Algunos guerreros celebraban la victoria del combate comiendo los cadáveres de sus enemigos. Comer a otros animales no sólo se hace por placer o por costumbre. El hecho de usar a otros animales como comida es un ritual en el que se celebra la dominación del ser humano sobre los demás animales. Es una glorificación de la violencia y la opresión sobre seres inocentes e indefensos a quienes se considera inferiores.
En todas las culturas humanas se realizan este tipo de rituales, cuya función parece ser la de celebrar y reforzar la mentalidad de dominación del hombre sobre los demás animales.
Una misma práctica puede tener varios motivos y aspectos. El hábito de comer animales puede que no se produzca exclusivamente por placer, o por supuesta necesidad, sino que parece tener un claro componente ideológico que favorece el prejuicio especista.
En mi caso —y creo que en el de muchos otros que dejamos de comer animales por motivos éticos— pude comprobar como después de haber abandonado ese hábito, pude juzgar con mayor claridad e imparcialidad la injusticia que es la opresión especista. Por tanto, entiendo que los hábitos especistas precisamente causan un efecto contrario, es decir, fortalecen los prejuicios que a su vez los motiva. Es como un círculo vicioso.
A pesar de todo esto, podemos ver sin embargo que casi todo el mundo reacciona con disgusto cuando se le plantean casos de violencia contra otros animales.
Recientemente un supuesto artista planeaba matar a martillazos, en público y al son de la música, a algunos animales como parte de su obra. La indignación popular es casi unánime a la hora de rechazar estos actos. Pero lo que pretendía llevar a cabo este individuo no es diferente de lo que ocurre todos los días en granjas, laboratorios, mataderos, y otros lugares en los que son rutinariamente explotados los animales. Y no sólo permitimos que esto ocurra cada día sino que además pagamos por ello y usamos los productos de esos crímenes como comida o como ropa. ¿Cuál es la diferencia?
Casi todos coincidimos en que está mal hacer daño, matar o hacer sufrir a otros animales, pero al mismo tiempo participamos en actividades que implican esclavizar, dañar, y matar animales. Decimos rechazar la violencia pero al mismo tiempo vivimos en una cultura de la violencia. Hay una contradicción entre nuestras intuiciones, y nuestro sentido moral, y las creencias y prácticas que sostenemos en nuestra vida cotidiana.
Casi todos coincidimos en que está mal hacer daño, matar o hacer sufrir a otros animales, pero al mismo tiempo participamos en actividades que implican esclavizar, dañar, y matar animales. Decimos rechazar la violencia pero al mismo tiempo vivimos en una cultura de la violencia. Hay una contradicción entre nuestras intuiciones, y nuestro sentido moral, y las creencias y prácticas que sostenemos en nuestra vida cotidiana.
Nos adoctrinan desde la infancia para considerar que está bien discriminar y explotar a otros animales y así lo asumimos como algo normal. Durante los primeros veinticinco años de mi vida yo comí animales y nunca pensé que estuviera haciendo nada malo. Nadie me dio a entender que hubiera nada malo en ello, sino que era algo normal y que todo el mundo hacía. Hasta que por casualidad un día recibí cierta información que me hizo ver las cosas de manera diferente, y a partir de ahí darme cuenta de que no está bien explotar a los demás animales.
Creo que es un error considerar que hay maldad o crueldad en estos actos, cuando la gran mayoría de personas que han sido adoctrinadas en el especismo no tienen siquiera conciencia de estar haciendo algo malo. Los prejuicios y la inercia tienen mucha fuerza en nuestra mentalidad, y el activismo que en contra del especismo y la violencia tiene una presencia todavía muy minoritaria. Por desgracia, la mayoría de la gente no tiene conocimiento de lo que es el veganismo o los derechos animales.
La educación que recibimos, y el ambiente en el que vivimos, condicionan en gran parte nuestra forma de pensar y actuar. Pero también tenemos la capacidad de reflexionar y cuestionar nuestras ideas y costumbres recibidas. Se trata de una cuestión de educación. No es un problema de crueldad o de falta de sensibilidad. Es un problema principalmente cultural. Y entiendo que sólo enfocándolo de esta forma es como vamos a poder solucionarlo. Nunca con hostilidad, sino desde la empatía. Cualquiera que tenga nociones básicas de pedagogía sabrá que es más efectivo adoptar una relación cordial y amistosa que una agresiva y hostil. Sin contar con que independientemente de los fines que pretendamos conseguir, todas las personas siempre merecen por lo menos un mínimo de respeto moral.
Hay gente que está informada y aun así sigue participando de manera consciente en la explotación animal. Pero hay que tener en cuenta que esa información sólo representa un momento más en su vida. El resto del tiempo siguen viviendo en un ambiente especista que reafirma sus prejuicios. Por eso, necesitamos más activismo, mucho más activismo vegano, para poder contrarrestrar el constante influjo de adoctrinación especista que hay en nuestra sociedad
No niego que haya casos individuales de personas que tengan un carácter malvado o cruel, pero esto no se puede generalizar a la mayoría de la población. Las encuestas señalan que a la mayoría de la gente le importan los animales.Sólo necesitamos conectar esa preocupación con el veganismo.
Es un hecho que la gente cambia. No pensemos lo contrario. Si estudiamos la historia veremos que los hechos muestran que la forma de pensar y de vivir puede cambiar radicalmente debido a la presencia de ideas y movimientos sociales que han alterado y derribado la inercia de las estructuras ideológicas dominantes.
Los veganos no somos especiales ni esencialmente diferentes del resto de la gente. La mayoría reacciona igual que nosotros ante la violencia contra los demás animales. El problema es que sólo lo hacen cuando se trata de un hecho que se aparta de sus propios hábitos y costumbres —por ejemplo: comer animales. No han tomado conciencia todavía de que todo uso de animales es violencia innecesaria e injustificable.
No niego que haya casos individuales de personas que tengan un carácter malvado o cruel, pero esto no se puede generalizar a la mayoría de la población. Las encuestas señalan que a la mayoría de la gente le importan los animales.Sólo necesitamos conectar esa preocupación con el veganismo.
Es un hecho que la gente cambia. No pensemos lo contrario. Si estudiamos la historia veremos que los hechos muestran que la forma de pensar y de vivir puede cambiar radicalmente debido a la presencia de ideas y movimientos sociales que han alterado y derribado la inercia de las estructuras ideológicas dominantes.
Los veganos no somos especiales ni esencialmente diferentes del resto de la gente. La mayoría reacciona igual que nosotros ante la violencia contra los demás animales. El problema es que sólo lo hacen cuando se trata de un hecho que se aparta de sus propios hábitos y costumbres —por ejemplo: comer animales. No han tomado conciencia todavía de que todo uso de animales es violencia innecesaria e injustificable.
La única manera de conseguir que hagan la conexión entre aquello que rechazan y aquello que apoyan, para comprender que es lo mismo y cambien de actitud, es enfocar nuestros esfuerzos en la educación vegana.
Empiezas el año con fuerza, Luis. Muy buen post. Equilibrado, amable y lúcido ;)
ResponderEliminar!Muchas gracias, Hugo!
EliminarLuis, Cordial Saludo
ResponderEliminarSi bien concuerdo en que es igual de indignante lo que el "artista" pretendía hacer en dicha galería de arte, así como lo que sufren miles de animales no humanos a diario; vale recordar el poder que tienen (precisamente para conectar) tales noticias. Es decir, muchas veces la gente comienza a indagar sobre el especismo y el veganismo a partir de noticias como estas o a través del rechazo a la tauromaquia (por ejemplo). Creo entonces que la clave estaría en saber como utilizar tales hechos como un ejemplo claro que permita acercar al público esas otras realidades que padecen los no humanos -realidades a las que nos han acostumbrado y que no son tan visibles y/o mediáticas-.
Hola, Lu. Gracias por compatir tus reflexiones.
EliminarCoincido plenamente con tu pensamiento. Deberíamos usar este tipo de noticias, que provocan tantísima indignación y escándalo, para hacer ver a la gente que no hay diferencia moral entre estos hechos y lo que pasa cada día en los mataderos y los demás centros de explotación animal. Yo lo intento hacer de la mejor manera que considero. Puedo aceptar que haya distintas o quizás mejores maneras de concienciar. Pero no puedo aceptar que los propios animalistas fomenten la idea de que asesinar a otros animales en un matadero es moralmente diferente de asesinarlos en un museo, o que mantengamos silencio ante estos hechos. Si no conseguimos que la gente haga la conexión, no podemos esperar que haya ningún cambio real respecto de nuestra dominación especista sobre los demás animales.
!Un saludo!
...somos un animal mas en la cadena de especies y como tal al igual que muchos otros animales, nesecitamos de ellos,la diferencia para mi radica en los metodos y en matar solo con el fin de alimentarnos,desde el principio de los tiempos se establecio asi, incluso desde lo religioso. Dios le dijo al hombre que podia hacerlo,y agrego "no es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre ,sino lo que de ella sale"y biologicamente somod carnivoros ,como otros tantos animales, desde ya esto lo digo con todo respeto y como una simple opinion, no creo "en los que dicen ser dueños de la verdad"por eso me parece aceptable y muy buena propuesta..saludo!!!gracias por permitirme opinar!!
ResponderEliminarSi me permites una réplica, me gustaría señalar lo siguiente:
EliminarNo necesitamos utilizar a otros animales para poder vivir. No necesitamos usarlos como comida ni como vestimenta ni como entretenimiento ni como transporte, ni para otros muchos fines. El argumento de la "necesidad" no se ajusta a la realidad:
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2010/03/necesario.html
Lo religioso pertenece al ámbito de las creencias privadas. La religión se basa en la fe (en la desesperación, la ignorancia y el miedo) y no en razones. Por tanto, la religión no puede justificar nada en lo concerniente a la moral:
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/04/la-verdad-y-la-objetividad-de-las.html
Biológicamente no somos carnívoros; somos omnívoros. Esto significa que podemos comer animales y vegetales, pero no significa que estemos obligamos a comer animales. No tenemos ninguna necesidad nutricional de consumir a otros animales como alimento y podemos vivir perfectamente saludables con una dieta 100% vegetal:
http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2012/09/somos-omnivoros.html
Igualmente, te agradezco tu interés sobre estas cuestiones, y te animo a que sigas informándote al respecto y reflexionando sobre ello.
Un saludo.