En esta entrada quisiera realizar un análisis crítico en torno al concepto de «carnismo» que expone la autora Melanie Joy en su obra. La intención de este ensayo no es resumir ni reseñar su libro sino analizar determinados aspectos de los argumentos que expone.
En primer lugar, considero que el concepto de carnismo no aporta ninguna noción nueva que no estuviera ya incluida en la crítica al especismo. Lo único que hace Joy es reducir esa crítica a la explotación de otros animales para comida; más concretamente para la carne —de ahí proviene obviamente el término.
Me parece que sólo tendría sentido hablar de carnismo si partimos de una perspectiva vegetariana que considera que usar a otros animales para carne es algo que merece una consideración especial o exclusiva frente a otras prácticas especistas. Pero pienso que esto es un error. El vegetarianismo se basa en un prejuicio. No es menos injusto utilizar a alguien para convertirlo en carne que para convertirlo en un abrigo, o en una máquina de producir leche o huevos, o en una mascota, esto es, en un esclavo para compañía.
Como bien explica el profesor Gary Francione al respecto, lo que Joy denomina carnismo sería simplemente una manifestación concreta del especismo, pero no habría tal cosa como un «sistema invisible de creencias» que considere a otros animales como carne. Lo que sí existe una ideología explícita y muy visible que trata a los animales como recursos para satisfacer los deseos humanos.
Como bien explica el profesor Gary Francione al respecto, lo que Joy denomina carnismo sería simplemente una manifestación concreta del especismo, pero no habría tal cosa como un «sistema invisible de creencias» que considere a otros animales como carne. Lo que sí existe una ideología explícita y muy visible que trata a los animales como recursos para satisfacer los deseos humanos.
Por ello entiendo que el carnismo es un invento innecesario que solapa el concepto de cosificación sobre los animales. La idea del carnismo proviene de tomar el significado de la cosificación para sólo limitarlo injustificadamente a la cosificación en carne. Pero no hay ninguna razón que justifique ese reduccionismo.
Lo que permite y retroalimenta la cosificación de los animales es el prejuicio del especismo, que a su vez favorece y perpetúa la cosificación activa sobre los demás animales a través de su explotación.
Es cierto que la mayor parte de los animales explotados son utilizados para alimento; pero también hay muchos animales a los que no utilizamos para servir de carne, ni para ser comida siquiera. Miles de millones de ellos son utilizados, por ejemplo, para servir de vestimenta, de transporte, de mero entretenimiento o forzados en experimentos científicos.
Hay un adoctrinamiento inserto en nuestra cultura destinado a que veamos a los demás animales como seres inferiores que existen para ser medios para nuestros fines. Pero no es un adoctrinamiento «carnista». No nos adoctrinan para ver a los demás animales específicamente como carne —¿acaso consideramos a los perros como carne?— sino para considerarlos como seres inferiores que existen en el mundo para servirnos a nosotros los humanos. Esto es el antropocentrismo moral.
Así pues, detrás de lo que Joy ha llamado «carnismo» se encuentra en realidad el antropocentrismo. Su pretendida originalidad no va más allá de haberse inventado una nueva palabra innecesaria que incurre en el típico prejuicio vegetariano de creer que usar a los animales para servir de carne es diferente o más importante que cualquier otro uso de animales.
Desde el punto de vista antropocentrista, los caballos son vistos como medios de transporte. ¿Sería conveniente, por tanto, inventar el concepto de «transportismo»? Parece un tanto absurdo. Estas ultraespecificaciones no ayudan en nada a comprender el asunto al que nos referimos y sólo establecen discriminaciones arbitrarias; segmentando en trozos aquello que forma parte de un único problema. Es una vulneración del principio de simplicidad.
Melanie Joy se refiere casi exclusivamente al consumo de carne a pesar de que comer huevos, consumir lácteos y consumir miel también lo `podemos considerar comer animales. Nos comemos lo que producen sus cuerpos y, para ello, nos comemos su libertad y sus vidas.
Así, lo que ha hecho Melanie Joy es centrarse exclusivamente en el consumo de carne e intentar explicar su causa psicológica e ideológica. Pero el análisis que expone no se diferencia en lo esencial de lo que sería una explicación del especismo. Cuando habla de 'carnismo' de lo que está hablando en realidad es de una parte sesgada del antropocentrismo; en concreto de la creencia antropocéntrica de que de los humanos estamos legitimados en explotar a los demás animales —en utilizarlos para satisfacer nuestras necesidades y deseos.
El consumo de carne no es la única demanda de explotación animal que existe en el mundo. Hay muchas otras formas de explotación que no implican el uso de animales como alimento y que causan millones de víctimas: animales utilizados para servir de vestimenta, en experimentación, o como entretenimiento. No veo ninguna razón que justifique privilegiar o priorizar el consumo de carne sobre el resto de usos de animales.
A unos animales los utilizamos para comida y a otros para vestimenta, o para servir de compañía, o para ser nuestro entretenimiento, o los utilizamos para experimentos científicos; pero todos los animales han sido sometidos a la condición de propiedad. Por tanto, no tendría sentido que hablemos de carnismo salvo que defendamos el error del vegetarianismo —y no hay una buena razón para hacer tal cosa. Sostengo que deberíamos asumir como base moral el veganismo y la ética de los Derechos Animales, partiendo necesariamente de la crítica al especismo y la cosificación sobre los individuos no humanos.
Aparte de todo esto, creo ver otro problema grave en la teoría de Melanie Joy. No sólo nos encontramos con el prejuicio vegetariano sino que también encontramos que la teoría de Joy incluye la doctrina bienestarista; esto es: la creencia de que a los demás animales sólo les importa evitar el sufrimiento y obtener placer. El bienestarismo defiende la creencia de que está bien utilizar a los animales siempre que nos preocupemos por su bienestar.
En el libro de Joy se alega que los animales sufren al ser explotados, ya sea de una manera u otra, y que la manera más efectiva de evitar causar este sufrimiento es no participar en dicha explotación. Muchos bienestaristas no consumen productos de la explotación animal precisamente por este motivo y no porque estén en contra de la esclavitud por principio moral.
En el libro de Joy se alega que los animales sufren al ser explotados, ya sea de una manera u otra, y que la manera más efectiva de evitar causar este sufrimiento es no participar en dicha explotación. Muchos bienestaristas no consumen productos de la explotación animal precisamente por este motivo y no porque estén en contra de la esclavitud por principio moral.
No he visto en ninguna parte del texto que Melanie Joy se oponga a la dominación del ser humano sobre los demás animales. Ella afirma que se opone a la 'crueldad'. Pero no he visto una denuncia de la esclavitud animal y la explotación en general sobre los demás animales. De hecho, en su libro promueve organizaciones bienestaristas como HSUS y HFA que abogan en favor de reformar la esclavitud con medidas de bienestar animal, que en realidad no favorecen el bienestar de los animales sino la eficiencia económica de la industria de explotación animal.
Sucede que hay personas que no quieren rechazar el especismo pero sí se oponen a determinado uso industrial de animales como comida y, por tanto, les conviene que la oposición no se haga contra el especismo —y contra la opresión que ejercemos sobre otros animales— sino contra lo que llaman 'carnismo'. Es por esto que el carnismo estaría más bien ayudando a ignorar y perpetuar el especismo en lugar de combatirlo; así como a perpetuar la idea bienestarista de que el problema moral no está en el hecho de que explotemos a los animales sino que la cuestión se limita a la forma en que los explotamos. El problema no es la utilización de los animales, dicen los bienestaristas, sino que sólo debemos preocuparnos por el sufrimiento y las condiciones del trato —lo que muchos denominan 'maltrato'— que les damos a los animales al utilizarlos en nuestro beneficio.
No son estos los únicos errores que me ha parecido ver en la obra de Joy pero la prioridad de la concisión me obliga a señalar sólo aquello que me parece más importante.
En conclusión; diría que Melanie Joy ha seleccionado diversas ideas que ya estaban en obras anteriores de otros autores y simplemente las ha repetido bajo una palabra nueva que ella se ha inventado y las ha restringido de forma injustificada a la cuestión del consumo de carne.
En conclusión; diría que Melanie Joy ha seleccionado diversas ideas que ya estaban en obras anteriores de otros autores y simplemente las ha repetido bajo una palabra nueva que ella se ha inventado y las ha restringido de forma injustificada a la cuestión del consumo de carne.
Por supuesto que algunos aspectos del análisis que aparecen en el libro son acertadas en tanto que denuncian la cosificación sobre los animales. Es cierto que la obra de Joy ha ayudado a difundir la comprensión del factor psicológico en nuestra relación con los animales. Lo que critico es la manera que tiene de enfocarlas, lo innecesario que supone inventar palabras nuevas que no aportan conceptos nuevos, y el defecto de que su teoría asuma el prejuicio del bienestarismo.
No dudo de que este libro pudiera ayudar a tomar cierta conciencia sobre el grave problema en nuestra relación con los demás animales, pero también entiendo que será una conciencia deformada y limitada por algunos de los mismos errores que causa y fomenta nuestra violencia sobre los animales.
Es mejor leer este libro que no leer nada, claro. Pero pienso que también sería mejor leerlo de forma crítica y teniendo en cuenta estas consideraciones que he expuesto.
Se me ocurre que no todo es blanco o negro. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, pero muchas personas quizás no hacen lo posible en contra del especismo (por desconocimiento, por un cómputo de situaciones personales, dificultades económicas, por el mismo fluir de la vida, qué sé yo...) pero, al menos, en el tema alimenticio tratan de poner su grano de arena. Y la solución es bien sencilla: no comer alimentos de origen animal.
ResponderEliminarHasta hace 1 año aproximadamente, el vegetarianismo me parecía una opción relativamente buena. Ya no, obviamente. Lo que quiero decir, es que hay estadios, fases...
Muchas veces es por pura desinformación. Primero nos parece una crueldad comer un animal. Luego vemos que detrás hay algo mucho más horroroso. Una industria potente y explotadora. Después descubrimos productos testados en animales, que utilizamos a los animales para nuestra satisfacción... y mucho más allá. Claro que no se suele conocer por casualidad, debe existir un interés. Aún así, me temo que, a mí por ejemplo, se me escapan algunas cosas.
De todas formas, hay personas que les parece terrible lo que sucede (de hecho rehuyen la información para no saber de ninguna aberración que les condicione) y siguen comiendo carne.
Muchas Gracias Luis por hablar de la incoherencia y la error total de este termino difundido por Melanie Joy es su libro y que empieza a aparecer desgraciadamente cada vez mas en los dicusiones en facebook. Antes que escribes este articulo, havia visto tambien la error de este termino, que no importa ninguna sentido sinon que reduce el especismo a una de sus consequencias y que pone mas dificil a entender el especismo.
ResponderEliminarZoysi Fit : No es porque los mayor parte de los animales humanos se hatze vegano y vegana de maniera porgesiva que hay que decir la verdad poco a poco. Seria como decir que para ser contra del sexismo, como hay gente que se hace feminista poco a poco, habria que inventar el termino de "insultador" para hablar de los hombres que insultan a mujer por ser mujer, despues el termino de "pegador" para hablar de los hombres que solamente pegan a la mujer y luego "violador" para decir los hombres que violan a mujer mientras que hay una palabra que resuma todo y es la palabra "sexista".
Me parece muy acertado tu análisis, Luis. Quizá yo diría que Melanie Joy lo que pretende representar con el concepto de “carnismo”, más que el especismo o la cosificación de nohumanos, es sobre todo la inercia con la que los humanos incluimos al resto de animales en nuestra dieta. Nos comemos al resto de animales por puro hábito, por costumbre. Heredamos esa tendencia sin apenas pensar en ella y aceptándola sin cuestionamiento ninguno, una tendencia que en realidad choca con nuestras propias ideas a poco que la analizamos. Yo creo que ese es el punto central sobre el que Joy intenta hacer girar su libro. Pero bueno, esa inercia estaría igualmente inmersa en los mecanismos psicológicos del especismo, ciertamente.
ResponderEliminarYo lo que valoro del libro de Joy es que -quizá por su condición de psicóloga y sociologa- plantea la cuestión de manera muy accesible. Coincido en que para adentrarse en el aspecto teórico son mucho más recomendables otros autores, tanto por su profundidad analítica como por su punto de vista abolicionista, pero pienso que, por lo general, lo más complicado en la concienciación de la gente respecto a la cuestión moral de los nohumanos es despertar la inquietud o el interés inicial, y creo que este libro probablemente tenga más éxito en ese propósito que otros. No parece que Joy tenga intención de profundizar demasiado en el análisis ético. Más bien parece querer despertar preguntas que ofrecer respuestas, y pienso que en ese sentido lo hace estupendamente. Aunque sigue siendo una lástima que no estén cuidados los puntos que has señalado en tu texto, en cualquier caso.
Un saludo.
Hola, estoy totalmente de acuerdo contigo. Estoy estudiando psicología, apunto de terminar mi carrera y quiero hacer mi tésis sobre este tema, (obviamente tengo que basarla en un tema psicológico), al igual que tú me parece muy interesante hacerlo en el por qué no nos cuestionamos las cosas y comemos carne por inercia. Pero leyendo los demás comentarios me entró la duda del especismo, carnismo y demás. Entonces ya que estás con base psicología, me encantaría saber si crees que hay una forma de abordar el tema adecuadamente, y cuáles son los libros que me recomiendas para fundamentar mi tésis? Me ayudarías muchísimo, gracias!
EliminarHola, Mariana.
EliminarMe parece una estupenda noticia que desees enfocar tu tesis en torno a este tema, porque siempre he creído que sería conveniente que fuese meticulosamente analizada la cuestión del especismo y la explotación de animales nohumanos bajo la perspectiva de la psicología.
La mayoría de libros que tratan la cuestión moral de los nohumanos analizan en algún momento dado este tipo de cuestiones, si bien es cierto que lo hacen quizá de forma algo superficial. En la siguiente entrada de mi blog puedes encontrar una selección de libros que quizá te resulten de interés, entre los cuales destacaría por encima de todos Introducción a los Derechos Animales de Francione, Jaulas vacías de Regan, Eternal Treblinka de Charles Paterson y Papá, Mamá, soy vegano de Casey Taft :
http://lluvia-con-truenos.blogspot.com.es/2015/03/libros.html
(Te paso un enlace con el de Francione porque me vi desgraciadamente obligado a retirar el que tenía puesto en mi blog:)
http://es.scribd.com/doc/138467786/INTRODUCCION-A-LOS-DERECHOS-ANIMALES-FINAL#scribd
El trabajo y enfoque de Melanie Joy también me parece interesante si fueran corregidos los aspectos que se señalan en esta misma entrada. Ciertamente, el concepto de “carnismo” no parece estar proponiendo nada novedoso, y, por otro lado, la carne no es sustancialmente diferente de cualquier otro resultado de la explotación especista. Debería ser ésta misma la que fuese cuestionada íntegramente, no una parte o la forma de ella, de lo contrario no se está en realidad cambiando ni cuestionando nada especialmente relevante. Lo que debería analizarse y cuestionarse es nuestra relación general con el resto de animales y cómo hemos terminado viendo a quienes no nos cuesta trabajo reconocer como individuos sensibles en meros objetos a nuestra entera disposición.
Finalmente, Richard Ryder, el psicólogo británico que acuñó el término “especismo”, parece una lectura obligada para encarar el tema.
En cualquier caso, yo creo que lo más interesante es que el especismo ofrece ejemplos inmejorables para muchos de los temas estudiados en psicología a lo largo de las últimas décadas. Por ejemplo, diría que el especismo se encuentra ante todo frente a una profunda disonancia cognitiva. El propio libro de Joy va en esa línea y autores como Francione vienen bautizando esta contradictoria actitud como una “esquizofrenia moral”. Es indiscutible también la fácil aplicabilidad de las teorías de hombres como Gustave de Bon respecto de la psicología de las masas; así como los estudios de Solomon Asch en torno a la conformidad del individuo frente a la presión social, el auto-engaño del que trata extensamente Robert Trivers, las teorías de French y Raven sobre el poder y la autoridad; la “banalización del mal” tratada por Hannah Arendt, los experimentos de Milgram, el distanciamiento social y la teoría de campos de Kurt Lewin, y un inacabable etcétera. En fin, me parece que podría ser un tema sumamente fecundo y abarcador.
Existen a su vez otros aspectos al margen pero relacionados que podrían ser también analizados, como por ejemplo el impacto psicológico que suelen sufrir la mayoría de personas veganas justo a partir del momento de su concienciación; o las complejidades que a raíz de ello suelen aparecer a menudo dentro de las relaciones familiares y sociales. El asunto ofrece muchas posibilidades, sin duda.
Existen a su vez otros aspectos al margen pero relacionados que podrían ser también analizados, como por ejemplo el impacto psicológico que suelen sufrir la mayoría de personas veganas justo a partir del momento de su concienciación; o las complejidades que a raíz de ello suelen aparecer a menudo dentro de las relaciones familiares y sociales. El asunto ofrece muchas posibilidades, sin duda.
EliminarQuisiera finalmente mencionar a la psicóloga Jennifer Delgado Suárez, autora del blog “El rincón de la psicología”, que ignoro si es vegana, pero acostumbra a ser crítica con el especismo y ocasionalmente ha manifestado una sincera preocupación por la cuestión moral de los nohumanos. El contenido de su blog en cualquier caso es sumamente interesante y recomendable:
http://www.rinconpsicologia.com/
Es todo lo que se me ocurre así a bote pronto. Desearía poder animarte y ayudarte todo lo posible con tu proyecto, aunque quizá sea una cuestión para tratarla por medios más privados. En mi blog encontrarás diferentes maneras de contactar conmigo si lo deseas. Por mi parte estaré encantado. Estoy seguro por otro lado de que el propio Luis podrá aportar muchos otros consejos e ideas dada su larga experiencia en esto, de manera que quisiera invitarle a que participara en la conversación.
Un saludo, Mariana. Seguimos en contacto.
No sabes cuánto me ayudaste, mil gracias por tomarte el tiempo para responderme y por darme tus ideas, de verdad gracias porque estaba perdida en muchos aspectos y como es un tema relativamente nuevo o más bien del que no se habla mucho en las escuelas, mis maestros igual se me quedan viendo con cara de que no entienden mucho. Pero me parece excelente y yo te contacto por ahí. Muchísimas gracias!
EliminarHola, gracias por tu crítica. He leído el libro en cuestión y también me han "chirriado" esos aspectos - el limitarse a la cuestión de comer carne y - la frecuente mención de organizaciones y fundaciones bienestaristas (hasta hay un listado de ellas al final del libro.) Sin embargo me ha gustado mucho su análisis de la manipulación que sufrimos todos, por parte del sistema, y el cómo funcionamos a nivel psicológico y psicosocial dentro de ese (y tantísimos otros) tema. Muchas de sus observaciones me parecen muy acertadas y presentadas de forma asequible para cualquier lector. Es una lástima que siendo una persona tan capaz y con la posibilidad/coyuntura que tiene de editar un libro, no toque para nada la cuestión del USO de los animales para nuestro propósito y se centro sólo en la cuestión de comer su carne (y es una actitud igual de cotidiana que tomar leche/lácteos, por ejemplo). Luis, Igor, ¿para cuando vuestros libros?... Aquí tenéis a una compradora y lectora asegurada. Un abrazo. Ariana.
ResponderEliminarHola, Ariana. Gracias por tu comentario.
EliminarTal y como ya expuse en la entrada, lo que Melanie Joy hizo sencillamente fue tomar el concepto de especismo y cambiar el término por "carnismo" limitándolo al uso de animales como carne. Nada más. Es todo lo que ha aportado: una adulteración del concepto de especismo. El contenido de sus explicaciones lo ha replicado del trabajo de otros autores, algunos de los cuales ni siquiera menciona en su libro. La psicología del especismo ya fue estudiada por Richard Ryder y Carol Adams, entre otros, a quienes Melanie Joy plagia en su obra. Lo considero un ejemplo de deshonestidad intelectual, con el único fin de atribuirse un mérito que no le corresponde. Y ya de paso hacer negocio con ello, claro. Por supuesto, tiene el mérito de haber aplicado técnicas de marketing y publicidad a su libro, de las cuales otros autores han carecido por completo, al estar relegados a un pequeño ámbito académico o animalista.
No es ninguna casualidad ni error involuntario que Melanie Joy promueva las organizaciones bienestaristas y que ignore la cuestión del uso de animales no humanos. Es algo deliberado por su parte. Melanie Joy es bienestarista y basa su pensamiento en la filosofía del utilitarismo. Sólo le importa el placer y el dolor. Sólo le importa "reducir el sufrimiento" o "aumentar la felicidad". Desprecia nociones morales como el valor inherente del individuo, los derechos morales, o el principio de igualdad. A Joy sólo le importa que los animales sufren mucho debido al consumo industrial y entiende que ese sufrimiento no compensa el placer que de ello obtienen los humanos. Es la típica valoración utilitarista entre sufrimientos y placeres. De ninguna manera se cuestiona que los humanos sometamos, esclavicemos y explotemos a otros animales. Sólo le importa el sufrimiento.
Aparte de esos dos puntos, que ya señalaba en el texto, veo otros defectos notables en el trabajo de Joy. Por ejemplo, su enfoque es reduccionista ya que se centra exclusivamente en la psicología y la sociología —como si nuestra conducta se pudiera explicar apelando sólo a estos niveles— e ignora aspectos fundamentales e inherentes de la biología, el contexto geográfico y la historia de la cultura que son necesarias para poder comprender y explicar por qué consideramos y tratamos a los demás animales como objetos. Yo estoy de acuerdo en que la ideología marca un papel decisivo en este asunto, pero en lo que no estoy de acuerdo es en que todo se reduzca solamente a ideología, o que la ideología se sostenga por sí misma. En este artículo intenté exponer algunos apuntes sobre un enfoque más global para comprender el problema del especismo:
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2015/02/una-explicacion-naturalista-del.html
Por supuesto siempre podemos intentar sacar cosas buenas de cualquier experiencia. Como ya comentaba, es mejor leer ese libro que no leer nada sobre los mecanismos estructurales que nuestra relación con los demás animales. Si nos ponemos así, no podemos negar que tiene algo de positivo. Pero yo creo que deberíamos ir más allá y pensar que quizás el éxito de Joy es una cuestión publicitaria y que se asienta sobre un injusto desprecio hacia otros autores mucho más valiosos.
En otro orden de cosas; no conozco la intención de Igor a este respecto, pero en mi caso no tengo previsto sacar ningún libro a corto plazo. Dedico cada minuto de mi tiempo libre al activismo y ahora mismo no podría hacer otra. Poner un libro en marcha significaría dejar de hacer activismo, al menos parcialmente, y eso no es aceptable. Quizás dentro de muchos años publique alguno, si surge la ocasión; o quizás no. Siento decepcionarte tal vez. Sin embargo, hay muchos libros interesantes que puedes leer. Aquí te dejo una selección de textos elaborada por Igor, por si no la conocieras:
http://lluvia-con-truenos.blogspot.com.es/2015/03/libros.html
Un abrazo.
Hola de nuevo, muchas gracias por tu respuesta (he tardado en contestar porque, ahora lo he visto, no tenía activada la casilla de "avisarme"...). Siempre te agradezco que vigilas mucho la pureza del mensaje, tanto tuyo como el de los demás, y eso me crea confianza, ya que no tengo tanto conocimiento en la materia como tú, ni conozco tantas fuentes. Así que muchas gracias, siempre. A mí lo que me parece sospechoso siempre, es que un libro que trate un tema, de momento poco conocido, y menos aún popular, que es el especismo, el uso, la explotación de los animales, que se vuelva tan popular. La mayoría de la gente no reconoce, ni siquiera ha pensado nunca de que usar a los animales es injusto. Este mensaje es impopular. Muchísimo menos conocido que las recetas veganas. Por tanto me hace sospechar del éxito del libro, o de una cuenta de twitter, facebook, etc. He observado que las cuentas/libros que hoy por hoy tienen éxito, son los que no se arriesgan, que no lanzan un mensaje radical e implacable. Normalmente es un mensaje bienestarista, un mensaje en realidad fácil, porque la mayoría de la gente está en contra del maltrato de los animales. Pero no van más allá para entender que el maltrato (por supuesto hay grados), está inherente al uso.
ResponderEliminarDisculpa si te robo el tiempo, pero necesito comunicarme con personas como tú, que tenéis conocimiento y conciencia. Gracias por todo. Ariana