GRANJAS DE ESCLAVOS |
En ocasiones se declara que los humanos tenemos una “relación simbiótica” con los otros animales que explotamos, como un intento de justificar esta explotación.
Dejando a un lado la falacia naturalista que hay intrínseca en ese argumento; es cierto que nuestra explotación sobre los demás animales sería una relación simbiótica pero es un caso específico de simbiosis.
Dejando a un lado la falacia naturalista que hay intrínseca en ese argumento; es cierto que nuestra explotación sobre los demás animales sería una relación simbiótica pero es un caso específico de simbiosis.
Hay tres tipos básicos de simbiosis:
- Mutualismo: ambos se benefician voluntariamente.
- Comensalismo: uno se beneficia y el otro no es perjudicado.
- Parasitismo: uno se beneficia a costa de perjudicar al otro.
Creo que podemos comprobar que en nuestra relación de “simbiosis” con los demás animales actuamos ciertamente como parásitos de los animales, en tanto que ejercemos la explotación sobre ellos; consumiendo su libertad, su salud y sus vidas para nuestro beneficio.
Biológicamente los humanos no somos organismos parásitos, puesto que no estamos determinados ni necesitamos parasitar a otros animales para vivir. Es un hecho que los humanos podemos vivir saludablemente sin explotar a los animales. No necesitamos utilizar a los animales para satisfacer nuestras necesidades vitales y gozar de una buena calidad de vida.
Pero incluso aunque fuéramos biológicamente parásitos tampoco estaría bien que actuáramos como tales. La necesidad no es justificación moral. Incluso si fuéramos fisiológicamente carnívoros sería injusto que utilizáramos a otros animales como alimento. En ese caso también deberíamos buscar la manera de vivir sin explotar a otros animales.
Sin embargo, no estoy señalando que el hecho mismo de parasitar sea algo intrínsecamente malo desde un punto de vista moral. La conducta de los otros animales no se puede juzgar moralmente. Sólo se pueden evaluar moralmente las acciones de los agentes morales, es decir, de quienes somos responsables de nuestros actos porque podemos controlar conscientemente nuestra conducta de acuerdo a normas y principios éticos.
Cuando los humanos practicamos la caza considero que estamos actuando como si fuéramos depredadores. Esta forma de comportarnos es éticamente errónea porque conlleva que vulneremos el principio de igualdad y el respeto por el valor inherente de los animales sintientes. No obstante, el hecho mismo de la depredación cometida por animales no humanos no se podría juzgar moralmente en sí, pues se trata de un hecho amoral, debido a que en ese caso no hay agentes morales implicados en su existencia.
Biológicamente los humanos no somos organismos parásitos, puesto que no estamos determinados ni necesitamos parasitar a otros animales para vivir. Es un hecho que los humanos podemos vivir saludablemente sin explotar a los animales. No necesitamos utilizar a los animales para satisfacer nuestras necesidades vitales y gozar de una buena calidad de vida.
Pero incluso aunque fuéramos biológicamente parásitos tampoco estaría bien que actuáramos como tales. La necesidad no es justificación moral. Incluso si fuéramos fisiológicamente carnívoros sería injusto que utilizáramos a otros animales como alimento. En ese caso también deberíamos buscar la manera de vivir sin explotar a otros animales.
Sin embargo, no estoy señalando que el hecho mismo de parasitar sea algo intrínsecamente malo desde un punto de vista moral. La conducta de los otros animales no se puede juzgar moralmente. Sólo se pueden evaluar moralmente las acciones de los agentes morales, es decir, de quienes somos responsables de nuestros actos porque podemos controlar conscientemente nuestra conducta de acuerdo a normas y principios éticos.
Cuando los humanos practicamos la caza considero que estamos actuando como si fuéramos depredadores. Esta forma de comportarnos es éticamente errónea porque conlleva que vulneremos el principio de igualdad y el respeto por el valor inherente de los animales sintientes. No obstante, el hecho mismo de la depredación cometida por animales no humanos no se podría juzgar moralmente en sí, pues se trata de un hecho amoral, debido a que en ese caso no hay agentes morales implicados en su existencia.
Es una pena que la mayoría de la gente no quiere verlo aún.
ResponderEliminarSaludos:
ResponderEliminarMe gustaría enviarte un articulo, por si decidieras publicarlo. ¿Como te lo puedo enviar?
Gracias. Un saludo.
Puedes enviármelo a mi correcto electrónico: luis.tovar.alvarez@gmail.com
EliminarLo que no me quedó claro es si una relación simbiotica con los animales que no sea parasitaria, va de acuerdo al veganismo o no?
ResponderEliminarDe acuerdo al veganismo, no sería aceptable ninguna relación basada en la explotación, es decir, en el hecho de tratar a otros animales como recursos o como simples medios para lograr alguna finalidad:
Eliminarhttp://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/11/por-que-esta-mal-explotar-los-animales.html
Por tanto, ninguna relación que implique explotación de algún modo es moralmente aceptable. Los demás animales son personas y deben ser respetados como tales.
De hecho, su protección contra nuestra violencia habría de ser especialmente rigurosa dada la acusada diferencia de inteligencia y poder entre ellos y nosotros. De la misma manera que protegemos sobre todo a humanos en situación desfavorable (niños, discapacitados) frente al abuso de los adultos, también deberíamos proteger con el mismo énfasis a los animales nohumanos. Lo cual implica que ninguna acción que remita ligeramente a la posibilidad de explotación sea tolerable.