Esta ilustración puede eventualmente diferenciar en las especies a la que pertenezcan sus protagonistas no humanos, dependiendo de la zona cultural. |
Por especismo yo considero, en un sentido básico, el prejuicio que consiste en discriminar moralmente a unos animales frente a otros por la especie a la que pertenezcan. La forma más habitual de especismo es aquella que señala que sólo los humanos merecen consideración moral, mientras que excluye a todos los demás animales de la comunidad moral. A esta clase particular de especismo —que es sin duda la más presente y extendida en nuestra cultura— la denominamos antropocentrismo.
Sin embargo, no necesariamente el especismo discrimina siempre a todos los demás animales frente a los humanos. Esto es, no siempre nos encontramos con un antropocentrismo intransigente o absolutista. A veces sucede que se decide que algunos animales no humanos merecerían ser incluidos en la comunidad moral; ya sea porque se asemejan mucho a los humanos —como ocurre con los primates no humanos— o porque tienen una inteligencia destacada —como ocurre con los elefantes o los delfines— o porque se siente un fuerte afecto o inclinación sentimental hacia ellos —como puede ocurrir con perros y gatos.
Aunque hemos cosificado a los otros animales, resulta posible sentir afecto por un animal no humano igual que podemos sentir afecto por nuestra casa que nos cobija o por nuestro coche que nos sirve para trasladarnos. Sentir afecto por un individuo concreto no tiene que ver con la ética. El afecto es una elección personal. En cambio, la ética tiene que ver con nuestras obligaciones morales hacia los demás, y hacia nosotros mismos, y está fundamentada en la empatía y el respeto, no en el afecto ni en ningún sentimiento en general.
Hay quienes consideran, bajo un criterio especista, que habría que reconocer moralmente los derechos de perros y gatos, o los derechos de los simios. Por ejemplo, el Proyecto Gran Simio defiende la extensión —más allá de los humanos— de ciertos derechos básicos para ciertos animales: algunos primates no-humanos. Esta iniciativa es especista porque discrimina arbitrariamente al resto de animales, y también porque establece un criterio especista para la asignación de derechos: la semejanza genética con la especie humana y la similitud de capacidades cognitivas con los humanos. A esto lo podemos denominar como antropocentrismo inclusivo. Esta forma de antropocentrismo acepta que otros animales puedan ser incluidos en la comunidad moral si comparten algunas características relevantes que se consideraban propias o exclusivas de los humanos.
Por otra parte, dentro del especismo existe también una extensión denominado especismo de preferencia que sería aquella forma peculiar de especismo que, dentro del ámbito de discriminación especista, crea clases o niveles separados en las que clasificar y jerarquizar a los individuos según su especie. Por ejemplo, el especismo de preferencia considera correcto que los perros puedan ser explotados para servir de compañía pero no considera aceptable que puedan ser usados para servir de comida
En el especismo de preferencia, a unos animales se les cataloga en la clase de comida y a otros se les clasifica como compañía. Sin embargo, todos ellos son igualmente explotados. Se les valora exclusivamente por la utilidad y el beneficio que nos aportan a los humanos, pero no se les respeta como individuos. Si se les respetara entonces no sería considerados como meros recursos para nuestro uso y disfrute, sino que se les consideraría como individuos que merecen consideración moral. Esto es lo que significa el respeto en sentido moral.
Teóricamente, el especismo no tiene por que ser antropocéntrico, pero en la práctica cualquier tipo de especismo resulta ser alguna forma específica de antropocentrismo. Incluso la misantropía sigue colocando a la especie humana en una posición especial.
Teóricamente, el especismo no tiene por que ser antropocéntrico, pero en la práctica cualquier tipo de especismo resulta ser alguna forma específica de antropocentrismo. Incluso la misantropía sigue colocando a la especie humana en una posición especial.
Entonces me imagino que te parecería reprochable que yo prefiera que experimenten en un laboratorio con una lombriz antes que con un simio, ¿no? Si los igualamos a todos quizás estemos discriminando así a los que tienen una capacidad física y emocional, por las características de su sistema nervioso, de sentir dolor (repito, sea físico o emocional) mayores que otros animales. Creo que en toda lucha hay que establecer prioridades para poder ir avanzando poco a poco. De todas formas no me hagas mucho caso, la filosofía siempre se me ha dado mal.
ResponderEliminarHola, Abisal, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEfectivamente el caso que planteas me parece totalmente reprobable ya que viola el principio de igual consideración entre seres sintientes (seres con capacidad para sentir).
No es que les igualemos nosotros forzosamente. Sino que es un hecho de la lógica el que, en lo que se refiere a la capacidad de sentir, tanto una lombriz como un simio son iguales en lo que a poseer dicha capacidad se refiere.
No existe ninguna evidencia que demuestre que la capacidad de sentir dolor sea mayor en un simio que en una lombriz. Su sistema nervioso central es prácticamente idéntico. Es probable que sientan el mismo dolor, y que tengan el mismo interés en evitar ese dolor y en que no les hagan daño.
De todos modos, me gustaría aclarar que el dolor por sí mismo no es el hecho principal moralmente relevante. Sí lo es la capacidad de sentir:
http://filosofiavegana.blogspot.com/2010/09/la-capacidad-de-sentir.html
Hay individuos que carecen de la sensación de dolor, pero sin embargo poseen igualmente la capacidad de sentir, sólo que sin la experiencia de dolor. Aunque en principio esto pueda parecer un alivio o una ventaja, la realidad es justamente lo contrario. Las personas que carecen de la capacidad de sentir dolor viven una vida imposible e infernal. Lo que demuestra la importancia del dolor como mecanismo de adaptación y supervivencia:
http://www.fogonazos.es/2007/04/cipa-el-infierno-sin-dolor.html
Por supuesto ellos merecen la misma consideración moral que cualquier otro ser sintiente, aunque no puedan sentir dolor.
Por otra parte, considero que una lucha social que pretende abolir la discriminación injusta no debe utilizar pautas injustamente discriminatorias. Eso sería incoherente, y además en la práctica se demuesta inefectivo.
Ya que comentabas el caso de dar preferencia a los simios, podemos echar un vistazo al ejemplo del fracasado Proyecto Gran Simio:
http://www.anima.org.ar/liberacion/enfoques/pgs-no-tan-grande.html
En una sociedad donde no se considera que la capacidad de sentir sea la característica básica suficiente para incluir a un ser dentro del ámbito de consideración moral, entiendo que cualquier iniciativa estará abocada al fracaso mientras no haya un cambio sustancial en esa mentalidad mediante la concienciación y la educación.
Creo que esto no es una cuestión filosófica tan intrincada en realidad. Y me parece que has planteado bien tu objeción. Yo espero haber expresado bien mi respuesta.
Un saludo.
Hola Luis,
ResponderEliminarMi postura, y creo que la única coherente, es que no todos los animales sintientes valen lo mismo. Esta valoración no es subjetiva sino objetiva, basándonos en que existen unos sistemas nerviosos más completos que otros, y que por lo tanto permiten una sintiencia más amplia. No es una ciencia exacta pero, por ejemplo, la vida de una hormiga, en cuanto al sistema nervioso (sensocentrismo), es objetivamente menos valiosa que la vida de una gallina, y aún menos que la vida de un humano. No digo que no sea valiosa sino que lo es en menor medida. Esto no es especismo sino una valoración objetiva de sistemas nerviosos, con sus emociones y/o sentimientos.
Saludos,
David.
Hola, David, gracias por tu comentario.
ResponderEliminarSiento decir que considero que tu postura no es coherente. Ni lógica ni empíricamente. Creo que es una postura equivocada. Y te explicaré por qué.
En lo que se refiere a poseer en sí la capacidad de sentir no hay diferencias entre los seres sintientes. No podemos establecer una diferencia lógica entre ellos puesto que todos sienten, y en lo que se refiere al hecho mismo de sentir, son todos iguales.
Por otro lado, en lo que se refiere a la cuestión empírica tampoco es cierto que, por ejemplo, el sistema nervioso de una hormiga sea menos completo, o complejo, que el de una gallina. Es decir, que por el hecho de que un animal sea más pequeño que otro eso signifique que su capacidad de sentir sea menos compleja.
Me parece que en esa creencia influye el prejuicio de considerar que el tamaño influye en la complejidad. Pero sabemos que eso no es cierto. Un microchip es mucho más complejo que un muro de hormigón y, sin embargo, es mucho más pequeño. No existe una relación necesaria entre tamaño y complejidad.
Podemos comprobar, a través de la ciencia, que las hormigas son capaces de muchos comportamiento complejos, como son comunicarse y aprender. Eso no sería posible si su sistema nervioso no estuviera dotado de las características necesarias para realizar dicha conducta, al igual que ocurre en nuestro caso:
http://es.wikipedia.org/wiki/Formicidae
Lo mismo ocurre con otros insectos, y animales muy pequeños. Aunque entrar a fondo en esta cuestión me llevaría mucho más tiempo y extensión, y de momento prefiero dejarlo simplemente señalado.
También podemos ver que aplicando tu mismo criterio diferenciador al contexto estrictamente humano resultaría que entonces la vida de un sordomudo debería valer menos que la de un humano que pudiera oír, ya que el sordomudo tendría algo menos completa su capacidad de sentir. O que la vida de una persona que careciera de la capacidad de sentir dolor (puedes ver un enlace sobre ese tema en mi comentario anterior) también debería valer menos que las de quienes sí podemos sentir dolor.
Seguro que te das cuenta de que ese criterio es injustamente discriminatorio, puesto que esas diferencias o deficiencias no afectan a la capacidad de sentir en sí misma ni tampoco a los intereses fundamentales que todos los animales poseemos.
La vida de un sordomudo no vale menos que la de alguien que puede oír. La vida de una persona que no pueda sentir dolor no vale menos que la de quien sí puede sentirlo. La vida de alguien que es más pequeño no vale menos que la de otro que sea más grande que él.
La complejidad del sistema nervioso, de la capacidad de sentir, no afecta al valor intrínseco de cada individuo. Todos tienen igualmente sensaciones y experiencias, y tienen el deseo de vivir y no ser dañados.
No voy a decir que tu criterio es especista, aunque sospecho que se basa en el prejuicio de que las vidas de mamíferos y aves valen más que las de otros tipos de animales. Pero lo que sí puedo asegurar es que es un criterio equivocado a la vista de las pruebas y de los razonamientos.
Te animo a que reflexiones sobre ello. Sé que eres una persona de pensamiento racional y abierto a la crítica constructiva. Aun así, si sigues convencido de que tu postura es correcta entonces seguramente podremos debatir sobre el tema cordialmente.
Un saludo.
Hay veces que no entiendo como un rescatista puede arriesgar su vida por salvar un perro que ha quedado atrapado en una situación de vida o muerte y luego llega este individuo a su casa alegre porque siente que ha cumplido con su deber de salvar a otro ser vivo y se sienta a la mesa a comer un pedazo de carne de otro animal que también quería vivir.
ResponderEliminarQuería aprovechar para contarte que encontré un sitio que está naciendo, se trata de una Red Social VEGetariANA donde se puede conocer a otras personas con las mismas inclinaciones, además se puede chatear, crear foros, grupos, artículos y eventos. Realmente te lo recomiendo el link es: http://vegetarianos.socialgo.com
Éxitos
Luis, ¿De verdad crees que el mundo intelectual y emocional de una lombriz y un simio (cualquier mamífero) tiene algo que ver? No soy una experta pero creo que matices como el miedo, la ira, el estrés, el instinto maternal o de protección a los semejantes, la lealtad al grupo, relaciones de amistad o pareja... no se dan en un invertebrado. Esto no hace la vida de la lombriz menos valiosa pero sí muestra diferencias a la hora de percibir el mundo. Creo, sinceramente, que no es comparable. Un saludo.
ResponderEliminarBueno, Abisal, ya me que me preguntas, te comento que mi postura general al respecto de cualquier tema es que lo importante no son las creencias que tengamos, las cuales pueden estar influidas por prejuicios y errores. Considero que lo relevante son los hechos que podamos comprobar; y que la lógica que apliquemos en nuestros razonamientos sea correcta.
ResponderEliminarEstoy seguro de que el mundo personal de una lombriz y de un simio tienen mucho que ver, puesto que ambos son seres sintientes. Ambos desean igualmente conservar su vida, desarrollar sus facultades, evitar el dolor y el daño innecesario, y buscar experiencias satisfactorias y placenteras.
Esos matices emocionales que mencionas creo que no son más que muestras diferentes y más sofisticadas de una series de sensaciones primarias que todos los animales compartimos. Por ejemplo, diferenciar entre miedo y angustia pienso que es realmente una cuestión de matiz.
Lo cierto es que no sabemos realmente como siente y percibe el mundo una lombriz. El hecho de que sea un animal mucho más pequeño que nosotros no debería hacernos pensar prejuiciosamente que no puede tener una vida emocional similar a la nuestra.
Gracias a la ciencia cada vez sabemos más sobre nosotros y sobre las vidas de otros animales. La ciencia tiene sus límites, por lo que sobre aquello que no sepamos o dudemos tal vez no deberíamos hacer juicios precipitados. Si este fuera un blog sobre ciencia en lugar de sobre filosofía moral quizás podríamos seguir indagando en este interesante tema. De momento, no lo veo necesario. Aunque siempre estoy abierto al debate.
Si, tal y como tú misma reconoces, esta cuestión no afecta al valor de la vida de un animal entonces creo que podemos sentirnos satisfechos en estar de acuerdo sobre este punto tan primordial, puesto que otras diferencias ya no serían moralmente relevantes. La única facultad moralmente importante es la capacidad de sentir.
Te mando un saludo. Y gracias de nuevo por comentar.
Hola Luis,
ResponderEliminarMe parece entender que, según tu postura, sería igual de castigable aseinar a una hormiga que asesinar a un perro o a un ser humano... Si la característica moralmente relevante es la sintiencia no me parece coherente con ello.
Saludos,
David.
Hola de nuevo, David.
ResponderEliminarEn efecto, entiendo que es igual de inmoral asesinar a una hormiga, a un perro o a un ser humano. Y considero que es igual porque todos ellos son seres sintientes (seres con capacidad para sentir) y tienen los mismos intereses fundamentales, entre ellos el de querer vivir y que no les hagan daño.
Esto es lo que me dicen los hechos -avalados por la ciencia-, y la lógica. Como pretendo defender una ética racional no me queda más remedio que atenerme a lo que los hechos y la lógica nos evidencian.
Un saludo.
Hola ! interesantes comentarios.
ResponderEliminarSolo quería hablar de un pequeño detalle que no está relacionado con el tema principal, solo para futuras referencias y porque nunca está de más saber:
Las personas sordas son solo sordas o no oyen bien, pero pueden hablar, tienen voz.
Pensar que las personas sordas son también mudas es un prejuicio muy arraigado... y el nombre "sordomudo" es incorrecto. El nombre correcto es "persona sorda".
Saludos,
Daniela
Hola, Daniela, me alegra mucho saber que disfrutas con esta lectura.
ResponderEliminarTe agradezco tu puntualización, aunque me gustaría explicar por qué he utilizado el término "sordomudo" en lugar de simplemente "sordo".
Antes de nada quisiera dejar claro que no es nunca mi intención utilizar términos inadecuados u ofensivos. Y que si fuera el caso estoy siempre dispuesto a rectificar si fuera necesario, puesto que jamás es mi intención insultar ni menospreciar a nadie, aunque es una realidad que todos cometemos errores en alguna ocasión.
Hasta donde llega mi conocimiento, sé que es cierto que las personas que padecen sordera total suelen tener las cuerdas vocales intactas. Tienen la capacidad física de emitir sonidos. Pero debido a su incapacidad para oír no pueden desarrollar correctamente la facultad del habla. El concepto de mudez no se refiere sólo a la capacidad física del habla sino también a la conducta. Por ejemplo, si yo pasara todo el resto de mi vida sin emitir jamás una sola palabra, creo que sería correcto que se me calificara de mudo, aunque mis cuerdas vocales estuvieran intactas y preparadas para emitir sonidos y hablar.
Mirando por internet veo que el término "sordomudo" es habitualmente utilizado incluso por asociaciones que representan a este colectivo. No tenía, ni tengo, constancia de que sea un término ofensivo o inapropiado. Pero procuraré utilizar el término "sordo" por no herir sensibilidades, y porque no es un término incorrecto.
Para terminar, me gustaría expresar mi apoyo a todas las personas que padezcan algún tipo de discapacidad y que merecen ser tratadas con igual respeto y consideración.
Un saludo.
P.D: Recientemente la organización abolicionista DefensAnimal -con la que tengo la oportunidad de colaborar como activista- realizó una charla en una asociación de sordos aquí en España, difundiendo el veganismo:
http://www.defensanimal.org/actividades/10/201110/apesol.htm
Hola, me gustaría compartir contigo un par de entradas que he hecho rencientemente sobre el especismo y el evolucionismo. Es un pequeño análisis que hice sobre este tema que me parce totalmente en desacuerdo.
ResponderEliminarTe dejo los links para que los puedas leer si tienes tiempo:
http://ecoplanetauniversal.blogspot.com/2011/04/parece-que-la-evolucion-les-afecto.html
http://ecoplanetauniversal.blogspot.com/2011/04/parece-ser-que-la-evolucion-les-afecto.html
Hasta pronto...