Todos somos especistas. De lo que se trata es de intentar luchar contra ese prejuicio que llevamos dentro de nosotros. Por eso somos "antiespecistas" en lugar de ser "no especistas". Siendo humanos poseemos el instinto natural que se da también en la mayoría de las demás especies animales de asociarnos y convivir con otros miembros de nuestra propia especie. No siempre y no de manera rigurosa. Pero suele ser lo más corriente. Moralmente hablando eso no sería ser especista. La naturaleza misma no es especista puesto que factualmente carece de moral. En mi opinión, la moral tiene que ver con el sentimiento de aprobación o disgusto hacia determinados hechos.
Si reconocemos el interés de otro individuo en vivir y no ser dañado debemos atenernos al principio de no injerir en ese interés salvo que estemos imperiosamente necesitados por las circunstancias de hacerlo, siempre de una manera proporcional, como es el caso de la defensa propia. No debemos diferenciar en ello la especie a la que pertenece el individuo en cuestión. De la misma manera que tampoco es relevante una característica como el sexo o la raza.
El especismo humano está consolidado de tal manera que se podría calificar de ser el prejuicio más grave y arraigado de todos los que poseemos. Mucho más que los prejuicios religiosos, raciales o sexistas. El hecho de lo que pongamos en cuestión y de que tratemos de desmontarlo ya es un gran avance hacia la consideración moral de los individuos no humanos.
El especismo como ideología se fundamenta en la idea de que el ser humano es una criatura con la prerrogativa de no considerar moralmente a los individuos de otras especies. Por lo tanto se legitima el uso de tales individuos como recursos económicos, como esclavos. Creo que el especismo no es la causa directa de la explotación de animales no humanos. La causa material es el interés económico, pero es la mentalidad especista la que permite la carencia de trabas para satisfacer inmoralmente dicho interés. Como en otras épocas ocurrió lo mismo (y ocurre) con humanos de mentalidad clasista, racista o sexista.
Si reconocemos el interés de otro individuo en vivir y no ser dañado debemos atenernos al principio de no injerir en ese interés salvo que estemos imperiosamente necesitados por las circunstancias de hacerlo, siempre de una manera proporcional, como es el caso de la defensa propia. No debemos diferenciar en ello la especie a la que pertenece el individuo en cuestión. De la misma manera que tampoco es relevante una característica como el sexo o la raza.
El especismo humano está consolidado de tal manera que se podría calificar de ser el prejuicio más grave y arraigado de todos los que poseemos. Mucho más que los prejuicios religiosos, raciales o sexistas. El hecho de lo que pongamos en cuestión y de que tratemos de desmontarlo ya es un gran avance hacia la consideración moral de los individuos no humanos.
El especismo como ideología se fundamenta en la idea de que el ser humano es una criatura con la prerrogativa de no considerar moralmente a los individuos de otras especies. Por lo tanto se legitima el uso de tales individuos como recursos económicos, como esclavos. Creo que el especismo no es la causa directa de la explotación de animales no humanos. La causa material es el interés económico, pero es la mentalidad especista la que permite la carencia de trabas para satisfacer inmoralmente dicho interés. Como en otras épocas ocurrió lo mismo (y ocurre) con humanos de mentalidad clasista, racista o sexista.
Me ha encantado esta parte: "Por eso somos "antiespecistas" en lugar de ser "no especistas"."
ResponderEliminar¿Te puedes creer que con todo lo que me da por pensar en estos términos nunca había caído en esta idea? Es alucinante. Es genial.
Y otra cosa estupenda; he aprendido una palabra nueva: injerir. No la había oído nunca y ¡es preciosa! Del latín, insero.
PS. ¿Tienes algún tipo de manía persecutoria contra las comas?
Seguimos siendo profundamente especistas. Y, en cierto modo, racistas y sexistas también. Me refiero a la humanidad en general. La ética no existiría si esos problemas no hubieran sido algo habitual a lo largo de nuestra historia.
ResponderEliminarPor favor, hazme todas las observaciones lingüística que creas oportunas. Soy consciente de que tengo que mejorar mucho mi expresión y mi estilo.
Es verdad que uso poco las comas y mucho los puntos. A veces parece que escribo en estilo telegráfico.
¡Qué horror!
Creo que eso me lo ha debido de pegar Joan Dunayer. Llevo cinco meses leyendo y releyendo su libro "ESPECISMO" y creo que tiene un estilo bastante tajante y lleno de puntos por todas partes. Ya lo verás cuando la leas. ¡Inminente aparición en español!
¡Sííííííííí!
ResponderEliminar¡QUÉ FELICIDAD!
El utilizar mucho los puntos da énfasis al texto (lo que es interesante siendo un texto de veganismo), también se ve en Nietzsche. Quedan claras cuáles son tus influencias :D
Hola Luis,
ResponderEliminarLe has puesto palabras a algo que llevo tiempo pensando. Si somos anti-especistas, cómo puede ser que nosotros mismos caigamos en prejuicios especistas? Pues porque una cosa no excluye del todo a la otra. Lo contrario de ser especista no es ser anti-especista, sinó no especista. Gran observación.
A mi me gusta mucho tu estilo, llevo ya tiempo leyendo tu bloc. Me gusta que, a diferencia de otros autores de blogs, ofrezcas tus puntos de vista de forma un poco más abierta. 'En mi opinión', 'si consideramos tal, entonces tal' son algunos ejemplos. Eso ayuda a que entre la información, ya que de lo contrario, se corre el riesgo de que se perciba al autor como dogmático...al menos a mi me pasa. Aunque la argumentación sea intachable, si se presentan los puntos de partida como incuestionables, es posible que perdamos gente por el camino, y es una pena.
En fin, no sé si me explico, pero en cualquier caso felicidades por tu trabajo.