11 de agosto de 2013

Tres movimientos



Es un lugar común dentro del ámbito animalista el proclamar que' 'todos estamos en lo mismo' o que 'todos buscamos lo mismo' y otras afirmaciones similares. Sin embargo, los hechos muestran que ese tipo de declaraciones son profundamente erróneas. 

Mi propósito en este ensayo es intentar aclarar que no hay un solo movimiento animalista. No hay una sola postura frente al tema del especismo. No hay una única forma de pensar acerca de cuál es el problema en nuestra relación con los demás animales. 

Lo que sí hay son varias teorías que, partiendo de presupuestos propios, analizan el valor moral de los animales no humanos y llegan a conclusiones distintas sobre cómo deberían ser nuestras relaciones con ellos. 

Si uno se fija adecuadamente, no resulta difícil apreciar que hay al menos tres filosofías sobre esta cuestión. Filosofías que una vez asumidas obviamente conducen a creencias, juicios y comportamientos bien diferentes.

Es posible que un engaño repetido muchas veces haga que la gente lo considere verdad —tal y como pensaba Goebbels— pero eso no lo convierte en verdad. La verdad es independiente de nuestras creencias u opiniones. Aunque todos creyéramos que no hay miles de millones de animales no humanos siendo esclavizados y asesinados, este hecho seguiría siendo verdad aunque no tuviéramos conocimiento de ello o nuestra creencia estimara justo lo contrario.

Un movimiento, por definición, consiste en la traslación de un objeto desde un punto concreto a otro punto concreto y para llegar del uno al otro tiene que recorrer un determinado trazado. Partiendo de esta noción veremos que las tres posturas no parten del mismo lugar, ni pretenden llegar al mismo objetivo, y que recorren diferentes caminos para intentar llegar a su destino.

Voy a exponer de manera concisa una síntesis sobre estos tres movimientos principales que existen dentro del ámbito animalista, en orden cronológico a su aparición histórica:

PROTECCIONISMO

Con el nombre de proteccionismo me referiré a aquella postura que considera que los animales no humanos deben ser protegidos únicamente en tanto que esto beneficie al ser humano

En realidad, ese nombre sería una mera etiqueta, puesto que no existe ninguna autodenominación propia. En gran medida, esta filosofía no tiene entidad independiente sino que es una derivación directa del antropocentrismo moral.

El proteccionismo se basa en la idea de que no debemos ser 'crueles' con los demás animales porque eso puede perjudicarnos a nosotros —los humanos. Es una filosofía que parte asumiendo el especismo como base. 

El proteccionismo por supuesto no condena el uso de los no-humanos, ni ninguna forma concreta de utilizarles. Tan sólo afirma que hay que limitar o refinar el uso que hagamos de ellos para evitar que pueda dañarnos a nosotros los humanos en alguna manera.

Esta forma de pensar aparece reflejada en el pensamiento de Kant. Este importante filósofo pensaba que sólo los humanos tenían valor moral inherente, y que los otros animales eran simples medios para los fines humanos, y no merecían ningún respeto por sí mismos, sino que tenían tan sólo un valor instrumental. En palabras del propio Kant:

«El trato violento y cruel a los animales se opone mucho más íntimamente al deber del hombre hacia sí mismo, porque con ello se embota en el hombre la compasión por su sufrimiento, debilitándose así y destruyéndose paulatinamente una predisposición natural muy útil a la moralidad en la relación con los demás hombres.»

No es difícil encontrar a gente que se opone a la caza, o a la tauromaquia, o a las peleas de perros, pero no porque todo esto perjudique a los interés de los animales no humanos, sino por considerar que esas actividades degradan la moralidad de los seres humanos y fomentan la insensibilidad moral y la crueldad entre ellos mismos. 

Es decir, que el proteccionismo entiende que lo relevante no es que la violencia se cometa contra otros animales, sino que sólo importa que esa violencia perjudique directa o indirectamente a los seres humanos.

El profesor Francione resume esa postura, señalando antecedentes de ella anteriores a Kant:

«Gente como Santo Tomás de Aquino, John Locke, Immanuel Kant y otros, argumentaban que estaba mal infligir crueldad gratuita a los animales porque esto haría más probable que seamos crueles entre nosotros. Pero esto no tenía nada que ver con el reconocimiento de que los animales tenían significado moral. Esto tenía que ver con una preocupación sobre los humanos, y con la conexión entre el tratamiento cruel de los animales y el resultante abuso de otros humanos.»

Cuando desde la postura proteccionista se rechaza la experimentación con animales no humanos, este rechazo está motivado sólo por considerarla poco o nada efectiva para beneficiar a los seres humanos. De nuevo, vemos cómo identifican que el problema está en que una determinada práctica,que implica utilizar a animales no humanos no está beneficiando a los seres humanos, e incluso les está perjudicando.

Es importante tener cuenta que esta postura parte del especismo, es antropocéntrica, pero además también establece discriminaciones especistas dentro de la categoría de animales. Veremos que muchos proteccionistas se centran exclusivamente en perros y gatos, o sólo primates no humanos, o sólo en mamíferos. El motivo de estas discriminaciones está en la preferencia personal: los proteccionistas sólo se ocupan de aquellos no-humanos que son sentimentalmente importantes para ellos

En definitiva, el proteccionismo no reconoce un valor moral inherente a los animales que no son humanos. No considera que tengan derechos morales ni que puedan tener derechos legales. Por desgracia, ésta es actualmente una ideología predominante y ampliamente mayoritaria en nuestra sociedad. Aunque, por fortuna, no es la única que existe ni la única que tiene partidarios.

BIENESTARISMO

Cuando hablamos de bienestarismo es habitual que esta posición se confunda automáticamente con las medidas de 'bienestar animal'. Sin embargo, debemos reconocer que no son lo mismo. 

El bienestarismo es una postura ideológica definida por Jeremy Bentham, el padre filosófico del utilitarismo. En cambio, el "bienestar animal" es la etiqueta usada para denominar a las regulaciones legales sobre la forma en que se utiliza  a los animales no humanos. 

Los bienestaristas, casi en su totalidad, suelen apoyar ese tipo de medidas por considerar que "reducen el sufrimiento" de los animales no humanos explotados, pero también lo hacen los proteccionistas, por considerar que beneficia a los humanos al mejorar la calidad de los productos que se obtienen de la explotación de nohumanos. 

De hecho, el bienestarismo es una rama del utilitarismo que se caracteriza por considerar que los únicos elementos moralmente relevantes son el el dolor y el placer ["sufrir y disfrutar" también dirán] y que nuestro deber es reducir o evitar el dolor y el sufrimiento, y favorecer y aumentar el placer, la felicidad o el bienestar. 

Ahora bien, como los demás animales también experimentan dolor y placer, los bienestaristas consideran su interés en evitar el sufrimiento, y en disfrutar de la felicidad, debería ser tenido en cuenta en todas nuestras acciones que pudieran afectarles. Es muy citada esta frase de Jeremy Bentham:

«La cuestión no es ¿pueden razonar?, ni ¿pueden hablar?, sino ¿pueden sufrir?»

Lo novedoso en el bienestarismo está en que es la primera vez en la historia que los animales no humanos son tenidos en cuenta por ellos mismos, y no sólo en relación con los intereses humanos. El bienestarismo supone ciertamente un cambio de enfoque en la visión moral sobre los animales no humanos. 

No obstante, es esencial destacar también que el bienestarismo rechaza la noción moral de derechos y del valor intrínseco del individuo. 

Es decir, la posición bienestarista no tiene en cuenta la individualidad o la voluntad de las personas implicadas. Conceptos morales como la igualdad o el respeto son secundarios o simplemente inexistentes. Todo está supeditado al objetivo final: aumentar bienestar y reducir sufrimiento.

Por todo ello, es compatible con el bienestarismo aceptar la utilización de animales no humanos para conseguir algún determinado fin que tenga relación con su objetivo de reducir o eliminar el sufrimiento. No importa si para ello hubiera que sacrificar a determinados individuos. Peter Singer, el filósofo más representativo del bienestarismo actual, lo deja claro al apoyar explícitamente el uso de animales en experimentos y para otros fines.

El principal objetivo de los bienestaristas es el sufrimiento —eliminarlo o reducirlo todo lo posible. Un bienestarista valorar los medios en tanto que le resulten útiles para conseguir lograr ese objetivo. Un destacado activista del movimiento bienestarista como es Mat Ball, lo resume de esta manera:

«En EEUU, dada la cantidad de animales no humanos que están sufriendo, la intensidad de su sufrimiento, y el hecho de que se les provoca el sufrimiento intencionadamente, creo que la liberación animal es el imperativo moral de nuestro tiempo. Deberíamos centrar nuestra atención en acabar con este sufrimiento de la manera más eficiente y rápida posible.»

No obstante, los bienestaristas consideran que es permisible provocar sufrimiento si con ello se consigue el objetivo de reducir o eliminar el sufrimiento general. ¿Contradictorio? No lo sería desde una perspectiva consecuencialista que defiende que el fin justifica los medios. Con la excusa de conseguir reducir o eliminar el sufrimiento, cualquier acción que pretenda o consiga favorecer dicho objetivo puede ser considerada justificada por los partidarios del bienestarismo.

Tradicionalmente, los partidarios del bienestarismo han promovido y apoyado la reforma de la esclavitud de los animales no humanos. Si bien en las últimas décadas ha habido un progresivo desplazamiento o simultaneidad hacia medidas más radicales como el vegetarianismo y el no-consumo de explotación animal. Es por esto que muchos se autodenominan veganos por el mero hecho de no participar en la explotación animal —o más bien, en algunas formas de explotación— aunque su oposición no es contra la esclavitud o la explotación de los animales sino solamente contra el sufrimiento

Un ejemplo práctico que muestra como el criterio del sufrimiento es el único que importa a los bienestaristas se puede ver en su apoyo al proyecto de la carne de laboratorio o carne de laboratorio. Aun siendo conscientes de que se trata de una medida que sigue implicando esclavizar y asesinar a animales inocentes, ellos apoyan esta medida porque "reduce el sufrimiento". Sólo por señalar una entre otras muchas.

También es pertinente señalar que el bienestarismo no es una ideología monolítica. Hay diversas variantes, como las hay dentro del propio utilitarismo. Identifico tres de ellas: 

[1] Hay bienestaristas que proponen reducir el sufrimiento en el uso de los animales no humanos.

[2] Hay otros que consideren debemos eliminar todo sufrimiento que causamos a los demás animales, y por esto tiendan a rechazar el uso de animales no humanos por considerar que todo uso provoca sufrimiento. Estos serán quienes dejan de consumir explotación animal y se dicen 'veganos'.

[3] Habrá otros que vayan incluso más allá y que postulen directamente que debe ser abolido el sufrimiento de todos los seres sintientes que habitan en el mundo. Es por esto que algunos se consideran 'abolicionistas'. Pero los bienestaristas no son abolicionistas de la esclavitud, porque su postura frente a la esclavitud vendrá determinada por el grado de sufrimiento y/o bienestar que produzca. Ellos sólo pretenden ser abolicionistas del sufrimiento.

Quien mejor explica este punto es el profesor Gary L. Francione quien ha dedicado gran parte de su trabajo al estudio del bienestarismo:

«Los bienestaristas afirman que los animales no tienen, en sí mismo, un interés en no ser esclavos; ellos sólo tienen interés en ser esclavos “felices.” Ésa es la posición promovida por Peter Singer, cuya visión neo- o nuevo-bienestarista se deriva directamente de Bentham. [...] El paradigma de los derechos que, como yo lo interpreto, requiere moralmente de la abolición de la explotación animal y del veganismo como una cuestión de justicia fundamental, es radicalmente diferente del paradigma bienestarista, el cual, en teoría, se centra en reducir el sufrimiento.»

El bienestarismo merece un análisis más detallado para poder comprenderlo cabalmente, pero aquí sólo apunto sus rasgos más básicos, para poder diferenciarlo del proteccionismo y del veganismo, sobre el que hablaré a continuación.

VEGANISMO

En este tercer lugar, podría haber mencionado a los Derechos Animales para referirme a la tercera postura con entidad propia, pero el veganismo es anterior históricamente a la formulación teórica de la ética de Derechos Animales y es la base que lo fundamenta. Por todo ello, antes de hablar de Derechos Animales debemos hablar de veganismo. 

Hablar de Derechos Animales sin veganismo es como hablar de Derechos Humanos sin abolición de la esclavitud.

Me referiré de manera concisa a aquellos aspectos fundamentales del veganismo que destacan por su diferencia con otras posturas. 

El veganismo surge en 1944 como un movimiento singular, diferenciado del vegetarianismo y del bienestarismo o de cualquier otra postura antropocéntrica. Sus características básicas ya desde su fundación eran:

[1] El veganismo no acepta el especismo, porque reconoce que todos los seres sintientes tienen un valor intrínseco que debemos respetar por igual. Aunque el concepto de especismo apareciera formulado posteriormente en el tiempo, en 1970, las ideas difundidas por el movimiento vegano no aceptan discriminaciones entre animales por motivo de su especie y se refieren a todos ellos por igual, puesto que todos ellos son víctimas de una misma opresión.

[2] El veganismo rechaza cualquier uso de animales no humanos para propósito humano. Es decir, el veganismo se opone radicalmente a la explotación de los no-humanos. El veganismo es un posicionamiento a favor de la liberación de los demás animales de nuestra dominación sobre ellos. 

Quien primero definió el veganismo fue Leslie Cross, vicepresidente de la Vegan Society durante la primera época de su existencia.

«La palabra veganismo tiene un significado tan simple como preciso. Significa: la doctrina de que los humanos debemos vivir sin explotar a los animales. Debido a que la cuestión de la definición es una tan obviamente importante, voy a solicitarles que sean tan amables de comprometerse con la memoria, de forma que cuando usemos la palabra veganismo todos estemos pensando en lo mismo. Veganismo entonces, es la doctrina de que los humanos deben vivir sin explotar a los animales.»

El veganismo es incompatible con el antropocentrismo moral y con el bienestarismo. No acepta el prejuicio del especismo ni tampoco el dogma utilitarista de que el dolor es malo y debemos hacer todo lo posible por eliminar el sufrimiento del mundo.

El veganismo se basa en el fundamento del respeto por la persona, por su voluntad y sus intereses. Se puede apreciar que es muy similar al feminismo en su idea esencial y tradicional. 

El veganismo defiende que los demás animales deben ser considerados y respetados como personas, y por tanto no debemos tratarlos como objetos o recursos para nuestro beneficio. Ésta es la idea fundamental que lo caracteriza: el rechazo a la cosificación y el instrumentalismo que aplicamos a los animales no humanos. El veganismo aboga por emancipar a los demás animales de la opresión que ejercemos sobre ellos.

El veganismo implica, por tanto, dejar de participar en cualquier actividad o producto que conlleve utilizar a los otros animales. Así como centrar nuestros esfuerzos en lograr que el veganismo se difunda en la sociedad y de ese modo conseguir una base social que nos permita abolir el estatus de propiedad sobre los no-humanos en un futuro próximo. ¿Utópico? Bueno, lo mismo se decía de la abolición legal de la esclavitud humana o de la reivindicación feminista de iguales derechos para las mujeres. Ahora sabemos que esas objeciones eran equivocadas. 

Me gustaría terminar señalando que no es poco habitual encontrarse con personas que se autodenominan veganas de manera errónea para querer decir en realidad que son vegetarianas, o son bienestaristas que se oponen al uso de animales no humanos porque están en contra del sufrimiento —si se pudiera utilizar a los demás animales sin causarles dolor no tendría objeción moral en que fueran utilizados. Obviamente, ni su pensamiento ni tampoco su conducta coincide con el significado propio del veganismo que aquí estoy desarrollando, puesto que no están en contra de nuestra dominación sobre los demás animales como principio moral.

De todos modos, sobre estas distorsiones del veganismo ya hablé en un artículo anterior, y no creo que sea necesario añadir nada más, salvo la sugerencia de que procuremos evitar ese uso distorsionado del término.

La realidad es que no hay un movimiento sino que hay al menos tres posturas singulares y bien diferenciadas entre sí dentro del ámbito animalista. 

Ciertamente existe algún punto en común entre todos ellos, como es la referencia y la preocupación por los animales no humanos; pero sus fundamentos, su desarrollo y sus objetivos son notablemente distintos e incompatibles entre sí. Alguien podría decir que hay otras posturas distintas, pero todas las que he conocido hasta ahora resultan ser similares o meras variantes de las que he expuesto. 

No he entrado a debatir la validez lógica y empírica de cada postura. Porque la cuestión que pretendo resaltar aquí no es tanto cuál de las teorías es la correcta, sino más bien dejar muy claro que no todos defendemos lo mismo ni estamos en el mismo movimiento. 

Quien pretenda mantener la idea de que 'todos estamos en lo mismo', o 'todos defendemos lo mismo', una de dos: o no está bien informado o pretende simplemente engañar. Ninguna de estas dos actitudes es aceptable, y no es aceptable por más tiempo seguir creyendo o fomentado la idea de que existe un movimiento —un solo movimiento— en lo que se refiere al estatus moral y legal de los animales no humanos.

6 comentarios:

  1. Que tal Luis, al hablar de veganismo en el concepto aca expresado, se alude a explotacion por lo que el uso o utilidad de una animal sin explotarlo seria entonces posible. Ese seria mi duda en cto a ese termino en particular. Segundo en la naturaleza hay un sin fin de relaciones simbioticas entre dos especies diferentes en las cuales ambas se ven beneficiadas, no veo por que estaria mal dentro de los terminos del veganismo una relacion simbiotica entre los humanos y los no humanos ya que pertencemos tambien a la naturaleza y somos especies diferentes. Saludos Juanjo !!

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    1. Si por "animal" te refieres a un animal nohumano, entonces cualquier uso o utilidad que hagamos de un nohumano será siempre explotación. Porque lo hacemos sin su consentimiento explícito, libre e informado. Y además, prácticamente todos los casos implican vulnerar sus intereses básicos. Lo explico en este ensayo:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/11/por-que-esta-mal-explotar-los-animales.html

      Por otro lado, una relación simbiótica implica que se hace de forma consentida y beneficiosa por igual para ambas partes. Pero no hay ningún uso que hagamos de otros animales que cumpla esos requisitos. Lo explico en este ensayo:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/09/simbiosis-parasitismo-y-explotacion.html

      Un saludo, Juanjo.

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  2. Hola, Luis. Tengo algunas preguntas.
    - ¿Cómo definirías *bienestar*? ¿El bienestar sería solo tomar en cuenta el interes por evitar el sufrimiento? ¿No se cree que exista el interes de vivir?
    -Dices: "Habrá otros que consideren debemos eliminar todo sufrimiento que causamos a los demás animales". ¿Eso sería *neo-bienestarismo* ? ¿Correcto?
    Espero respuesta. Un saludo.

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    1. Hola, Karla.

      Por bienestar entiendo una condición vital en la que las diversas necesidades fisiológicas del individuo estarían satisfechas y cubiertas. Por un lado, esta condición está necesariamente ligada al concepto biológico de homeostasis, es decir, el equilibrio orgánico necesario para la conservación y natural desarrollo del ser vivo. Pero también está ligado a la existencia de una mente que genera sensaciones y deseos. Por tanto, el concepto de bienestar tiene un aspecto propiamente material (objetivo) y un aspecto propiamente psicológico (subjetivo). Una persona puede ser feliz (bienestar subjetivo) en unas condiciones materiales (bienestar objetivo) que podríamos calificar de pobreza. Del mismo modo, alguien muy rico (bienestar objetivo) podría padecer un estado de infelicidad (bienestar subjetivo). Por eso, hay que tener en cuenta que los criterios para juzgar el bienestar nunca pueden ser puramente objetivos.

      El bienestar es un concepto aparte de la ética. Son categorías diferentes. El error básico del bienestarismo consiste en confundir ética y bienestar.

      Sí, esa opción entraría dentro del neo-bienestarismo. Esa la segunda ola del bienestarismo que comienza en 1975 con Peter Singer y su libro "Liberación Animal" y que ha sido el fundamento ideológico de activistas y organizaciones como la famosa PeTA.

      Un saludo.

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    2. Hola de nuevo, Luis.
      Entonces, ¿el bienestar es cuando no existe nada que pueda frustar el interes de continuar con la existencia( la conservación) ? ¿Ese sería el interes primordial?
      ¿Podrías extenderte en la explicación del error básico del bienestarismo?
      ¿Puede existir algún tipo de uso a las demás personas( humanas o no) que no implique sufrimiento, ya sea a largo o corto plazo, inmediato o no, directo o indirecto?
      Un saludo.

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    3. El interés en conservar la existencia es la supervivencia; no el bienestar. El bienestar tiene que ver con la satisfacción de las necesidades que aseguran la supervivencia. El bienestar es biológicamente un medio para la conservación y desarrollo del organismo sintiente.

      El interés primordial de todo ser sintiente es su conservación; es decir, proteger su vida. La sintiencia surgió evolutivamente como un instrumento para este fin. El bienestarismo confunde lo que es un medio (el bienestar) con lo que es un fin (la supervivencia). Lo explica Gary Francione en este artículo:

      http://enfoqueabolicionista.blogspot.com.es/1999/02/el-error-de-bentham-y-el-de-singer.html

      El otro error básico del bienestarismo consiste en confundir un hecho natural (el bienestar) con un criterio moral. Es una falacia categorial de primer orden. Es el mismo error de la falacia naturalista. Un hecho no es una norma. Son categorías distintas. Confundirlas es un error contrario a la lógica elemental.

      Hay usos que pueden no implicar sufrimiento. Por ejemplo, tú me estás usando a mí para intentar resolver tus dudas. Este uso no me implica sufrimiento. Pero la moralidad del uso no radica en el hecho de causar sufrimiento sino en la consonancia con los principios éticos: igualdad y valor intrínseco.

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