aclarar la cuestión en términos sencillos.

    Aplicar el principio de igualdad implica que todas las vidas de los individuos sintientes merecen la misma consideración moral. Puesto que todos somos iguales en tanto que seres sintientes y tenemos los mismos intereses básicos. Y eso significa que todos debemos moralmente ser considerados de manera igual. Esta consideración se refiere a respetar los derechos legítimos de las personas, es decir, de los seres sintientes. Respetar es el término clave.

    Cuando un ser entra dentro de la comunidad moral esto significa que debemos respetarlo como persona, y que no podemos tratarlo como un objeto, ni como un medio para nuestros fines ignorando su voluntad y sus intereses básicos. Cada individuo moralmente relevante debe ser respetado como persona y también en sus derechos fundamentales (vida, integridad física, felicidad).

    La clave del error en tu planteamiento consiste en que la obligación de respetar a una persona y respetar sus derechos fundamentales no equivale a la obligación por nuestra parte de satisfacer los intereses que protejan esos derechos en concreto. Por ejemplo, tenemos el deber de respetar el interés en vivir de todos los animales que sienten, pero no tenemos la obligación de satisfacer ese interés empleando nuestra vida en mantener la suya.

    Por otra parte, los derechos de los seres sintientes no deben ser violados por quienes tienen el deber de no violarlos, es decir, los agentes morales. Hablar de violación en un contexto moral sólo se puede atribuir a un agente moral; alguien que es responsable de sus actos. Pero no todos los seres sintientes son agentes morales (la vasta mayoría no lo es) por lo tanto ellos no pueden, moralmente, violar los intereses de nadie.

    Como no tenemos obligación moral de utilizar nuestra vida para conservar la de otros entonces una situación de necesidad no es un argumento que justifique por sí solo que moralmente debamos ayudar a nadie que se encuentren en dicha situación. De hecho, todos nos encontramos en una permanente situación de necesidad pues necesitamos siempre satisfacer una serie de cosas para poder vivir (aire, alimento, casa,...). Una situación de necesidad no tiene nada de extraordinario sino que es precisamente lo habitual.

    Los deberes morales se refieren a los deberes morales que tienen los agentes morales y esos deberes se aplican a las acciones que realizamos. Esto quiere decir, que debemos supeditar nuestro comportamiento a la ética. Y que debemos hacerlo porque entendemos y asumimos que es lo correcto. El fundamento de la ética está en nuestra libertad como responsables para elegir entre lo bueno y lo malo. Sin libertad no puede haber ética. Sin libertad lo único que hay es mera imposición a través de la fuerza o de la violencia (no son lo mismo aunque a menudo se confundan).

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  5. Defender que tenemos una obligación de satisfacer las necesidades de los demás es precisamente una violación flagrante del principio moral de igualdad. Porque esa postura nos convierte automáticamente en medios para los fines de otros, nos convierte en meras herramientas para satisfacer los intereses de otros sacrificando los nuestros. Esa postura destruye completamente la igualdad al supeditar unos individuos al servicio de otros. Por lo tanto, lo que tú defiendes no es el derecho de auxilio ni el ayudar a los necesitados. Lo que defiendes es la explotación (utilizar a unos animales -sin su consentimiento y sin tener en cuenta sus intereses básicos- como medios para los fines de otros).

    Que no tengamos el deber general de auxilio no signfica que no se pueda libremente ayudar a alguien siempre que eso no implique violar los derechos de otros. En relación con todo lo anterior, me remito a mi anterior comentario en donde explico en qué situaciones sí tenemos la obligación de auxiliar a alguien. Aunque esto formaría parte del ámbito general de nuestra responsabilidad como agentes morales. Porque el auxilio en sí mismo no es ningún deber, aunque si se realiza libremente y dentro de la ética entonces se puede decir que es una virtud.

    Personalmente, me siento más realizado cuando el trabajo que hago, además de servirme para vivir, también supone una mejora en las vidas de otros. Y creo que la virtud de ayudar a los demás debe ser algo promocionado, alentado y facilitado. Pero cuando una virtud se pretende convertir equivocadamente en deber entonces lo que hay es una trasgresión de la ética en su fundamento más básico, según he razonado en las líneas anteriores.

    Para terminar, creo que, salvo algún detalle, ya he expuesto lo básico de mi postura racional sobre este tema. Te recomiendo amablemente que te tomes un tiempo para meditar sobre esto antes de seguir llegando a conclusiones precipitadas y equivocadas.

    Un saludo.

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  6. Marco Escobedo10 enero, 2012

    Todos estos planteamientos que se dan a mi manera de ver son incompletos porque siempre se hace desde la perspectiva de las necesidades del hombre, esto para mi es egocentrismo.

    Si uno revisa esto, siempre se lee lo mismo : Soy bueno porque ayudo a los demás,(los demás son los hombres), yo siempre respeto los sentimientos de los demás (los demas son los hombres), Yo no hago mal a nadie, por eso necesito comer carne (no hago mal al hombre),

    Todos los argumentos como se ve están centrados en el hombre y ese es un error, en este mundo todos somos importantes, todos sufrimos, nos alegramos y deseamos vivir y esto incluye a los animales, el primer nivel es el respeto el segundo nivel es el amor, solo aquel que llega al segundo nivel puede ver con claridad las cosas porque deja a un lado su propia persona para ponerse en lugar del otro ser (estoy hablando de todos los seres no solo del hombre)

    No hagas a otros lo que a ti no te gustaría que te hiciesen (no solo el hombre)

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  7. Marco Escobedo10 enero, 2012

    Solo para aclarar que estoy de acuerdo con el artículo, mi comentario fue en relación a los comentarios del señor Tovar, saludos

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  8. Marco, dices que tu anterior comentario se refiere a mis comentarios, pero no consigo ver en dónde está la relación. Pues en ningún momento he dicho que nuestra consideración moral deba limitarse a los seres humanos. Precisamente lo que se defiende en este blog -del cual soy autor- es que la consideración moral debe incluir a todos los individuos que sienten, sin discriminación.

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  9. En la imágen del comienzo, ¿no se confunde el problema metaético (del ser y el deber ser) con la falacia naturalista?

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  10. Hola, Claudia.

    Gracias por tu pregunta.

    Según entiendo yo, la falacia naturalista es una consecuencia de un planteamiento equivocado sobre el problema de la relación entre el ser y el deber ser. Por eso en la imagen aparecen ambos mencionados.

    A mi modo de ver, el problema de la relación entre el ser y el deber ser se basa en la cuestión de cómo obtenemos nuestros valores y normas morales a partir de la existencia misma, sin apelar a entes o ámbitos que trasciendan esta existencia (lo cual sería lógicamente imposible, aunque esto ya sería otro tema).

    La falacia naturalista intenta solucionar ese problema diciendo que los hechos que ocurren en la naturaleza (o algunos de ellos) nos muestran lo que debemos hacer o lo que está bien hacer. Por naturaleza entendamos lo que ocurre en el mundo tal cual sin intervención deliberada del ser humano.

    La falacia naturalista falla al explicar (por eso es una falacia) dónde está la relación lógica entre los hechos que ocurren en la naturaleza y un supuesto deber de imitar esos mismos hechos en nuestra conducta.

    Espero haberte ayudado a aclarar este punto. Si quieres, siempre puedes aportar tus pensamientos sobre este tema o plantear alguna otra cuestión relacionada.

    Un saludo.

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  11. Martín Sosa08 marzo, 2012

    ¿Qué intereses deberíamos proteger con derechos? ¿Tendría que respetar de la misma forma el interés de cualquier persona que quiera entrar a mi casa? (aunque en algunos casos no represente un peligro para mi). ¿Por qué, según lo que he leído en este blog, el principio de igual consideración exige respetar de la misma forma a intereses iguales? ¿Por qué intereses y no cualquier otra cosa? Sé que suena absurdo, pero por ejemplo, considerar de la misma forma a todos los que tengan 5 dedos.

    Perdón por la pregunta estúpida, pero estoy confundido con todo esto y realmente quiero aclarar mis dudas... adios y gracias!

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  12. Martin, yo tampco tengo muy claro tus preguntas.. pero creo que se valoran los intereses en forma de axioma.. un beso

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  13. Hola, amigos. Muchas gracias por vuestros comentarios.

    Siento haber tardado un poco en responder a la cuestión que nos plantea Martín. La cual en absoluto tiene nada de estúpida. Todo lo contrario. Me parece muy pertinente, y espero poder responderla de manera concisa y satisfactoria.

    Como bien apunta Clau, la valoración moral de los intereses es un axioma. Pero antes hay que entender que un axioma no es sinónimo de dogma. A veces se confunden ambos conceptos. Un dogma es algo que se da por verdadero sin ser evidente ni razonable. Pero un axioma no es un dogma. Un axioma es una verdad evidente por sí misma.

    Un axioma es una verdad evidente sin la cual no podríamos fundamentar ningún tipo de experiencia ni razonamiento. Por ejemplo, las leyes básicas de la lógica son axiomas. Sin ellas no podríamos en modo alguno razonar. Estas leyes no se demuestran sino que se muestran a sí mismas. Por otro lado, la sensación también sería un axioma. La sensación es una experiencia subjetiva sin la cual tampoco sería posible nuestra existencia actual como seres sintientes.

    [ En este enlace podéis encontrar más información sobre lógica: http://www.aulafacil.com/filosofia/curso/Lecc-5.htm ]

    También la existencia misma es un axioma. La existencia es algo evidente por sí misma. No es algo que se derive de un razonamiento, sino que es algo que constatamos como auto-evidente. Claro que podemos dudar de que existamos. Pero para poder dudar de nuestra existencia antes es necesario que existamos. Por tanto, la propia duda apunta directamente a la verdad de lo que cuestionamos. Un axioma es aquello que al intentar cuestionarlo muestra la contradicción en la afirmación que trata de refutarlo.

    [ En este enlace podéis ampliar información sobre el concepto de axioma: http://objetivismo.org/axiomas/ ]

    ¿Por qué afirmo que los intereses son axiomas, desde el punto de vista ético? Creo que no es muy difícil comprobarlo. Aunque antes hay que tener claro lo que queremos expresar cuando hablamos de un "interés". Creo que a menudo problema está en la confusión acerca del significado de ese término. Porque cuando en este blog hablo de intereses no hago referencia a cualquier capricho que nos surja espontáneamente. Cuando hablo de intereses me refiero específicamente a los intereses básicos o fundamentales, es decir, los instintos primarios que posee todo ser sintiente. Estos intereses son intrínsecos a la propia facultad de sentir. Todo ser sintiente tiene un interés en conservar su vida, en protegerla de aquello que le cause un perjuicio, y en obtener aquello que le beneficia (por ejemplo, alimento). De acuerdo con la investigación científica, sabemos que todo todo ser que tiene un sistema nervioso activo experimenta sensaciones (agradables o desagradables). Es un fenómeno que comprobamos en nosotros mismos.

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  14. ¿Cuál debería ser el criterio racional que establezca lo que debemos tener en consideración moral? Si por ética entendemos aquellas normas que deben regir racionalmente nuestra conducta entonces tenemos que basarlas necesariamente en la lógica y en los intereses de todos aquellos que se puedan ver afectados por nuestro comportamiento. El fundamento lógico creo que es evidente, pero ¿por qué los intereses? Porque los intereses son un fenómeno exclusivo de los seres sintientes que implica que ellos se valoran a sí mismos, por sí mismos. Son los únicos seres que hacen esto.

    Si la ética implica por definición que debemos respetar aquello que sea valioso por sí mismo entonces debemos respetar a los individuos sintientes por sí mismos. El resto de seres -no sintientes- no sienten y por lo tanto no pueden valorar nada. Sólo tienen el valor que los seres sintientes les den. En cambio, todos los seres sintientes se valoran a sí mismos. Esto es el concepto moral de valor inherente.

    [Sobre el valor inherente sugiero la lectura de un texto de Priscilla Cohn titulado "Una concepción inherentista de los animales"]

    Para terminar me gustaría señalar que la famosa Regla de Oro ("No hagas a los demás lo que no deseas para ti mismo") se basa en aplicar el principio de igual consideración de intereses. Esto no tiene nada que ver con la religión. Es una sencilla aplicación de la lógica. Nosotros -en tanto que seres sintientes- valoramos nuestra vida y bienestar. Los demás seres sintientes hacen lo mismo. La lógica -de acuerdo con el principio lógico de identidad- exige que tratemos casos iguales de forma igual.

    Espero haber podido aclarar algunas dudas al respecto. Estoy siempre a vuestra disposición para seguir explicando o debatiendo sobre esta cuestión tan importante.

    Muchas gracias por vuestra atención.

    Saludos.

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