«Al principio, los mejores reformadores —los que se opusieron antes que nadie al comercio de esclavos, las guerras nacionalistas y la explotación de los niños que trabajaban catorce horas al día en las fábricas de la Revolución Industrial— fueron tildados de locos por aquellos cuyos intereses eran inseparables de los abusos a los que se oponían.» ~ Peter Singer
Seguramente cualquier vegetariano o cualquier vegano que esté leyendo estas líneas habrá sufrido al menos en alguna ocasión que le tilden de loco o chalado por el simple hecho de ser vegetariano o vegano. Seguramente si no se lo han dicho de frente, lo habrán hecho a sus espaldas. Ya sabemos que tradicionalmente a cualquiera que contradiga o se oponga a la norma social predominante se le tachará de enfermo o trastornado, en un intento de desacreditar su postura.
En esta línea de difamación nos encontramos una nota en blog de Eduardo Robredo Zugasti titulado "La revolución naturalista". Un nombre bastante poco afortunado, puesto que las ideas que se defienden allí tienen poco o nada que ver con el naturalismo, científico o filosófico, sino que más bien lo habitual es ver una encendida defensa del sexismo, de la obediencia ciega a la autoridad, de la represión, de la brutalidad policial, y otra serie de temas más en línea con el movimiento reaccionario, como son el rechazo a los derechos humanos. Está claro que con semejante postura, el trato que se le puede dar a la idea del veganismo no va a ser muy favorable. Quizás alguien podría no haber previsto esto, teniendo en cuenta que el propio Zugasti ha entrevistado a un activista antiespecista como es Óscar Horta, e incluso ha manifestado una actitud crítica respecto del especismo. Sin embargo, el simple hecho de estar en contra del especismo, o no reconocerlo como legítimo, en modo alguno significa estar a favor del respeto por la personas y sus derechos, como es el caso del propio Horta, quien tendría en común con Zugasti el rechazo a la ética de derechos morales.
Debo aclarar que con el término reaccionario me refiero a toda aquella corriente ideológica que pretende oponerse al cambio radical de la sociedad en favor de la igualdad y los derechos individuales. Una corriente que surge en paralelo a la Ilustración y la Revolución Francesa y que denomina a todos aquellas tendencias que se oponían a los ideales de libertad y democracia y que pretendían un retorno forzoso al Antiguo Régimen. Hay diversos tipos de reaccionarismo, pero todos tienen la misma base común en su defensa del elitismo y de la violencia como forma de gobierno y en su rechazo a la razón. Por eso, entiendo que se podría llamar al blog mucho más apropiadamente "La revolución reaccionaria".
La tesis que pretende defender Zugasti en su blog es básicamente que existe una relación entre rechazar el consumo de animales y ciertos trastornos mentales. También afirma que no es posible vivir sin comer nada que proceda de animales. En definitiva, la idea que se trata de sugerir es que si no quieres comer a otros animales entonces eres alguna clase de enfermo mental. O que si dejas de comer animales vas a enfermar. Ambas creencias son demostrablemente falsas.
Acerca de los errores metodológicos del estudio del que se sirve Zugasti, y de la interpretación que hace a partir, de él, se puede leer una crítica en el blog de Círculo Escéptico Argentino en el que se explica a que el estudio ni siquiera trata sobre veganos, sino sólo sobre algunas pocas personas vegetarianas o que llevan una alimentación predominantemente vegetal. Por cierto, es algo bastante significativo que Zugasti eliminara hace ya tiempo la posibilidad de comentar en su propio blog, cansado de que otros le estuvieran sistemáticamente replicando y rebatiendo algunas insensatas afirmaciones que expresaba.
Ahora bien, una cosa que los defectos y fallos de dicho estudio puede enseñarnos es que la psicología no es una ciencia y que está muy lejos de serlo. La psicología es un estudio filosófico especializado sobre la mente humana. Lo cual a su vez, me recuerda por otra para a aquella noticia sobre estudios que indicaban que los ateos eran más propensos a ciertos desórdenes mentales debido a la falta de fe religiosa en sus vidas.
Por supuesto, es erróneo decir que los vegetarianos son más propensos a padecer desórdenes mentales de alguna clase. Incluso tomado en serio ese estudio, a pesar de sus defectos, no se aporta ninguna prueba o evidencia que apunte a que exista alguna relación de causalidad entre practicar el vegetarianismo y consecuentemente padecer un trastorno mental.
En general, todo el artículo es una enorme falacia desde la primera palabra hasta la última. Y no es la primera vez que se intenta calificar de locos a los veganos. El magonio Luis Alfonso Gámez ya lo hizo así en un artículo en el cual, sin ningún tipo de razonamiento, pretendía englobar en la misma categoría el veganismo con las terapias mágicas.
Recordemos que hasta hace unas pocas décadas, como consecuencia de la homofobia que todavía sigue existiendo, la homosexualidad estaba mayoritariamente considerada como enfermedad mental y catalogada como tal por las asociaciones de psiquiatras. Y no es nada difícil encontrarte a algunos que todavía defienden ese prejuicio. Es decir, que cualquier idea o práctica que cuestione o se oponga al paradigma predominante será en seguida tachada como locura o como peligrosa por quienes defienden el statu quo. Y los hechos que demuestren su racionalidad o su carencia de perjuicio, serán debidamente ignoradas. Aquí estamos viendo un clamoroso ejemplo de ello.
En España concretamente, recordemos también al psiquiatra Antonio Vallejo Nágera y sus teorías sobre una supuesta relación entre quienes defendían ideologías de izquierda y las enfermedades mentales.
Por cierto, que en el panfleto de Zugasti se confunde constantemente el vegetarianismo y el veganismo, cuando son dos cosas muy diferentes, incluso opuestas. Algo que por desgracia ocurre muy a menudo
El vegetarianismo es un tipo específico de alimentación que consiste en no comer cadáveres de animales ["carne, pescado"] y que puede ser adoptada por diversos motivos. En cambio, el veganismo es una postura ética, contraria a la dominación del ser humano sobre los demás animales.
El veganismo en esencia es similar al feminismo en el sentido de que considera que las personas no deben ser tratadas como objetos o meros recursos. El feminismo se aplica específicamente a seres humanos que no son varones — las mujeres—, y el veganismo se aplica específicamente a quienes no son humanos: los otros animales sintientes. Pero ambos se definen por su oposición a la explotación por parte de un grupo dominante sobre quienes no pertenecen a él en base a alguna característica irrelevante que no afecta al hecho mismo de ser persona, es decir, de poseer la capacidad de sentir —experimentar sensaciones, tener voluntad e intereses propios.
Retomando de nuevo el artículo de Zugasti, afirma su autor que no ha existido ninguna cultura en la evolución humana que haya sido vegana, aunque él mismo cita a la India, un país en el que el vegetarianismo es la norma social predominante. El problema de fondo es que no ha habido ninguna cultura humana en la cual no haya existido la violencia en alguna de sus formas. ¿Esto significa que está bien que basemos nuestra propia cultura en la violencia? A pesar de que el canibalismo humano no es algo inexistente, si los humanos no se comen entre ellos puede simplemente ser debido a que se necesitan para otras funciones sociales para las cuales no pueden asociarse o emplear a otros animales.
En todo caso, el argumento de apelar al pasado no es más que una variante de la falacia ad antiquitatem, la cual supone que el simple hecho de que algo se haya estado haciendo regurlamente hasta ahora no significa por sí solo que está bien perpetuar esa inercia y que debemos rechazar cualquier cambio al respecto.
Por otro lado, sobre si el hecho de no consumir ninguna sustancia de origen animal resulta perjudicial para la salud, ya existen estudios realizados y avalados por asociaciones de nutricionistas profesionales que demuestran que aplicar el principio del veganismo es la alimentación no implica ningún tipo de daño a la salud —más bien lo contrario; puede ser algo muy saludable, siempre que se haga con un mínimo de responsabilidad— pero convenientemente son ignorados.
A la luz de las pruebas, negar que uno puede ser vegano y estar bien de salud es un tipo de sesgo cognitivo y un negacionismo: negar determinadas evidencias sólo porque refutan los prejuicios propios. No es necesario utilizar a otros animales para poder vivir. Sólo es necesario hacerlo si queremos seguir manteniendo la opresión del ser humano sobre los demás animales. De esto es de lo que realmente trata el asunto.
Si alguien adopta el veganismo entonces es normal que, como mínimo, se sienta mal al ver como los demás continúan participando en la esclavitud y matanza de millones de animales inocentes. Eso no significa que ser vegano te conduzca a la depresión o el trastorno mental —ni viceversa. Pero estar rodeado constantemente de presiones y consecuencias del especismo y la explotación animal, pueden afectar psicólogicamente a personas con una acusada sensibilidad y empatía. Imaginemos que alguien no-racista tuviera que vivir en una fanática sociedad racista en la cual se utilizara a ciertos seres humanos como comida y otros fines, sólo por no pertenecer a la raza dominante; del mismo modo que hacemos en nuestra cultura con otros animales por no pertenecer a la especie predominante.
Estar bien adaptado a la sociedad indica una falta de crítica y de sensibilidad hacia las injusticias que se cometen en ella. Como bien explicaba el filósofo Bertrand Russell:
«No estar en armonía con el propio entorno es una desgracia, de acuerdo, pero no siempre es una desgracia que haya que evitar a toda costa. Cuando el entorno es estúpido, lleno de prejuicios o cruel, no estar en armonía con él es un mérito. Y estas características se dan, en cierta medida, en casi todos los entornos.» [La Conquista de la Felicidad; capítulo 9]
Sobre esta clase de manipulación, usando la psicología como excusa para descalificar a los activistas que desafían el paradigma moral vigente, también advirtió en su momento el doctor Martin Luther King con estas palabras:
«La psicología moderna tiene una palabra que quizas sea la más usada que ninguna otra en psicología. Es la palabra "inadaptado". Es el grito de llamda en la moderna psicología infantil: Inadaptado. Claro que todos queremos vivir una vida bien adaptada para evitar personalidades neuróticas y esquizofrénicas. Pero mientras me muevo hacia mi conclusión, me gustaría decirles hoy, y de un modo muy honesto, que hay ciertas cosas en nuestra sociedad, y ciertas cosas en nuestro mundo, sobre las que estoy orgulloso de estar inadaptado. Y yo llamo a todos los hombres de buena voluntad a que sean inadaptados respecto de estas cosas hasta que la buena sociedad tome conciencia de ello. Debo decirles honestamente que nunca he tratado de estar adaptado a la segregación racial y a la discriminación. Nunca he tratado de estar adaptado al fanatismo religioso. Nunca he tratado de estar adaptado a las condiciones económicas que toman las necesidades básicas de muchos para dar lujo a unos pocos y dejar a millones de hijos de Dios sufriendo en una hermética jaula de pobreza en medio de una sociedad opulenta.» Discurso en la universidad Western Michigan [18 de diciembre de 1963]
Por otra parte, uno se podría preguntar legítimamente si quizás hay personas que mantienen el especismo por algún tipo de desorden mental. Es decir, quien continúa participando en la explotación animal aun siendo consciente de que significa participar directamente en la esclavitud, el sufrimiento y la muerte de millones de animales inocentes, demuestra una falta de empatía bastante acusada. Del mismo modo que cuando alguien participa en el canibalismo se le suele acusar poco menos de psicópata, por carecer de esa empatía básica que casi todos tenemos por naturaleza. Debe de ser por esto el que haya tantas personas que se intentan auto-convencer de que no es posible vivir sin usar a otros animales como comida para no sentirse mal por el hecho de seguir haciendo algo que en el fondo saben que está mal —o ahorrarse el esfuerzo de cambiar de hábitos— y que no quisieran que nadie les hiciera a ellos mismos.
Sea lo que sea en definitiva, podremos ver que según vaya creciendo el número de veganos y la difusión del veganismo, al mismo tiempo irán creciendo también los ataques contra un movimiento que pretende cuestionar el paradigma especista de que los demás animales existen para estar a nuestro servicio, y no hay nada malo en discriminarlos de la consideración moral, porque los humanos somos 'superiores'.
NOTA
Aunque en esta entrada estoy respondiendo a la difamación de que los vegetarianos son trastornados mentales —o que quienes practican el vegetarianismo tienen alguna relación con enfermedades mentales— no pretendo hacer una defensa del vegetarianismo. El vegetarianismo es un error. La opción que respeta justamente a los demás animales es el veganismo.
POSDATA - 12 de julio de 2020
Apareció un metaestudio revisando todos los estudios publicados sobre la comparación de índices de salud mental entre vegetarianos, veganos y consumidores de carne, que indicaba que hay una mayor prevalencia de trastornos mentales entre veganos y vegetarianos en comparación con los consumidores de carne, aunque se destaca que no se ha encontrado ninguna relación de causalidad entre dieta y salud mental. Esto es, hay un mayor índice de ansiedad y depresión en veganos y vegetarianos, pero no se ha encontrado ningún dato que indique que llevar una dieta sin productos de origen animal perjudique la salud mental.
Hay personas con problemas de salud que se apuntan a una dieta basada en plantas porque creen que les ayudará a resolverlos. Esos problemas también pueden ser de tipo psicológico. Por desgracia, un simple cambio de dieta no conlleva necesariamente una mejora de la salud. Por otro lado, las personas que dejan de comer animales por motivos éticos son conscientes de vivir en una sociedad que discrimina y masacra a los animales gratuitamente. Esto puede tener un efecto perjudicial en el equilibrio mental.
A pesar del evidente riesgo de una interpretación sesgada que pueden tener estos datos, como he denunciado en este ensayo, no deberíamos tampoco limitarnos a ignorarlos sino que debemos tener en cuenta la importancia en nuestras vidas de la psicología y el cuidado de la salud mental.
Buen post. Comparto, además, la crítica a los modos de pensar y de actuar de Zugasti. Al principio decía cosas muy interesantes y nuevas para mí, y se lo agradezco, pero finalmente o el aprendiz superó al maestro (no tengo abuela, je...) o él mismo acabó derivando en un discurso cada vez más ideológico (en el sentido negativo de la palabra), hasta el punto de censurarme un comentario en el que criticaba brevemente El optimista racional de Matt Ridley ;)
ResponderEliminarUn abrazo, Luis.
Muchas gracias, Hugo. Me alegra verte de nuevo por aquí.
EliminarComo bien dices, al principio (hace ya mucho tiempo) decía cosas interesantes. Pero con el tiempo ha ido degenerando cada vez más y perdiendo por completo el supuesto sentido que debía tener la temática de sus escritos. Hasta el punto de que cuando ocasionalmente he leído alguna entrada suya en estos últimos meses, me parecía estar leyendo un blog de de propaganda ultraderechista. Lo increíble de todo es que se considere a sí mismo un pensador racional y escéptico. Y es que compruebo cada vez más que detrás de la etiqueta de "racionalista" y "escéptico" se esconden personas que defienden posturas muy reaccionarias y trasnochadas que a mi modo de ver poco o nada tienen que ver con el racionalismo o el escepticismo.
Te doy toda la razón en lo que señalas. Y el hecho de que te censurara un comentario (que eres una de las personas más razonables y conciliadoras en la forma de expresarse que he conocido) demuestra hasta qué punto está cegado por sus propios prejuicios y no acepta ningún tipo de crítica ni disensión que afecta sustancialmente al mensaje que trata de difundir. Esto es justamente lo opuesto al racionalismo y el escepticismo.
Un abrazo.
En efecto. Creo que ambos hemos conocido escépticos (sobre todo los de la rama científica) que de tanto defender el escepticismo, han acabado por defender su contrario :P
EliminarY, por supuesto, ¡el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra! En esto hay que ser muy prudentes y autocríticos. Ferrater Mora estuvo muy acertado cuando dijo: "Como casi todos los filósofos, desconfío de los «ismos»; dicen a la vez poco y demasiado. Pero no veo por qué no se puede usar un vocablo terminado en «ismo» siempre que no se crea estar con ello al cabo de la calle". La palabra puede llegar a ser un "poderoso tirano", como decía Gorgias :o)
Un abrazo y hasta la próxima.
Interesante artículo.
ResponderEliminarCada persona es diferente, debemos respetar la opinión de cada uno a pesar de que no la compartamos.
Me alegra que te haya gustado.
EliminarSi lo que dices es correcto (acerca de que, por principio, debemos respetar la opinión de cada uno) entonces resulta que deberíamos respetar también aquellas opiniones que no respeten las opiniones de otros. Además, también deberíamos respetar aquellas opiniones que defienden la violencia, la mentira, la discriminación injusta, y otra serie de dañinos errores morales.
Por supuesto, yo no estoy de acuerdo contigo en ese punto. En todo caso, lo que sí debemos respetar es el derecho a manifestar las opiniones propias. Esto es, el derecho a libertad de expresión. Pero no tenemos por qué respetar la opinión en su contenido (más allá de su integridad formal - es decir, no manipularla o tergiversarla). Entiendo que estamos perfectamente legitimados en criticar y refutar todas aquellas opiniones, ideas y argumentos que consideremos conveniente. Eso es lo que he hecho en esta nota.
Lo que merece respeto no son las opiniones. Son las personas, y sus derechos (por ejemplo, su derecho a la libertad de expresión), quienes sí merecen respeto. Por eso, en una diálogo o debate deberíamos ceñirnos a los hechos y los argumentos, y evitar cualquier tipo de alusión personal despectiva, cualquier ataque o amenaza verbal a otras personas. No creo haber incurrido en nada de esto al redactar el texto anterior.
Me gustó el articulo y lo he compartido para que muchos lo lean :)
ResponderEliminarGracias, Carlos. Te mando un saludo.
EliminarNo entendí aquello que describes como sexismo al principio del post, puesto que e link no me dice nada sobre una actitud sexista. ¿Me puedes explicar?
ResponderEliminarTe explico.
EliminarPor sexismo me refiero en ese caso a la pretensión de que los los hombres (los varones)deban tener reconocidos determinados derechos por el hecho de ser hombres. Eso es sexismo. Es apelar al género sexual como un motivo para la consideración moral. Considero que el hecho de que alguien pertenezca a determinado sexo no debe implicar ningún tipo de privilegio o reconocimiento moral frente a otros individuos de diferente sexo.
Rechazo la idea de que existan "derechos de los hombres" como tampoco comparto la idea de que existan unos derechos reservados a las mujeres. Los derechos morales pertenecen a todos los animales sintientes; sin importar su especie, sexo o raza. (Y así debería ser también el fundamento de los derechos legales). Y sólo algunos derechos muy concretos y especiales de tipo civil(como, por ejemplo, el derecho al voto) pueden aceptablemente derivar del acuerdo social y la capacidad intelectiva del sujeto, aunque nunca por motivo de su sexo.
Espero haber aclarado tu duda.
A mí tampoco me quedó claro eso. Según entiendo, en ningún lugar de la entrada del blog a la que lleva el link en cuestión se pretende, sea explicita o implícitamente, que el mero hecho de ser hombre sea moralmente relevante. Lo que sí veo que se dice es que el "Movimiento por los Derechos de los Hombres" reivindica "los derechos específicos de los hombres", que no es lo mismo. De hecho, esto me suena muy similar a lo que el feminismo hace con las mujeres.
EliminarQue se me corrija si me equivoco, pero me parece que ahí se habla de derechos legales, no morales. En ese sentido, no le encuentro lo malo a que los hombres también posean derechos específicos, así como sucede con las mujeres (derecho al aborto, por ejemplo). Ello no implica que un sexo, sin importar cuál, sea más importante que el otro. Una igual consideración de intereses no significa derechos con el mismo contenido.
Si el hecho de ser hombre no se pretende legitimar como una característica moralmente relevante entonces no se pueden reivindicar los derechos específicos de los hombres (varones). De la misma manera que no se pueden reivindicar los derechos específicos de los rubios, ya que el hecho de ser rubio no tiene ninguna relevancia moral. Cuestión de simple lógica.
EliminarEl feminismo, según yo lo entiendo, no pretende reivindicar derechos específicos para las mujeres, sino que su intención es erradicar la discriminación sexista que padecen las mujeres al vivir en una sociedad machista o patriarcal que privilegia a los varones. Precisamente el feminismo - el feminismo de la igualdad - lo que busca es acabar con el sexismo y que los géneros sexuales dejen de ser motivo de discriminación moral.
Cuando dices que "aquí se habla de derechos legales, no morales" no estoy seguro de a qué te refieres cuando dices "aquí". Pero en este blog toda la temática pertenece al ámbito moral, ético, y la conexión con el ámbito legal, jurídico, se realiza en virtud de que lo legal siempre debe estar supeditado a lo moral. No deben haber leyes que contradigan o ignoren la ética.
En definitiva, si los sexos no tienen relevancia moral entonces no pueden haber derechos específicos ni para varones ni para mujeres. La igual consideración de intereses precisamente es un principio que obliga a tener en cuenta por igual los intereses de los individuos sin discriminar por características que no afectan a dichos intereses. Y no veo que el hecho de ser varones o mujeres afecte, modifique, o genere intereses específicos.
En caso del aborto es un tema complejo, aunque no tanto por la cuestión en sí misma sino por la enorme cantidad de confusión y prejuicios que rodean al aunto. De hecho, a mí me parece un caso relativamente sencillo, salvo situaciones concretas y excepcionales. En resumen: un cigoto o un embrión no son sintientes, por lo tanto no merecen consideración moral en sí mismos. Un feto sintiente merece la misma consideración que un ser sintiente extra-uterino. No hay ninguna razón que justifique una consideración diferente. No veo que este caso genere o motive tampoco intereses específicos. Lo explico con más detalle en esta nota:
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2010/07/abortar.html
Chalados y mesiánicos, manda cojones...
ResponderEliminarNo me resulta extraño que a un fanático de la ultraderecha que básicamente se dedica a insultar, y poco más, le agrade el blog de Zugasti y lo tenga en sus favoritos. No podía ser de otra manera.
EliminarSi el hecho de ser hombre no se pretende legitimar como una característica moralmente relevante entonces no se pueden reivindicar los derechos específicos de los hombres (varones). De la misma manera que no se pueden reivindicar los derechos específicos de los rubios, ya que el hecho de ser rubio no tiene ninguna relevancia moral. Cuestión de simple lógica.
ResponderEliminarLa cuestión, creo yo, es que aunque el hecho de ser hombre o mujer es moralmente irrelevante, las diferencias innegables que existen entre ambos pueden dar paso a diferentes tratos y derechos. Esto aunque solemos considerar, al menos entre sensocentristas, que su vida e intereses son igualmente mportantes. En el caso del aborto, por ejemplo, el hecho de ser mujer resulta pertinente porque esta es la única que se puede embarazar en primer lugar y, en consecuencia, optar por interrumpir su embarazo. Precisamente por ello no tendría sentido otorgárselo a los hombres. Reivindicar, pues, el aborto como un derecho reproductivo de la mujer, no es sexismo.
Cuando dices que "aquí se habla de derechos legales, no morales" no estoy seguro de a qué te refieres cuando dices "aquí".
Dije ahí (en la entrada en cuestión del blog La Revolución Naturalista), no aquí (en este blog de Filosofía Vegana). Creo que leíste mal. Aunque también puede que yo no me haya expresado del todo bien :P
Lo siento, pero sigo sin ver cómo desde un punto de vista moral, las diferencias sexuales entre hombres y mujeres justifican una diferencia de trato y derechos. No lo veo en modo alguno. De hecho, compruebo que es justamente lo contrario. Y que establecer diferencias de consideración moral en base al género sexual es sexismo. Lo mismo que decir que las diferencias raciales entre blancos y negros justifica que reciban un trato moral diferente. Precisamente esto era lo que defendían los partidarios de la segregación racial en Estados Unidos o los defensores del apartheid en Sudáfrica.
EliminarEl hecho de ser mujer, o de poder quedarse embarazada, no deriva en ningún "derecho al aborto". Me parece que estamos enfocando el asunto desde una perspectiva equivocada. Porque aunque una mujer puede tener un deseo de abortar en determinadas circunstancias, eso no significa que tenga un derecho específico a hacerlo. A no ser que estemos dispuestos a establecer un catálogo con miles de "derechos" específicos (derecho a peinarse, derecho a ir al dentista, derecho a escuchar música,... y así indefinidamente). No le veo ningún sentido. Así no estamos respetando el principio de Ockham. Y para que una persona viva su propia vida libremente, y de acuerdo con la ética, no necesita tener reconocidos miles y miles de derechos específicos.
Como ya señalé en mi anterior comentario, abortar un cigoto o un embrión no plantea en principio ningún problema moral (desde un punto de vista racional, claro) y no hace falta tener ningún "derecho al aborto" del mismo modo que no necesitamos tener un "derecho" a extraer tapones de cera de nuestros oídos. En cambio, la pretensión de abortar un feto sintiente es una cuestión radicalmente distinta, y (tal y como explico en la entrada que enlacé) no existe ningún argumento que justifique tratar a un feto sintiente de manera diferente a cualquier otro ser sintiente.
Hubiera jurado que ponía "aquí". Lamento la confusión. De todos modos, los derechos legales necesitan estar fundamentados moralmente igual que los derechos morales. El ámbito jurídico es meramente prescriptivo y no puede justificar por sí mismo ningún tipo de consideración moral. Y hacer una distinción entre hombres y mujeres es una discriminación sexista. Aunque la regulación legal sobre el aborto esté enfocada sobre las mujeres, porque sólo las mujeres pueden estar embarazadas, se trata de una cuestión meramente circunstancial. Dicha regulación se basa en criterios de higiene y salud, y en limitar su ejercicio a determinado periodo (para evitar que se aplique a un feto sintiente). Ninguno de estos criterios tiene que ver intrínsecamente con el hecho de ser mujer.
Entiendo que este tema está profundamente adulterado por la propaganda religiosa y especista, por un lado, y también por las posturas del denominado "feminismo de género" (hembrismo), pero eso no significa que no podamos aplicar la claridad racional, aunque para ello es necesario dejar de creer erróneamente que el hecho de ser humano, blanco, negro, varón, mujer,... tiene algo que ver con la consideración moral y la posesión de derechos.
Luis, yo no hablé de “diferencias de consideración moral en base al género”. Eso es, como bien apuntas, sexismo, así como hacer lo mismo en función de la "raza" o la nación es racismo y xenofobia, respectivamente. Lo que dije (o traté de decir) es que de una consideración igualitaria de intereses no se deriva un mismo trato o derechos con el mismo contenido. Esto porque reconocer que los intereses de los seres sintientes son igualmente importantes no significa que estos intereses sean iguales. Así, me parece que podría hablarse de tratos y derechos específicos para cada sujeto tenido en plena consideración moral.
ResponderEliminarUna diferencia de trato no es en sí misma arbitraria y, por tanto, rechazable. Sólo lo será si no se encuentra basada en un hecho que sea pertinente para el asunto en cuestión. Imagina, por ejemplo, el caso de alguien que dijera que las mujeres no deberían votar porque en general no son tan fuertes como los hombres. Estaría pretendiendo dar un trato diferencia a las féminas, y uno podría cuestionar: "¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?" Pues nada, porque el voto no se relaciona con la fuerza física, sino con la capacidad de tomar decisiones políticas, al menos en parte. Por ello es que negar el voto a las mujeres por esta razón sería injustificado (es decir, el criterio tenido en cuenta es irrelevante). Sin embargo, por otro lado, excluir a los niños de las decisiones políticas, negándoles el derecho a voto hasta que alcancen determinada edad de madurez para participar en tales no sería así, ya que se trata de una diferencia de trato justificada (es decir, el criterio tenido en cuenta sí es relevante).
Personajes como Peter Singer y Oscar Horta, por poner un par de ejemplos, han hablado sobre no confundir una consideración moral igualitaria con un mismo trato y/o derechos con el mismo contenido. Cito a Singer en Liberación Animal, que creo que explica la cuestión mucho mejor que yo:
"Obviamente, existen diferencias importantes entre los humanos y otros animales y tienen que dar lugar a ciertas diferencias en los derechos que tenga cada uno. No obstante, reconocer este hecho evidente no impide que se extienda el principio básico de la igualdad a los animales no humanos. Las diferencias que existen entre los hombres y las mujeres también son innegables, y los defensores de la liberación de la mujer son conscientes de que estas diferencias pueden originar derechos diferentes. Muchas feministas sostienen que las mujeres tienen derecho a abortar cuando lo deseen. De esto no se infiere que, puesto que hacen campaña para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, tengan que defender también el derecho de los hombres al aborto. Puesto que un hombre no puede abortar, no tiene sentido hablar de su derecho a hacerlo. Puesto que un perro no puede votar, no tiene sentido hablar de su derecho al voto. No hay ninguna razón por la que la liberación de la mujer o la de los animales tengan que complicarse con semejantes desatinos. Extender de un grupo a otro el principio básico de la igualdad no implica que tengamos que tratar a los dos grupos exactamente del mismo modo, ni tampoco garantizar los mismos derechos a ambos. Que debamos hacerlo o no dependerá de la naturaleza de los miembros de los dos grupos. El principio básico de la igualdad no exige un tratamiento igual o idéntico, sino una misma consideración. Considerar de la misma manera a seres diferentes puede llevar a diferentes tratamientos y derechos."
Saludos.
Bueno, Alex, yo creo que sí hablaste de eso, porque dijiste que el hecho de ser hombre, o de ser mujer, genera intereses específicos o justifica diferencias de trato entre ambos sexos, y yo argumenté que tal cosa no es cierta. El hecho ser mujer (u hombre) no genera intereses que otros individuos no tengan por pertenecer a
Eliminarotro sexo.
Ya expliqué anteriormente por qué el "derecho al aborto" no existe en términos morales. Y hablar de "derecho al aborto" para referirse a la regulación legal del aborto es una forma incorrecta de expresar una circunstancia jurídica.
Por otra parte, el derecho a voto es un derecho civil. Y los derechos civiles pertenecen a un ámbito diferente que los derechos fundamentales, pues aquéllos están parcialmente sujetos al contrato social y la capacidad intelectivo de los sujetos, mientras que éstos no tienen ningún relación ni con el acuerdo ni con la inteligencia. Si a otros humanos u otros animales no se les puede lógicamente reconocer un derecho a voto, es una cuestión que nada tiene que ver con el hecho de que sean de determinada especie, sexo o raza.
Por supuesto que la igual consideración de intereses no necesariamente implica siempre un trato completamente igualitario en todos los sentidos. Pero para justificar una desigualdad de trato tiene que haber una razón válida que avale esa decisión, y además tiene que estar basada en el mismo principio de igualdad.
Yo siempre parto del contexto de que en este blog hablamos de derechos morales, y concretamente de derechos básicos o fundamentales. Si alguien quiere hablar de otro tipo diferente de derechos habría que especificarlo previamente, y saber diferenciar entre las diferentes clases de derechos, o en caso contrario estaríamos perdiendo el tiempo.
Un saludo.
Luis, voy a pensar en lo que escribiste. Puede que haya metido la pata. Pero bueno, ¿cómo se va a progresar si no? :)
EliminarMuchas gracias por tener en consideración mis palabras, Alex. Y te agradezco también que aportes aquí tus reflexiones y argumentos. Así todos aprendemos unos de otros. Lo importante no es que estemos de acuerdo en cada cosa, ni mucho menos. Lo importante es que tengamos una actitud abierta y racional de diálogo. Así ganamos todos.
EliminarUn saludo.
P.D: Por cierto, la expresión "meter la pata" creo que tiene un origen especista, como reflejo de la visión cosificadora que tenemos respecto de los demás animales. Porque si nos fijamos en ello, veremos que para referirnos a las extremidades de otros animales hablamos de "patas" igual que cuando nos referimos a las extremidades de objetos ("las patas de la mesa"), en cambio para los humanos reservamos los términos brazos y piernas; haciendo una excepción quizás, debido a la gran semejanza anatómica, cuando hablamos de otros primates. Esto me recuerda, de nuevo, que tengo pendiente en una entrada donde me gustaría hablar del especismo y su influencia en el lenguaje.
Me pareció bastante bueno tu artículo, también concuerdo en que el autor de la Revolución Naturalista ha estado mostrando la hilacha desde hace un buen tiempo, pero tengo que informar una consideración importante que es necesario clarificar: la psicología SÍ es una ciencia (una ciencia social como la sociología o la antropología, no como las ciencias naturales como la física o las ciencias formales como las matemáticas, pero ciencia al fin y al cabo), al menos en sus corrientes conductuales y cognitivo-conductuales donde se hace enorme hincapié en el uso del método científico. El link que pusiste de Xataka Ciencia no explica nada, sino que expone meramente la opinión de su autor (que además pide que otros opinen sobre el tema, como si fuera una discusión tranquilamente informal, sin ánimos genuinamente académicos). Hay muchos sitios donde te puedes informar mejor, partiendo por el mismísimo sitio de la American Psychologycal Association. No caigas en la falacia ad hominem de "si X defiende Y, entonces Y es falso" ni crear espantapájaros sobre cosas macro a partir de detalles micro (en este caso, como acusar a toda una ciencia por unos cuantos estudios o una vertiente en particular). Por cierto, la psiquiatría NO es lo mismo que la psicología y de hecho hay muchos psicólogos que están inmersos en movimientos anti-psiquiatría por razones similares a las tuyas.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Gracias por tu comentario.
EliminarCuando dije que la psicología no era una ciencia me refería a que la psicología no está en la misma categoría que la física, la química, la astronomía o la biología. Estas disciplinas sí son ciencias, porque trabajan con elementos empíricos que pueden ser medidos, cuantificados, y con los que se pueden hacer ensayos y experimentos objetivos. A partir de los cuales se pueden derivar leyes o constantes de la naturaleza. Reservo el término ciencia para el estudio objetivo de la naturaleza a partir de lo que se conoce como método científico.
http://imaginario-nopensar.blogspot.com.es/2011/08/metodo-cientifico-para-ninos-1.html
Hablar de "ciencias sociales" es meramente una distorsión generalizadora del concepto de ciencia. A los seres humanos, y a otros animales, no se les puede estudiar plenamente con el método científico porque el método científico no puede tener acceso al contenido mismo de la sintiencia, de la conciencia. No se pueden estudiar las emociones, los deseos, los sentimientos, las ideas,... como si fueran electrones o genes. Podemos estudiar los cuerpos de humanos y otros animales, y su conducta, pero no se puede hacer "ciencia de la mente". Se puede hacer ciencia del cerebro, o se puede hacer filosofía de la mente. Algunos neurocientíficos actuales, como es el caso de Antonio Damasio, practican ambas disciplinas. Y ésta es la forma correcta de enfocar la cuestión.
El problema es que la psicología se ha desgajado de la filosofía des el siglo XIX y desde entonces se intenta hacer pasar por ciencia. Lo mismo que el marxismo o el psicoanálisis. Pero no lo es. No puede estudiar objetos, puede hacer mediciones ni no puede predecir acontecimientos a partir de leyes o constantes. Luego no es una ciencia. Cada vez que leo un texto de psicología lo que estoy leyendo es filosofía sobre el comportamiento humano (o de otros animales) a partir de una serie de datos recogidos de la propia experiencia. No ha cambiado apenas nada desde los tratados de Adam Smith, y otros contemporáneos suyos.
Por supuesto, ya sé que la psiquiatría no es lo mismo que la psicología. Pero el problema de la psiquiatría es exactamente el mismo de la psicología. La mente humana no puede ser estudiada científicamente porque no es un objeto, no es algo que se pueda medir, calibrar y hacer experimentos objetivos con ella. Por eso, entre otras razones, de todas las ramas de la medicina, la psiquiatría es, y ha sido siempre, la más alejada de la ciencia.
http://esmateria.com/2013/01/30/hasta-el-95-de-la-investigacion-en-psicologia-pueden-ser-falacias-sin-rebatir/
Un saludo.
Ciencias que dimanan todas de una: filosofía y que a juzgar por lo expuesto, como humanidad/ciencia social, o se ha de tener en cuenta... Justifíquese como quiera pero haga honor a la verdad.
EliminarMe gustaría tener la referencia completo de la investigación de la cual extrajeron la imagen que presentan de PET en personas con distintos tipos de alimentación. Gracias!!!
ResponderEliminarAquí tienes la referencia:
Eliminarhttp://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0010847