12 de abril de 2011

Antropocentrismo o cómo los prejuicios nublan la razón


En el blog sobre divulgación científica Digitácora podemos encontrar una entrada sobre un vídeo del programa Redes para la Ciencia en donde se trataba acerca de la supuesta singularidad del ser humano como especie. Aquí podemos contemplar un buen ejemplo, a mi modo de ver, de como los prejuicios antropocentristas han dominado nuestra cultura.

Algunos de los argumentos que se usan para intentar justificar la 'excepcionalidad humana' parecen chocantes. Por ejemplo, al igual que los chimpancés, muchos humanos tampoco podrán nunca pilotar un avión ni disfrutar de un partido de béisbol. ¿Pero se supone que eso es un argumento serio para establecer alguna diferencia radical entre el ser humano y otros animales? Bajo este prisma, debería haber una diferencia radical entre los propios humanos.

Entre individuos humanos somos muy diferentes. Se podría decir que cada uno de nosotros es un individuo único y singular. Pero, incluso aunque fuéramos únicos y diferentes a otros esto no implica que unos estén justificados en explotar a otros —en tratarlos  como objetos y meros recursos. ¿Entonces por qué el supuesto hecho de que los humanos fueran únicos y excepcionales justificaría que explotaran a otros animales? No lo justifica.

El señor Gazzaniga —defensor de la excepcionalidad humana— afirma que el ser humano es el único animal que tiene la capacidad de descubrir el estado de ánimo de otros individuos. Pero justo a continuación dice que algunos chimpancés que pueden hacer algo parecido sólo de que en "muy bajo nivel". Es decir, que tienen la misma capacidad pero de forma más básica. Se contradice a sí mismo. Parece que se olvida de que hay un porcentaje de seres humanos que carecen por completo de empatía por otros. Como ocurre con los psicópatas. Además, existen fuertes indicios de empatía en otros animales. En Redes también dedicaron un episodio concreto sobre ese tema.

Por otro lado, el argumento del arte resulta más bien inconsistente. El arte se puede reducir a su fundamento básico que no es otra cosa que el juego. Si por arte entendemos la representación de una ficción entonces estamos hablando del juego. Se ha demostrado que otros animales juegan también. Juegan precisamente por el mismo motivo que Gazzaniga afirma que nosotros realizamos arte, es decir, para mejorar nuestra forma de enfrentarnos al mundo. Si por arte entendemos, asimismo, el goce de los sentidos por la belleza también se ha mostrado que otros animales parecen disfrutar al ver determinadas formas y colores.

Hasta ahora vemos que ha resultado francamente difícil, por no decir imposible, encontrar alguna característica única en el ser humano. Algo que dependa de la cualidad, no de la cantidad, que lo diferencie del resto de animales. Ahora bien, podemos en cambio encontrar características que otros animales poseen de manera única y que no se encuentran en el ser humano. Por ejemplo, los murciélagos tienen una capacidad de orientarse por medio de ultrasonidos. Nosotros carecemos por completo de dicha capacidad natural. 
Otro ejemplo: se dice que si los seres humanos construyen objetos es porque tienen la intención consciente de conseguir una finalidad, pero si otros animales realizan construcciones entonces se añade que es sólo 'por instinto'. Claro. ¿No parece que valoramos estos hechos de forma radicalmente diferente porque asumimos un prejuicio especista que dice que hay que discriminar entre humanos y otros animales a pesar de no podamos distinguir los hechos por otra cosa que no sea la especie?

No vemos pruebas que sostengan la creencia que el ser humano es singularmente especial. Aun si los humanos fueran especiales no lo sería menos que otros animales que también poseen capacidades singulares, que los humanos no tenemos. En todo caso, son los individuos quienes existen como entes reales, y quienes serían únicos. La especie como tal no deja de ser un concepto taxonómico inventado por nosotros.

En la conducta de los otros animales encontramos cultura, encontramos lenguaje, encontramos que usan herramientas, incluso encontramos también que algunos poseen un cierto sentido moral. Probablemente lo que parece ser único en el ser humano es su pretensión de diferenciarse del resto de animales. 

Los defensores de la excepcionalidad humana, como el señor Gaganizza, desean creer que el ser humano es único y especial, y no está claro si le parece relevante que tal creencia sea cierta, puesto que esa creencia ya le resulta gratificante y satisfactoria por sí misma independientemente de su veracidad. Ese tipo de pensamiento es lo que fundamenta también el prejuicio moral de la superioridad humana.

Sin embargo, el supuesto hecho de que los humanos fuéramos seres excepcionales no justificaría que discriminemos y explotemos a otros animales. La única característica relevante para incluir a otros seres en la comunidad moral es la sintiencia.

Si un ser está dotado de sensación entonces es un individuo consciente, es un sujeto, que tiene valor moral intrínseco y, por tanto, merece ser incluido en la comunidad moral como persona; sin importar ninguna otra característica.

Por cierto, en el propia programa de Redes ya se había ofrecido una entrega anterior en la que se rebatía precisamente la pretensión del excepcionalismo humano.

La ciencia muestra que las acusaciones de 'antropomorfización', en el caso de los animales, estaban equivocadas. El verdadero error de base era el antropocentrismo. Los humanos nos creemos especiales pero no lo somos. Los demás animales también sienten, sufren, piensan, desean,… Tienen una vida subjetiva que les importa tanto como a nosotros nos importa la nuestra.

4 comentarios:

  1. En este video se hace uso de la FALACIA ECOLOGICA. Nunca verán a un bebé disfrutando de un partido de beisbol, ni a un discapacitado psíquico profundo pilotando un avión.

    El argumento de los casos marginales, también llamado argumento de la superposición de especies, muestra claramente la existencia de una discriminación moral arbitraria conocida como especismo.

    Las diferencias entre unos individuos humanos y otros individuos no humanos son irrelevantes a nivel moral, pues la principal característica relevante es la sintiencia.

    Saludos,
    David.

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  2. La verdad es que en lo único que somos "únicos" es en la cantidad de daño que causamos.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo con vuestros comentarios.
    Mi aportación a esta nota sólo puede reflejar mi estupefacción después de oir la exposición del Sr. Gazzaniga por intentar definir lo que supuestamente nos diferencia a los humanos del resto de animales.
    ¿Hay que estudiar y dedicar tanto tiempo para llegar a este tipo de conclusiones tan antropocentristas?…
    Probablemente si me analiza este Sr. y ve la limitación de mis neuronas, sacará la conclusión que no soy humana…
    1vegan4ever

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  4. Soy humano o animal en donde está la diferencia, si soy mejor o igual ¿Me llevará a algún cambio?; es interesante como puede cambiar mis pensamientos antropocentristas que han sido inculcadas desde el colegio y cómo influye en nuestro actuar, el cual limita nuestro crecimiento emocional (empatía).

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