El asesinato de la jirafa Marius en un zoo de Copenhague ha provocado un gran revuelo internacional.
La cuestión es: ¿en qué se diferencia ese crimen de lo que sucede en los mataderos y demás centros de explotación animal?
El caso de Marius demuestra que los animales no humanos no pueden tener derechos de ningún tipo mientras sigan siendo propiedades de los humanos.
Abolir el estatus de propiedad animal es el primer requisito a conseguir antes de que las leyes puedan proteger de verdad los intereses de los animales. Esa abolición comienza necesariamente en el veganismo.
Si reconocemos que infligir daño a los animales sin una razón justificada es algo que está mal entonces la única respuesta coherente es dejar de utilizar a los animales.
Todos los animales no humanos esclavizados son Marius. Todos ellos son diariamente encerrados, agredidos y asesinados por nuestro capricho. Todos son igualmente víctimas del supremacismo humano.
La única respuesta coherente y razonable ante esta injusticia es el veganismo.
La única respuesta coherente y razonable ante esta injusticia es el veganismo.
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