Una de las excusas habituales que se suelen alegar contra el veganismo es el hecho de cuestionar o negar que sea viable llevarlo a la práctica. Incluso se llega a afirmar que se trata de algo caro o costoso. Algunas personas afirman que es poco menos que un 'lujo' y que la mayoría de la gente no puede permitirse el hecho de ser vegano. Todo esto aparte de si el veganismo está racionalmente justificado como principio moral. Por tanto, vamos a analizar brevemente si esta crítica tiene algún sentido.
En primer lugar ¿por qué todavía hay tan pocos veganos en proporción con el resto de la población humana?. A veces se alega que esto ocurre precisamente porque el veganismo es caro y sólo un pequeño porcentaje de la gente se lo puede permitir. Pero la realidad resulta más bien en lo contrario. Practicar el veganismo no es más caro. De hecho, algunos estudios indican que eliminar los productos de origen animal resulta económicamente más barato, siempre que los sustituyamos por vegetales de cultivo eficiente. Si bien, como intentaré argumentar un poco más adelante, no son las motivaciones económicas las que están detrás de la existencia de la explotación animal.
Como cualquier persona un poco versada en economía sabría, los productos de origen animal no reflejan en su precio el coste real. Todos esos productos, en mayor o menor medida, están fuertemente subvencionados por el Estado, para que sean asequibles al poder adquisitivo de los consumidores medios, dado que existe una gran demanda social de productos de origen animal.
En primer lugar ¿por qué todavía hay tan pocos veganos en proporción con el resto de la población humana?. A veces se alega que esto ocurre precisamente porque el veganismo es caro y sólo un pequeño porcentaje de la gente se lo puede permitir. Pero la realidad resulta más bien en lo contrario. Practicar el veganismo no es más caro. De hecho, algunos estudios indican que eliminar los productos de origen animal resulta económicamente más barato, siempre que los sustituyamos por vegetales de cultivo eficiente. Si bien, como intentaré argumentar un poco más adelante, no son las motivaciones económicas las que están detrás de la existencia de la explotación animal.
Como cualquier persona un poco versada en economía sabría, los productos de origen animal no reflejan en su precio el coste real. Todos esos productos, en mayor o menor medida, están fuertemente subvencionados por el Estado, para que sean asequibles al poder adquisitivo de los consumidores medios, dado que existe una gran demanda social de productos de origen animal.
Esta demanda se explica por varios motivos. En particular, se debe a que la mayoría de gente cree erróneamente que es necesario consumirlos para vivir. También en parte es una consecuencia de la mentalidad especista. Si pensamos que los demás animales existen para estar a nuestro servicio entonces así será como nos relacionemos con ellos.
Centrándonos específicamente del ámbito de la alimentación, ¿es más caro un kilo de garbanzos que un kilo de huevos? ¿Es más caro un kilo de nueces que un kilo de carne animal? ¿Es más caro un litro de leche animal que un litro de leche vegetal? Pues no. Prácticamente en cualquier lugar, los vegetales suelen ser por lo general más baratos que los productos de origen animal.
En las poblaciones humanas menos desarrollas tecnológicamente, en las que está presente la misma mentalidad especista que en cualquier otra, esclavizar animales para obtener un beneficio económico de ellos es realmente un lujo. Solamente un pequeño porcentaje de humanos pueden llevarlo a cabo, por lo general resulta mucho más barato cultivar la tierra y consumir vegetales directamente que dar de comer a los animales para luego utilizarlos de comida.
Los animales que son esclavizados deben ser alimentos con productos de la agricultura o necesitan a su disposición un extenso suelo fértil del que poder comer —un suelo que podría ser utilizado para cultivar vegetales. Por una simple regla de tres, resulta menos costoso consumir directamente los productos de la tierra.
Es verdad que si uno echa un vistazo a los productos específicos de tiendas veganas, muchos tienen un relativo precio alto, pero esto ocurre debido en parte a que son productos de importación, a que en su mayoría provienen de agricultura ecológica, y a que existe muy poca oferta todavía en comparación con el resto del mercado. No obstante, un vegano puede hacer su compra alimentaria en cualquier mercado normal en el que haya diversos cereales, semillas, legumbres, frutos y verduras. En todo caso, cuantos más veganos haya demandado productos aptos para veganos, mayor oferta de esos productos se creará en el mercado.
Si dejamos a un lado la ética, y únicamente nos preocupamos por nuestros intereses particulares, seguramente nos resultaría más barato matar a un ser humano y trocearlo para consumir su cuerpo que comprar cadáveres y secreciones de otros animales en el mercado. Pero ¿acaso aquello que nos resulte más barato económicamente significa por ello que es correcto éticamente? Podemos razonar que no. No es justo tratar a los demás en una forma en la que nosotros nunca desearíamos ser tratados. No hay ningún precio que pueda pagar el hecho de esclavizar o asesinar a alguien; sin importar la manera o las condiciones en que se lleve a cabo.
Si dejamos a un lado la ética, y únicamente nos preocupamos por nuestros intereses particulares, seguramente nos resultaría más barato matar a un ser humano y trocearlo para consumir su cuerpo que comprar cadáveres y secreciones de otros animales en el mercado. Pero ¿acaso aquello que nos resulte más barato económicamente significa por ello que es correcto éticamente? Podemos razonar que no. No es justo tratar a los demás en una forma en la que nosotros nunca desearíamos ser tratados. No hay ningún precio que pueda pagar el hecho de esclavizar o asesinar a alguien; sin importar la manera o las condiciones en que se lleve a cabo.
Muchos se preguntarán entonces, ¿por qué seguimos utilizando a los animales si no tenemos ninguna necesidad de ello y nos resulta más barato consumir vegetales? Los humanos no necesitamos utilizar a los animales para poder vivir. Si los utilizamos no es por necesidad vital, sino por prejuicio.
Si somos especistas sentiremos la tendencia de poner en práctica nuestros prejuicios y querremos seguir utilizando a los demás animales aunque no lo necesitemos; por prejuicio. Nuestra forma de pensar precede a nuestra forma de actuar. Si pensamos que los animales no humanos están en el mundo para satisfacer nuestras necesidades entonces pondremos en práctica esa creencia.
La razón por la que el porcentaje de veganos es todavía tan pequeño se debe principalmente a que vivimos en una sociedad especista que ya en nuestra infancia nos adoctrina en la idea de que los humanos somos 'superiores' a los demás animales y estamos legitimados en utilizarlos para nuestros fines.
Una vez que nos han inculcado estos prejuicios, resulta mucho más difícil cuestionar el supremacismo humano y la explotación que ejercemos sobre los individuos no humanos. Aunque también es cierto que influye, por un lado, la inercia de continuar haciendo el mismo hábito que se ha hecho siempre. La inercia es una tendencia común a todos nosotros.
Asimismo, a veces sucede que ciertos productos de origen animal pueden resultar más baratos que los de origen vegetal en ciertos casos, por ejemplo: el sebo puede resultar más barato que el aceite de coco a la hora de producir jabones. En esto influyen factores locales, económicos y políticos, que no necesariamente tienen que ver con el coste real de cada producto. Por lo general, el cultivo de vegetales es económicamente más eficiente que la explotación de animales. Además de que los estudios señalan que una aplicación global del veganismo conllevaría un menor impacto ambiental que la explotación animal.
Éstos son básicamente los motivos por las que se sigue utilizando a los otros animales aunque no tengamos ninguna necesidad de ello: inercia, prejuicio, comodidad. Por tanto, si primero no cambia nuestra mentalidad, y ayudamos a los demás a cambiar la suya, entonces nada cambiará realmente.
En definitiva, llevar el veganismo a la práctica no es caro. A nadie se le aplica un impuesto o una recarga económica por ser vegano. Con un poco de planificación puede resultar incluso más barato para nuestro bolsillo, sin perder calidad por ello. Aunque es importante recordar que el principio del veganismo no se aplica sólo en la alimentación sino en todos los ámbitos de la vida: trabajo, vestimenta, transporte, higiene, ocio,...
Si no eres vegano todavía, puedes elegir el veganismo. Toma la decisión. Es fácil si tienes la motivación de respetar a los animales y el veganismo es la decisión correcta que debemos tomar si los animales poseen un valor moral. Si no somos veganos entonces estamos apoyando la explotación animal y los animales lo están pagando con lo único que tienen: su propia vida.
Que se lo digan a mi abuela, que desde que vivo con ella se gasta la mitad en comida...
ResponderEliminarPara ser vegano no es llegar y comer vegetales porque sí, hay que saber reemplazar los productos animales que son importantes para el organismo, lo quieran o no.Y para eso sí hay que tener dinero. Una persona que gana un sueldo mínimo no puede darse el lujo de comprar una leche de soya de litro que sale más de mil pesos. ¿Han ido a los supermercados mayoristas dónde va la mayoría de la población a comprar? Aquí no hay productos veganos pero el resto sale mucho más barato en comparación al mercado. No pretendo justificar, pero si se piensa en gente que no gana lo suficiente y compra l que necesita, obviamente comprará lo más barato y aquello que no es de calidad (porque en general estos productos presentan un millon de quimicos que nos matan). sí bien no todos los productos son caros hay varios como la leche, que sí son un lujo. No todos pueden ser veganos. La gente que no tiene los recursos suficientes no puede acceder a todos los productos. Hasta sus dulces veganos o restaurants son caros. También se lucra.Ojalá lleguemos al día en que no necesitemos abusar de los animales para vivir, fin al especismo pero mientras SE LUCRE DE TODAS LAS PARTES y no se tome real conciencia de la situación, en donde no sólo se predique sino se practique y no nos sentemos a llorarle al viento porque los demás no son como nosotros.¿qué más se puede esperar?
ResponderEliminarNo podrías estar más equivocado. Una leche de soya en el supermercado puede salir más de mil pesos (¿estás seguro? cuando compro me sale 800... xD), pero si compras los porotos de soya ($900 el kilo) con 200 gramos de porotos haces un litro de leche. Eso quiere decir que un litro de leche de soya te estaría costando $180. Considerando que la leche de vaca está al menos a unos $500 el ahorro es considerable.
EliminarLo mismo con el sésamo, que tiene más calcio y de mejor calidad. El kilo cuesta $2.300. Con 200 gramos haces un litro de leche. El litro estaría costando unos $460 y la cantidad de calcio que consumes con eso es mucho más que con la leche de vaca.
Y todo esto sin mencionar las sobras de la leche de soya (okara) y de la de sésamo. Ambas sirven para hacer una infinidad de recetas y aprovechar mejor los nutrientes.
El tiempo no es excusa. Puedes destinar un día a la semana a producir leches vegetales y dejar todo congelando para el resto del mes. ¡Incluso el tofu se puede congelar! El seitán, los choriveganos...
Es cosa de voluntad. Yo también presentaba las mismas excusas hace un tiempo y ahora me la paso cocinando y ahorrando dinero en el proceso.
Saludos.
De hecho suele ser más barato
ResponderEliminarLa soya en mi país es barato sin embargo las otras leches cuestan el triple que la de vaca más cara. Los helados también cuestan el triple. Se me hace medio bobo promocionar las "tantas" alternativas de leches cuando son un lujo. En lo único que sé si se ahorra es en la ropa vegana y en no comprar carne. Definitivamente el veganismo puede que sea igual que una dieta "común", pero más barata ? Mmm. Tampoco ah
ResponderEliminarBueno, supongo que debe usted estar comparando precios con la leche animal más barata del mercado, porque hay diversas marcas y variantes de un mismo producto. En todo caso, los precios de los productos veganos siempre bajan en cuanto aumenta su consumo y, consiguientemente, se amplía la oferta. Así funciona el mercado. Los productos elaborados con soja para consumo humano también eran caros hace veinte años, pero su precio ha bajado muy notablemente desde entonces al extenderse su consumo. Aparte, tanto la leche vegetal y otros procesados, como el seitán, también se pueden elaborar en casa con sustancias primarias para abaratar costes. Llevar una dieta vegana saludable y variada no resulta más caro que la dieta tradicional más económica si uno se organiza un poco.
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