18 de mayo de 2012

Sobre la sintiencia


«Este es otro argumento, decir que somos diferentes de los animales porque no tienen conciencia propia. [...] Sí tienen conciencia, tienen un esquema de su propio ser. Saben que son distintos de los otros.» ~ Jordi Sabater Pi

Lo que antiguamente se denominaba como alma o espíritu hace referencia al fenómeno que hoy conocemos como la mente, que es un producto de la actividad de nuestro cerebro. Este fenómeno surge con la aparición de la sintiencia o sensibilidad, y es una cualidad que los humanos compartimos con los demás animales, en tanto que todos somos seres con una mente propia que podemos experimentar emociones y deseos. De hecho, el término "animal" proviene del latín anima que significa "alma" o "espíritu" y que se refiere a los seres que poseen una mente, a diferencia de vegetales y minerales que son inertes o carentes de conciencia.

¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de sentir? 

«Hay buenas razones para suponer que los animales poseen una conciencia parecida a la nuestra. [...] Según mi hipótesis, no sólo tienen conciencia los demás hombres, sino también los animales.» ~ Karl Popper
La sintiencia es un término que proviene del inglés "sentience" y que equivale a lo que tradicionalmente se ha llamado sensibilidad o facultad de sentir. Esto es: la capacidad de experimentar sensaciones, de tener experiencias subjetivas.



Según explica el catedrático Nolasc Acarín:
«La conciencia es una propiedad del cerebro. Y digo del cerebro. No añado humano. Es una propiedad del cerebro que los humanos consideramos propia de nuestra especie, pero probablemente hay otros animales que disponen de grados de conciencia tan evolucionados como el humano.»
La afirmación del profesor Acarín es en realidad bastante conservadora. De hecho, cualquier ser con un sistema nervioso activo centralizado tiene la capacidad de sentir y eso implica que tiene conciencia; conciencia de sí mismo y de los demás.

El biólogo Derek Denton postula la teoría que el yo (la subjetividad) surgió como consecuencia de las emociones primarias. Su idea es que es imposible tener emociones primarias (alegría, miedo, ira,...), incluso hambre o sed sin una conciencia de sí mismo. Es decir, es la sintiencia, la sensación, y no el pensamiento, lo que origina la conciencia. En su libro "El despertar de la conciencia" explica por qué muchos animales subestimados como seres sin mentes como las aves, los reptiles y los peces, tienen en efecto un cierto nivel de conciencia de sí mismos.

El término "mente" es simplemente la manera que tenemos de referirnos a procesos conscientes del cerebro. No existe una entidad llamada "mente" que tiene su residencia en el cerebro. (De la misma manera que muchos creen que existe algo llamado "alma" que tiene su residencia en el cuerpo). Porque ni la subjetividad ni la mente están situadas en ningún punto preciso, ya que no son objetos sino que son una actividad neuronal.

En realidad, las experiencias subjetivas no se producen en todo el cerebro sino sólo en ciertas neuronas que están capacitadas para procesar información en forma de impulsos eléctricos. De todos modos, sin el resto del sistema nervioso el cerebro no puede sentir absolutamente nada. Sentimos porque tenemos un sistema nervioso activo. El cerebro es sólo una parte del sistema nervioso. Decir que sentimos porque tenemos cerebro es tan incorrecto como decir que podemos ver porque tenemos pupilas.

Para sentir lo que se necesita es tener un sistema nervioso centralizado. El cerebro no sería un requisito estrictamente necesario para experimentar sensaciones, sino solamente el tener neuronas receptoras capaces de procesar información. Acerca de la existencia de neuronas que realizan la función específica de la consciencia subjetiva me baso en estudios neurocientíficos. Por ejemplo, los del profesor Geldstein, acerca de la percepción sensorial. O los de Antonio Damasio.

Esto no quiere decir que cualquier neurona no pueda realizar en principio la actividad sensorial que produce la subjetividad, sino simplemente que en el caso de lo que llamamos cerebro es posible que haya neuronas que se han especializado en esta función concreta.

Las aportaciones de Damasio me parecen especialmente importantes al respecto. Según su teoría, la experiencia subjetiva se produce como resultado de la interacción entre diferentes neuronas. La conciencia no reside propiamente en ningún sitio concreto sino que se trata de una actividad. Además, según Damasio, el sistema nervioso en los organismo animales más simples ya hace las funciones básicas de nuestro cerebro. Esto quiere decir que el cerebro es simplemente una parte desarrollada y especializada de nuestro sistema nervioso.

Aunque hay que tener en cuenta que en general son trabajos científicos un tanto sesgados por el antropocentrismo y siempre se centran en el ser humano o en las semejanzas de otros animales con el ser humano (primates, mamíferos, aves). Aunque hay casos como el de Rodolfo Llinás —jefe del Departamento de Fisiología y neurociencias de la Facultad de Medicina de la Facultad de Nueva York— que no se dejan influir por estos prejuicios:
«No sólo los seres humanos tienen conciencia; ésta le pertenece en diferentes grados a todos los animales que cuentan con sistema nervioso.»
Así explica Llinás por que la sensación es una facultad exclusiva en los animales y no puede producirse en las plantas:
«La historia evolutiva demostró que únicamente los animales capaces de moverse necesitan cerebro (por eso las plantas, quietas y arraigadas, aunque tan vivas como nosotros, no lo necesitan). Y que, en principio, la función principal de éste es la capacidad de predecir los resultados de sus movimientos con base en los sentidos. El movimiento inteligente se requiere para sobrevivir, procurarse alimento, refugio y evitar convertirse en el alimento de otros, pero como sería imposible sobrevivir si predijéramos con la cabeza y con la cola al mismo tiempo, se necesita centralizar la predicción en el cerebro. A esa centralización de la predicción la conocemos como el «sí mismo» [el yo] de cada uno de nosotros.»
Una sensación es una experiencia subjetiva, y no puede haber experiencia subjetiva alguna sin sensación. Del mismo modo, no hay sensación sin sujeto. Si un sistema nervioso tiene la función de producir sensaciones entonces cualquier ser con sistema nervioso es un sujeto, es decir, lo que en términos morales llamamos persona.

Por tanto, la sintiencia como tal implica auto-consciencia (consciencia de uno mismo). Esto es por el simple hecho de que no se puede experimentar una sensación sin que haga referencia a un sujeto. Una sensación no se puede dar en el vacío. La sensación es la experiencia subjetiva, que precisamente es el fundamento de lo que entendemos por autoconsciencia. Así lo señala, Daniel Dennet:
«Para empezar, todo agente tiene que saber qué tipo de ser es en el mundo. Esto, en un principio, puede parecer o trivial o imposible. «¡Yo soy yo!» no es una afirmación particularmente informativa, pero, ¿qué otra cosa puede necesitar saber uno, o qué otra cosa puede descubrir si todavía la desconoce? Para los organismos más simples, realmente es cierto que no hay mucho que decir sobre el autoconocimiento aparte del rudimentario saber biológico que encierran máximas tales como «¡Cuando tengas hambre, no te comas a ti mismo!» y «¡Cuando hay dolor, es tuyo!» En todo organismo, incluidos los seres humanos, el reconocimiento de estos principios básicos de diseño está «preconfigurado», forma parte del diseño subyacente del sistema nervioso, como el parpadeo cuando algo se acerca a los ojos o como el tiritar cuando hace frío. Una langosta podría comerse las pinzas de otra langosta, pero la perspectiva de comerse sus propias pinzas se ha hecho convenientemente impensable para ella. Sus opciones son limitadas, y cuando «piensa» en mover una pinza, su «pensador» está directa y apropiadamente conectado a la pinza que está pensando en mover.»

Sentir no equivale solamente a la capacidad de sentir dolor o sentir placer

Por otra parte, es un error muy frecuente equiparar la capacidad de sentir como si solo fuera la capacidad de sentir dolor y placer. Pero hay muchas sensaciones que no se pueden catalogar dentro de la categoría de placer o de dolor (por ejemplo: la información de los sentidos).

La capacidad de sentir, que tienen todos los seres con sistema nervioso activo, es la capacidad que tiene un ser de experimentar sensaciones, de tener percepciones subjetivas, de tener consciencia de sí mismo frente a lo que le rodea, y esto es lo que lo hace ser alguien, no algo. Esto es lo relevante, no sólo el placer y el dolor.

Hay muchas sensaciones que no se pueden catalogar como dolor y placer. Hay personas que debido a un trastorno físico o psicológico no pueden sentir dolor o sentir placer, a pesar de que siguen teniendo la capacidad de sentir. Por lo tanto, no es difícil ver que sentir no equivale a sentir dolor y placer. La sintiencia abarca muchas más experiencias.

Las sensaciones de sufrir y disfrutar son sólo una parte de lo que implica sentir. Lo relevante del hecho de que un ser pueda sentir es que es un individuo que posee intereses. Si un ser puede sentir es alguien —y no algo—; es una persona. Esto es lo importante.

La sintiencia es el hecho moralmente relevante (no sólo el dolor y el placer). Porque la sintiencia implica autoconciencia. Esto significa que un ser que siente es alguien: es un sujeto y, por tanto, una persona. Tiene intereses que merecen ser moralmente considerados y respetados por nosotros. Los demás animales son personas con derechos que debemos respetar.

Al igual que el placer, el dolor no es un fin en sí mismo sino sólo un medio para asegurar nuestra propia existencia. El dolor existe porque sirve para conservar la vida. Lo relevante es el hecho mismo de sentir, y no el tipo de sentir que tengamos. Lo relevante es que somos alguien, aparte de que sintamos dolor y placer.

Nuestro interés primordial consiste en proteger nuestra vida, nuestro organismo, de las agresiones o desórdenes que pueda padecer. El dolor es una señal de alarma que nos indica un peligro para nuestra integridad.

Teniendo esto en cuenta deberíamos comprender que lo relevante para respetar a alguien es el interés que tiene en vivir; un interés que se deriva de la propia capacidad de sentir, y sin la cual no podría existir ni darse como tal.

La sintiencia en sí misma no es una cuestión de grado aunque la sintiencia pueda albergar grados.

La sintiencia es un hecho que ocurre cuando el sistema nervioso está activo. La sintiencia es una cualidad, no una cantidad. La sintiencia no es una cuestión de grado. Un bebé siente y un adulto siente. No es una cuestión de grado.

Hay quien defiende que la consideración moral depende del supuesto grado de sintiencia. Pero esto es un error. La consideración moral depende de la sintiencia, pero no del grado de complejidad de la sintiencia.

Según ese argumento, sería menos condenable el asesinato de un bebé que el de un adulto, debido a que el bebé tiene una complejidad sintiente menor que la de un adulto sano. Esto no es aceptable de ninguna manera. Independientemente de la complejidad con la que perciban sensitivamente el mundo, ambos tienen un interés fundamental en vivir y evitar que les hagan daño, que debemos respetar por igual.

No veo ninguna razón por la que debamos pensar que a partir de la complejidad sensitiva deberíamos establecer una jerarquía de valor entre diferentes seres sintientes.

Dentro del contexto ético, el concepto de jerarquía no es moralmente aceptable porque partimos del principio de igual consideración. Esto quiere decir que casos iguales deben ser tratados de manera igual. Las diferencias son aceptables pero no las jerarquías. No acepto ninguna jerarquía, y creo que deberíamos librarnos de todas ellas.

Afirmar que un animal merece menos respeto o consideración que otros sólo por el hecho de que su capacidad de sentir es supuestamente menos compleja que la de otros me resulta tan absurdo como afirmar que la vida de un manco merece menos consideración o respeto que la de quienes contamos con dos brazos debido a que nuestro aparato locomotor es más completo o complejo.

Un sistema nervioso central no es en sí lo moralmente relevante. Lo relevante es la sintiencia: el hecho de sentir —la experiencia subjetiva. El sistema nervioso central es simplemente un objeto, y los objetos no son moralmente relevantes.

Los objetos nunca pueden ser moralmente relevantes por sí mismos, independientemente de la función que cumplan. Sólo las personas lo son. Por tanto, el sistema nervioso central no es relevante. Lo que ocurre es que debemos respetarlo porque la persona de la cual forma parte ese órgano tiene un interés fundamental en que sea respetada su vida y su integridad física.

El cerebro es una parte más del sistema nervioso central y no equivale a él. 

Es conocido el hecho de que las lombrices descargan endorfinas cuando reciben un daño. Las endorfinas son hormonas que segrega el organismo con el objeto de atenuar la sensación de dolor. Las lombrices no tienen propiamente cerebro pero tienen sistema nervioso. Es la actividad del sistema nervioso lo que ocasiona la capacidad de sentir, es decir, la subjetividad. Como señala Rodolfo Llinás:
«Aun en los niveles más primitivos de la evolución, la subjetividad es la esencia constitutiva del sistema nervioso.»
No importa que no pueda haber un sistema nervioso central sin el cerebro para comprender el hecho de que el cerebro sigue siendo una parte, y no la totalidad, del sistema nervioso central, el cual también consta de otras partes que no son cerebro.

La subjetividad tiene que ver con el hecho de sentir. La sensación se experimenta en la interacción de determinadas células nerviosas —las neuronas sensitivas— y no en el cerebro. El cerebro no es más que una determinada disposición compleja de células nerviosas.

Por ejemplo, los ganglios neuronales de las lombrices no es un cerebro en el sentido tradicional del término. Esos ganglios simplemente son un conjunto centralizado de neuronas. No por ello me parece justificado suponer que no está presente la subjetividad. Su tamaño es pequeño comparado con el nuestro pero su subjetividad no tiene por qué ser menor que la nuestra. La subjetividad en sí no es una cuestión de grado.

Hay muchos animales con sistema nervioso que no tienen propiamente cerebro. Un caso conocido son las medusas. Y es que el hecho de sentir no requiere necesariamente del cerebro, sólo del sistema nervioso. Y es de la sintiencia —no de la inteligencia— de donde proviene la subjetividad.

Ciertamente, una neurona por sí misma no tiene sensaciones. Pero un cerebro por sí solo, sin el resto de componentes del sistema nervioso, tampoco puede experimentar nada. El cerebro es una parte del sistema nervioso central y no su totalidad. Pertenecen a categorías diferentes y por tanto no son equivalentes.

Ahora bien, si cuando hablamos de "cerebro" nos referimos a cualquier centralización neuronal, entonces vale: sólo quien tiene cerebro puede sentir. Es decir, todos los seres con sistema nervioso exceptuando sólo a las estrellas de mar y las anémonas (pues carecen de centralización conocida y su sistema nervioso puede ser que sólo tenga una función refleja). Así aparece expresado además en los modernos manuales sobre fisiología animal. Y esto coincide también con los resultados en los actuales análisis físicos de la actividad cerebral basados en sistemas no-lineales.

El concepto de jerarquía es contrario a las evidencias científicas. Los animales no somos superiores ni inferiores. Somos solamente diferentes.

Debemos cuestionar y deslegitimar el trasnochado concepto de escala (jerarquía) evolutiva. Por ejemplo, afirmar que un perro "siente más" que una hormiga, me parece simplemente una afirmación gratuita ¿En qué evidencias probadas al respecto se basaría dicha afirmación? Además, el hecho de valorar o categorizar a un individuo concreto por la especie a la que pertenece es especista de por sí. No tiene en cuenta las diferencias individuales.

Siguiendo el criterio "gradualista" [jerárquico] resultaría que el asesinato de un humano que tenga una vista excepcional sería más grave que el de otro humano similar pero que tuviera veinte dioptrías. Me parece absurdo ese planteamiento. El que uno vea mucho mejor que el otro no afecta a la capacidad de sentir en sí ni tampoco a sus intereses fundamentales: vivir, evitar el daño, en disfrutar de la vida,...

No hay argumentos válidos que justifiquen la postura que defiende jerarquías morales entre los diferentes animales sintientes. Y no me parece correcto llamarla "gradualista" sino más bien jerarquista. Porque establece jerarquías arbitrarias. De hecho todas las jerarquías son arbitrarias. Deberíamos librarnos de ellas y diferenciarnos entre nosotros sólo por la función que cumplamos sin que eso influya en nuestro valor inherente como personas.

El tamaño no influye ni condiciona necesariamente la complejidad del sistema sensorial. Ni tampoco afecta a los intereses fundamentales. Todo ser sintiente —por el hecho de ser sintiente— tiene un interés fundamental en conservar su vida, desarrollarla, disfrutarla y evitar todo aquello que le cause un daño.

El hecho de que haya diferencias sensitivas no implica en ningún caso que las vidas de unos valgan más o menos que las de otros. Porque el valor inherente aparece con la capacidad de sentir en sí. La sintiencia no es cuestión de grado. Es una cualidad. Puede diferir tal vez en forma o complejidad, pero en sí misma no es ninguna cuestión de grado.

Todos los seres con capacidad de sentir sienten, y que en lo que se refiere al hecho de sentir sienten todos por igual. Por tanto, es injustificadamente discriminatorio establecer jerarquías morales entre especies. No trato de igualar lo que no es igual, sino de tratar de manera igual los casos que son iguales o muy similares.

La autora Joan Dunayer ha hablado abudantemente acerca de las evidencias de la capacidad de sentir en los animales invertebrados.

No confundir capacidades sensitivas con capacidades intelectivas

La capacidad cognitiva de un individuo no es un hecho moralmente relevante en lo que se refiere a la hora de ser incluido y valorado moralmente, puesto que esa capacidad no afecta a su capacidad sensitiva o sensorial. Ya que una cosa es la sintiencia y otra diferente es la inteligencia, aunque a menudo se confundan o mezclen.

La capacidad cognitiva sólo es relevante en lo que se refiere a determinar si alguien es moralmente responsable o no lo es. Nosotros tenemos un tipo de capacidad cognitiva que nos permite ser conscientes de que lo que hacemos afecta a los demás y que nos capacita para distinguir entre el bien y el mal.

Una sensación no es un pensamiento. Una sensación es un hecho físico que no requiere de ser experimentada de manea consciente ni intelectualizada. La mente implica subjetividad, pero la mente no es un hecho físico, sino que a ciertos hechos físicos [sensaciones, pensamientos] los denominamos mente para hablar de ellos en su aspecto subjetivo según nosotros los percibimos.

La capacidad de experimentar sensaciones o de tener intereses —que son las funciones inherentes de la sintiencia— no se ven alteradas por nuestro grado de inteligencia. Una persona con menor coeficiente intelectual no siente menos el dolor —o cualquier otra sensación— ni tiene menos interés en vivir que otra con un considerable mayor coeficiente intelectual. Luego las jerarquías cognitivas no son un criterio válido para establecer jerarquías morales —que en ningún caso sería lícito establecer.

Hay distintas clases de conciencia y que hay una diferencia entre conciencia sensitiva y conciencia intelectiva. Un bebé tiene conciencia de sus sensaciones —conciencia sensitiva— aunque no pueda realizar una abstracción intelectual sobre lo que siente o ponerse pensar: "!vaya, estoy sintiendo dolor!". Al igual sucede con los animales nohumanos. Todos ellos son conscientes de lo que sienten aunque no puedan expresarlo en conceptos abstractos. Según establece la Declaración de Cambridge:
"La ausencia de un neocórtex no parece prevenir que un organismo experimente estados afectivos. Evidencia convergente indica que los animales no humanos poseen los substratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de estados conscientes, así como la capacidad de exhibir comportamientos deliberados. Por consiguiente, el peso de la evidencia indica que los seres humanos no son los únicos que poseen los sustratos neurológicos necesarios para generar conciencia. Animales no humanos, incluyendo todos los mamíferos y pájaros, y muchas otras criaturas, incluyendo los pulpos, también poseen estos sustratos neurológicos".
Existen grados de conciencia. No es el mismo grado de conciencia estar despierto que estar dormido. Pero eso no es relevante para la consideración moral. Lo único relevante es el hecho de ser consciente. Todos los seres sintientes merecen igual consideración moral en lo que se refiere a su valor inherente como individuos y a la protección de sus intereses básicos. Hay derechos fundamentales que son universales para todos los seres sintientes; como es, por ejemplo, el derecho de no ser tratado como una propiedad o recurso.

La capacidad de sentir es el fundamento de la personalidad

La subjetividad tiene que ver con el simple hecho de sentir. Afirmar que alguien siente sin que esa sensación haga referencia a un sujeto consciente resulta contradictorio. Una sensación, como por ejemplo el dolor, no puede darse en el vacío como si fuera una simple reacción, sino que tiene que ser experimentada por un sujeto.

La capacidad de sentir implica necesariamente que alguien (el sujeto) experimenta algo [la sensación]. La sensación no se puede dar en el vacío —una sensación que no tiene quien la experimente es una noción lógicamente absurda. Por tanto, tiene que haber conciencia: conciencia de algo [la sensación] y autoconciencia de alguien [el sujeto que siente].

En realidad, no hay ninguna persona que carezca de sintiencia. Porque para ser persona, para ser alguien —y no algo— es requisito necesario la capacidad de sentir. La sensación es por definición una experiencia subjetiva y esto implica que haya un sujeto que la experimenta. No se puede dar una sensación en el vacío, sin hacer referencia a un sujeto.

Cualquier ser que posea la capacidad de sentir tiene que tener también, al menos, una cierta conciencia básica de sí mismo. Sentir implica que es uno mismo el que experimenta una sensación. Las sensaciones no se producen en un vacío impersonal. Sentir significa que alguien [un sujeto] siente algo [una experiencia]. Por lo tanto, todos los seres sintientes son también seres conscientes. Sintiencia y consciencia son dos aspectos intrínsecamente relacionados de un mismo fenómeno.

Sentir también implica la existencia de intereses. Intereses son estados intencionales. Es decir, si un ser siente dolor entonces tiene el interés —el deseo, la intención— de evitar ese dolor. Del mismo modo, si un ser puede sentir placer entonces tiene el interés en disfrutar de ese placer. En general todo ser sintiente posee intereses básicos que son intrínsecos a la propia sintiencia; como sería también, por ejemplo, el interés en conservar la existencia o continuar viviendo. De hecho, la capacidad de sentir es un mecanismo biológico que ha surgido como un medio para asegurar la supervivencia del organismo animal.

Conclusión
«Si sabemos el tipo de cerebro necesario para los sentimientos y la conciencia, preguntémonos si este animal tiene este tipo de cerebro. Y si el animal tiene ese tipo de cerebro y se comporta como si fuera consciente, entonces probablemente tenga sentimientos. Además, me parece que esto es muy importante para tratar correctamente a los animales. Porque me parece que nuestra civilización humana ha adoptado una actitud desdeñosa hacia los animales, asumiendo que no tenían alma, que no tenían sentimientos.» ~ Antonio Damasio
La ciencia trata sobre lo que son o cómo son las cosas, los hechos de la realidad natural, mientras que la ética trata acerca de cómo debemos comportarnos correctamente —de acuerdo con la lógica. Pero si bien son ámbitos diferentes, no deberíamos tratarlos de manera radicalmente distinta. Es decir, la ética debe basarse también en los hechos. Hechos empíricos y hechos lógicos. Y a partir de ahí deducir las razones morales que deben guiar nuestro comportamiento. Hay por tanto una clara diferencia de sentido, pero no la hay en lo que se refiere al método: el método racional, la racionalidad.

Si aplicamos la razón en la ética podremos ver que si la ética se refiere a la consideración y protección de los intereses, esto implica que debemos incluir en la comunidad moral a todos los seres que sabemos, de acuerdo a las evidencias, que tienen intereses —ya que tienen la capacidad de sentir. Y aplicando el principio de igualdad debemos concluir que no podemos discriminar de esta igual consideración de intereses a algunos individuos sólo porque que posean ciertas características concretas —raza, sexo, especie, orientación sexual— que en nada afectan a la capacidad de sentir y tener intereses.

Esto no lo considero un punto de vista; lo considero un hecho. Un hecho moral. Lo relevante son las evidencias, argumentos y pruebas que aportemos para explicar y fundamentar una postura. Ciertamente, las evidencias por sí solas no construyen la ética, pero nuestra ética debe estar basada en las evidencias, no en creencias y prejuicios.

No considero estar defendiendo una determinada postura o creencia, sino que trato de exponer un hecho comprobado por las evidencias, tanto empíricas como lógicas. No se trata de creer esto o de creer lo otro, sino de reconocer evidencias. Se trata de llegar a conclusiones mediante razones. No de racionalizar creencias con el fin de intentar justificarlas a posteriori.

19 comentarios:

  1. Luis, Cordial Saludo.
    Mencionas en el artículo que las capacidades cognitivas no son relevantes moralmente para emitir una valoración sobre alguien. Siendo esto así, por ejemplo ,¿el apelar a que los esclavos humanos poseen las mismas capacidades cognitivas que su opresor no es un argumento válido en su defensa? Es decir, sólo las capacidades sensitivas son las que pueden argumentar de mejor forma la no esclavitud de determinados humanos? o por el contrario sólo se predomina el argumento de las capacidades sensitivas en el caso de los no-humanos?

    Agradezco enormemente me puedas contar al respecto.
    Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Hola, Lu. Me da mucho gusto verte de nuevo por aquí.

    Verás, según veo yo, las capacidades cognitivas nada tienen que ver con el hecho de sentir y, por tanto, de poseer intereses. Las capacidades cognitivas son apropiadas para razonar, y para crear ideas y conceptos. Pero la facultad intelectiva no crea intereses ni los intereses surgen de ella. Lo único que la inteligencia puede hacer es crear y desarrollar formas prácticas para satisfacer nuestros intereses.

    No es necesario saber nada acerca X para sentir que deseas conseguir X o que deseas evitar X. Nadie sabe absolutamente nada sobre qué es la muerte en sí misma y a pesar de ello procuramos evitarla. Para querer o rechazar algo lo único que necesitamos son las sensaciones o las emociones. Y las sensaciones y las emociones se producen sin necesidad de que haya reflexión intelectual alguna.

    No necesitamos saber, creer, ni imaginar nada intelectualmente para sentir dolor cuando el fuego toca nuestro cuerpo y reaccionamos evitándolo. No necesitamos saber, creer, ni imaginar nada de manera intelectiva para sentir tristeza cuando algún ser querido sufre un daño, o alegría cuando lo vemos y lo tenemos cerca. Es una simple cuestión emocional.

    La razón por la que deseamos y rechazamos ciertas cosas (sin necesidad de saber intelectualmente nada acerca de ellas) se debe a que forma parte de nuestra naturaleza como seres sintientes. La evolución biológica nos ha dotado de un entramado sensitivo que nos hace rechazar, mediante el dolor y otras sensaciones, aquello que estimamos como un perjuicio y nos anima a buscar, mediante el placer y otras sensaciones, todo aquello que nos beneficie.

    Es un error creer que es necesario hacer proyectos de futuro - o tener la capacidad de hacerlos - para para desear seguir existiendo. El deseo de vivir pertenece a todos los seres sintientes por el hecho de sentir. Todos los seres sintientes dedican su vida a buscar aquello que les beneficia y a evitar aquello que les perjudica. Si a cualquiera de nosotros nos amenazaran con una pistola en intención de matarnos sentiríamos el deseo de evitar el daño y la muerte. Para eso no hace falta pensar ni hacer proyectos de futuro. Es una evidencia etológica que cuando los demás animales sienten una amenaza a su vida entonces buscan la manera de anular o evitar dicha amenaza. Aunque para ello tengan que soportar grandes dolores y sufrimientos. Ellos desean vivir y evitar la muerte.

    ¿Para querer vivir hay que "saber" que uno está vivo? Me parece obvio que no. El deseo de vivir es simplemente un deseo básico de que la existencia . No hace falta saber (en el sentido de pensar o abstraer) para querer seguir vivo. Es un interés. Es decir, una disposición anímica enfocada a lograr un objetivo concreto.

    Las capacidades cognitivas no tienen ninguna relevancia en lo que se refiere a la consideración moral. Sólo tienen relevancia, en todo caso, en lo que se refiere a la responsabilidad moral. Quienes tengamos ciertas facultades intelectuales que nos permitan controlar de manera autónoma nuestra conducta y darnos cuenta de que nuestros actos tienen consecuencias, somos moralmente responsables de nuestros actos y estamos racionalmente obligados a vivir de acuerdo con la ética.

    No hago ningún tipo de discriminación moral entre humanos y otros animales sintientes. Hacer discriminaciones en base a la especie es como hacer discriminaciones en base al color del pelo o la forma de las orejas. La especie nada tiene que ver con el hecho de sentir. La especie es sólo una abstracción conceptual arbitraria. Lo verdaderamente real son los individuos que sienten y padecen.

    Espero que estas reflexiones te hayan resultado de ayuda sobre la cuestión que planteabas. En caso contrario, no dudes en hacérmelo saber. Los comentarios, preguntas y observaciones inteligentes como la tuya, enriquecen el contenido de este blog y creo que pueden ayudarnos a todos a comprender mejor el problema al que nos enfrentemos.

    Un saludo, Lu.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Luis, muchas gracias por tu amabilidad y tiempo para responder a mi pregunta.

      Comprendí que las capacidades cognitivas tienen implicación moral en la medida que nos hacen conscientes de nuestros actos y relación con el mundo, de este modo asegurar de forma arbitraria que otros están en situación de inferioridad para hacerles daño de cualquier tipo no es correcto. Esto me lleva a pensar que la defensa de los esclavos humanos y no humanos recaiga sobre el sujeto que los violenta y no sobre la cuestión de si las víctimas sienten o no, sufren o no , piensan o no.... Lo anterior, además me pone a pensar sobre el estatus eurocéntrico de la filosofía y su no reconocimiento a las particularidades del pensamiento que se dan en latinoamérica.

      Mil gracias de nuevo y un saludo cordial!

      Eliminar
    2. Las capacidades cognitivas tienen relación con la responsabilidad moral. Nuestras capacidades cognitivas nos hacen ser conscientes de que nuestros actos tienen consecuencias y pueden afectar a los intereses de otros individuos. Nuestra inteligencia nos permite razonar moralmente de modo que podemos conocer, y ajustar nuestra conducta a, las normas éticas.

      Yo considero que la postura adecuada ante el problema de la injusticia tiene que estar necesariamente basada en la educación. Sin educación en sentido amplio no podemos aspirar a solucionar ningún problema de una manera eficaz y en su raíz, sino tan sólo a combatir sus síntomas mediante leyes y actos represivos.

      No sé a qué particularidades en concreto te refieres. Lo que yo entiendo por filosofía se resumen básicamente en reflexionar sobre nuestra vivencia del mundo a partir de la razón. Y la razón es universal, puesto que está basada en la lógica y los hechos empíricos. La razón no depende del lugar en el que estemos, ya sea Europa, América, el planeta Tierra o Marte.

      Gracias a ti, Lu. Te mando un saludo afectuoso.

      Eliminar
  3. Estoy de acuerdo con la mayoría de lo que planteas. Pero si, por ejemplo, digo que tengo interés en conventirme en un médico profesional, sin emoción alguna, debido al entendimiento de que de eso podría ganar dinero, ¿no es éste un interés del intelecto?

    Saludos,
    Marcos.

    ResponderEliminar
  4. Hola, Marcos.

    Difícilmente se puede tomar decisión alguna que no conlleve emoción. Somos seres sintientes y toda nuestra conducta está motivada por sensaciones, emociones y sentimientos.

    Si alguien tiene un interés en convertirse en médico profesional, principalmente como una forma de ganar dinero, entonces está claro que ese interés tiene su fundamento en el deseo de conservar la vida y disfrutar de ella. Para eso sirve el dinero básicamente. Al igual que todo interés, ese interés tiene un fundamento sensitivo, emocional, pero está estructurado y focalizado por el intelecto.

    "Desde tiempos de Descartes (1596-1650,) se había venido entendiendo que las emociones no tienen porqué mezclarse con la razón, es más, se partía del supuesto de que se pueden y deben separar, ya que se consideraba que los sentimientos enturbiaban el buen juicio. Antonio Damasio postula exactamente lo contrario, esto es, que la razón no puede desligarse de su contexto emocional, ya que éste es en realidad un componente fundamental de la toma de decisiones, donde la memoria, formada en su mayoría por recuerdos y vivencias emocionales subjetivas e intransferibles, se sustancia solidariamente en sentimientos y razonamientos.·

    http://www.elportalvoz.com/index.php?option=com_content&view=article&id=700:antonio-damasio-neurologo-emocional&catid=4:los-nuestros&Itemid=101

    Según veo yo, el intelecto como facultad no genera intereses. El intelecto es meramente una herramienta, para satisfacer intereses.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Razonando Ando12 febrero, 2013

    Hola Luis, acabo de leer este artículo y me parece un tema interesante. Según mi punto de vista hay que redefinir lo que se entiende por sintiencia, porque si solamente se dice que es la capacidad de sentir entonces las plantas también son sintientes, ya que pueden sentir, aunque su forma de sentir sea diferente a la forma de los animales. Un ejemplo claro son las plantas carnívoras, que pueden percibir cuando un animal está posado en ellas y lo atrapan. Esa es una forma de sentir, ¿o no? Lo mismo podría decirse de los virus, las bacterias y las células. Todos ellos tienen una forma particular de sentir lo que hay a su alrededor.

    ¿Qué opinas tú al respecto? ¿Crees que estos organismos no sienten o que sienten de forma diferente a los animales?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Razonando.

      La verdad es que tu comentario me deja bastante preocupado. Porque yo pensaba que en este ensayo precisamente estaba definiendo y explicando lo que significa sentir, pero si dices que hace falta definirlo entonces una de dos: o yo me he explicado mal o no has leído bien el artículo.

      En todo caso, repasando esta nota, es cierto que parece que hablo más sobre algunos aspectos de la capacidad de sentir que acerca de lo que en sí mismo significa sentir. Y es que el fenómeno de la sintiencia tiene la particularidad de que, aunque tiene causas objetivas, es un hecho puramente subjetivo. No se puede definir objetivamente como si se tratara de una cosa. Solamente se puede hablar de ello apelando a nuestra propia experiencia interna como sujetos que sienten.

      Por otra parte, y en respuesta a tu pregunta, debo aclarar que las plantas no sienten. Las plantas perciben y reaccionan a estímulos. Pero no sienten. De la misma manera que el agua percibe el calor o el frío y reacciona a esos estímulos. Pero el agua no siente. Sentir no es sinónimo de percibir, reaccionar ni procesar información. Aunque sentir implica todo lo anterior, no se limita o reduce a todo eso, sino que consiste en un salto cualitativo (los denominados qualia) mediante el cual somos conscientes de que existimos y de los sucesos que nos ocurren. Sentir significa experimentar sensaciones o tener percepciones subjetivas. Por ejemplo, ver colores, oír sonidos, padecer dolor,... Este es el fenómeno peculiar que se conoce como sensación y que es la base de la conciencia.

      La neurociencia ha comprobado que para poder sentir es necesario poseer un sistema nervioso activo. El sistema nervioso es la causa de que sintamos. En eso consiste su función. Y no se tiene ninguna constancia de que otro órgano o elemento en otros seres pueda ejercer dicha función.

      La misma razón por la que sabemos que las plantas no sienten, vale igual para otros seres (minerales, virus, bacterias,..) que carecen de sistema nervioso.

      Si lo deseas, puedes leer el siguiente artículo en donde explico este punto con más detalle:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2012/06/y-que-pasa-con-las-plantas.html

      Te agradezco tu comentario. Suele ocurrir a menudo que creemos sinceramente haber explicado algo cuando en realidad no lo hemos hecho, o lo hemos explicado incorrectamente. Y cuando alguien pretende sinceramente conseguir que los demás entiendan lo que dice, es en verdad muy importante tener siempre en cuenta esta posibilidad.

      Un saludo.

      Eliminar
    2. Razonando Ando13 febrero, 2013

      Gracias por la respuesta. Me parece importante definir claramente la sintiencia, porque precisamente la mayoría de la gente usa la palabra percibir como sinónimo de sentir. Y ahí surgen las controversias acerca de las plantas y otros organismos que pueden percibir, pero no sentir como lo has definido. Un saludo.

      Eliminar
  6. Hola, Luis. Ya estoy por aquí.
    ¿Podrías hablarme acerca de las experiencias subjetivas: qué son, en qué consisten, su proceso, cosas por el estilo ?
    ¿Qué es la subjetividad?
    Espero tu respuesta. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Karla.

      En realidad, a responder esas cuestiones que planteas estaba dedicada esta entrada. Pero si no encuentras las respuestas en ella; entonces te expongo el contenido de otros materiales que tratan sobre esos puntos que has mencionado:

      «La consciencia es un concepto que entendemos intuitivamente, pero que es difícil o imposible de describir adecuadamente en palabras. Se puede decir que consciencia es el estado subjetivo de apercibir algo, sea dentro o fuera de nosotros mismos.

      No existe ninguna definición consensuada de la consciencia. Pero consciencia significa experiencia subjetiva, o sea, lo opuesto a objetividad. En algunos escritos la consciencia es considerada sinónimo de mente. Pero la mente incluye procesos mentales inconscientes, y puede definirse como el funcionamiento del cerebro para procesar información y controlar la acción de manera flexible y adaptativa.»

      http://www.tendencias21.net/La-consciencia-es-el-mayor-enigma-de-la-ciencia-y-la-filosofia_a4026.html

      «La subjetividad consiste en que la mente adopte la forma de un sujeto consciente, un yo consciente, consiste en que parte de la mente, que es una multiplicidad de neuronas, se "cosifique" (emerja efectivamente y de manera objetiva, en cierta escala al menos, a simple vista en nuestro caso, es decir, a escala macroscópica confinada) en una sola cosa e individual (con un error despreciable en la práctica a simple vista), en la forma de un ente subjetivo, que por tanto deberá ser a ciertos efectos, y lógicamente, único (uno solo) e individual (indivisible), y por tanto ser efectiva dicha propiedad de la subjetividad, en la práctica, y con un error despreciable a ciertos efectos (despreciable, por ejemplo, porque no hay un yo concreto a todos los efectos en el cerebro, sino sólo al efecto de la percepción subjetiva), en la forma de un espectador concreto (aparentemente), único e individual de la realidad.»

      http://www.monografias.com/trabajos70/que-es-conciencia/que-es-conciencia.shtml

      «[...] para que esa mente llegue a ser consciente requiere que se le añada una nueva propiedad: la subjetividad. Esta propiedad añade el sentimiento, que suele acompañar a la experiencia perceptiva. En otras palabras, para que la mente llegue a ser consciente es preciso que en el cerebro se genere una identidad personal, un sujeto que conoce (percibe) y al crearse la representación del “YO” surge la subjetividad.»

      http://www.ub.edu/pa1/node/128

      «Damasio sostiene que, durante el proceso evolutivo, han surgido en ciertas regiones cerebrales la capacidad de hacer representaciones de segundo orden que reflejan los cambios que experimenta el proto-yo cuando el organismo reacciona y se altera como consecuencia de su interacción con el mundo exterior. Para Damasio, el sentido del yo proviene precisamente de esta representación neuronal de segundo orden que refleja los cambios del proto-yo. Surge así lo que el autor denomina el yo-central, del que sí somos conscientes y que se dispara ante la percepción de cualquier objeto.»

      http://cienciascognoscitivascr.blogspot.com.es/2011/10/educacion-emocional-eduard-punset-redes.html

      Eliminar
    2. «Una metáfora muy utilizada para explicar la consciencia es la que afirma que de la misma manera que la temperatura no es más que la cinética o velocidad de movimiento de las partículas que integran un cuerpo, la consciencia debería ser lo mismo que la actividad fisiológica cerebral que la hace posible, y punto. Es decir, lo mismo aunque visto desde otra perspectiva. Pero no podemos conformarnos con esa explicación, porque aunque la temperatura que evalúa un termómetro sea únicamente una manera macroscópica de observar el movimiento de las partículas, el cerebro, a diferencia del termómetro, no sólo evalúa, sino que convierte el resultado de su evaluación en la experiencia que llamamos calor. Si entonces decimos que el calor no es otra cosa que el modo que tiene nuestro cerebro de percatarse del movimiento de las partículas de un cuerpo, seguimos sin explicar la naturaleza o cualidad de esa percepción consciente, de ese quale

      http://www.investigacionyciencia.es/blogs/psicologia-y-neurociencia/37/posts/la-naturaleza-de-la-consciencia-11824

      «La conciencia es una propiedad del tejido nervioso (al menos) consistente en que la información transmitida es consciente. Las neuronas no son conscientes, lo consciente es la información que transmiten.»

      http://www.redcientifica.com/doc/doc200506060602.html

      "Con todo, sin embargo, nada mejor, para entender qué es una emoción que la descripción de lo que ocurre y se siente cuando se experimenta: imagínese a Ud. mismo sentado plácidamente en el banco de un parque tomando el sol. Su percepción de lo que le rodea o de sus propias imágenes mentales vagan, dispersas, sin un foco de atención preciso. De pronto, escucha un gruñido amenazador. Un perro enorme, enseñando agresivamente los dientes, parece presto a abalanzarse sobre Ud. Ante aquella fuente de peligro su cerebro, su mente y su cuerpo sufren un cambio brusco, inmediato. Ud. se apresta o bien a correr o bien a luchar y defenderse. Su foco de atención se centra ahora en el perro. Su corazón golpea fuertemente el pecho y respira más deprisa y más profundamente. Su cuerpo (lo que incluye su cerebro) experimenta miles de cambios, sensoriales, motores, cognitivos, endocrinos, metabólicos, conducentes a facilitar la huida (correr) o el ataque (contra el enemigo). Está Ud. ante una fuerte reacción emocional."

      http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/viewArticle/1543/1560

      «Sin duda, el término qualia no pertenece a nuestro lenguaje ordinario. Por el contrario es un término introducido en la jerga filosófica para hacer referencia a un aspecto específico de nuestra vida mental. Lo mismo ocurre con otras expresiones que en ocasiones aparecen como sus sinónimos: «conciencia cualitativa», «conciencia fenoménica», «sensaciones brutas» (rawfeels), «cualidad subjetiva de la experiencia», «experiencia consciente», e inclusive «conciencia» y «experiencia» como abreviaturas de algunas de las anteriores.»

      http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2572229

      Eliminar
    3. Si quieres profundizar más a fondo puedo enviarte una colección de libros sobre neurociencia que tratan específicamente sobre la cuestión de la subjetividad y la experiencia consciente.

      Eliminar
  7. Hola
    Otra cosa que no termino de comprender es lo de los "intereses". Evidentemente un animal tiene interés por comer, por ejemplo, porque es necesario para su vida. Pero no veo la diferencia entre ese "interés" y el de una planta por posicionar mejor sus ramas para captar más luz.
    Espero puedas resolver estas dudas.
    Un saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Jesús.

      Los intereses a los que me refiero son los deseos básicos que todo ser sintiente posee por el hecho de estar dotado de sensación. Y para poder tener deseos es necesario que primero haya sensaciones que motiven el surgimiento de dicho deseo.

      El comportamiento de las plantas es idéntico al de, por ejemplo, nuestro aparato digestivo. Son entidades que simplemente reaccionan ante estímulos. Nuestro aparato digestivo no tiene interés de digerir la comida; sino que actúa de forma mecánica ante la presencia de determinadas sustancias. El aparato digestivo no posee sensaciones ni deseos. Es un aparato biológico programado para actuar mecánicamente. Para que haya sensaciones (y, por tanto, intereses) tiene que haber un fenómeno de experiencia subjetiva que sólo se produce en el sistema nervioso central.

      Sentir significa percibir conscientemente. Cuando las plantas reaccionan ante determinado estímulo (es decir, cuando se mueven o emiten sustancias) es consecuencia de una percepción no consciente. Las plantas perciben (igual que las máquinas también perciben) pero no procesan esa percepción en forma consciente, puesto que no poseen ningún órgano que pueda realizar esa función. Cuando hablo de conciencia me refiero a lo que entendemos por sensación: dolor, placer, hambre, alegría, tristeza, imagen, sonido, sabor, tacto, olor,...

      Todos los seres vivos basan su funcionamiento en un proceso fundamental que es la homeostasis. La homeostasis es una regulación automática cuya función es asegurar que todos los organismo vivos se conserven. La homeostasis es la causa de que las plantas reaccionen para sobrevivir; pero este proceso no implica ni equivale a tener conciencia. Es un proceso automático, programado, no-consciente. La vida es un fenómeno que carece de conciencia inherente; como lo son todos los procesos que forman parte de ella (la respiración; la digestión,...). Nada de esto implica o conlleva sensaciones.

      Te pondré otro ejemplo: seguramente te haya pasado alguna vez que los pelos de tu cuerpo se erizaron como reacción ante el frío. En realidad lo que sucede en este caso es que los poros de la piel se cierran para intentar retener el calor y mantener la temperatura corporal que es necesaria para el buen funcionamiento del organismo. Esto es homeostasis. Pero ¿a que tú no has dirigido este proceso de forma consciente? Este fenómeno es automático y es parte del proceso biológico de la vida. Ahora bien, seguro que al ocurrir esto, tú has sentido algo. Has sentido frío o has sentido tacto. Esto sí es percepción consciente. Esto sucede aparte de la percepción no-consciente. Tu cuerpo podría fallar en su homeostasis y tus poros podrían seguir abiertos, mientras que al mismo tiempo seguirías sintiendo frío (o también podría sucede al contrario). Y ante esas sensaciones aparecen deseos: el deseo de abrigarte, el deseo de buscar un refrigerio, etc..

      La conciencia engloba lo que denominamos sensaciones, emociones, sentimientos, deseos, intenciones. Es cierto que todo esto ocurriría como consecuencia última de procesos no-conscientes (homeostasis) pero entre ambos procesos (percepción consciente y percepción no-consciente) hay una diferencia cualitativa. La sintiencia es una herramienta biológica que ha surgido en los animales para asegurar su conservación. Por tanto, la sintiencia es también una consecuencia de la homeostasis, pero es una cualidad diferente y aparte del resto de procesos fisiológicos.

      Las plantas reaccionan ante estímulos por estar vivas, por homeostasis, sin que haya sensación alguna de por medio. Por eso decimos que las plantas no tienen intereses, porque interés es sinónimo de deseo, y el deseo es un fenómeno consciente que implica sensaciones.

      Un saludo.

      Eliminar
    2. Maravillosa y oportuna respuesta.

      Eliminar
  8. Hola Luis, te felicito por el artículo. Leo en el primer párrafo que coges un frase de Karl Popper donde dice: «Hay buenas razones para suponer que los [demás] animales poseen una conciencia parecida a la nuestra. (...) » Podrías indicarme la referencia bibliográfica de Popper donde encontrar este párrafo. Muchas gracias y ehhorabuena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Cristina. Gracias por tu comentario.

      La referencia de la cita de Popper puedes encontrarla clicando en su nombre. Si te fijas, hay muchas palabras en el texto del blog que han sido enfatizadas en una tonalidad de azul oscuro; eso significa que son palabras que están enlazadas a otras páginas relacionadas con el nombre o el concepto al que hacen referencia.

      Un saludo.

      Eliminar
  9. Muchas gracias Luis, te vuelvo a felicitar, estupenda recopilación.

    ResponderEliminar

LOS COMENTARIOS ESTÁN MODERADOS

Todos los comentarios serán revisados antes de ser publicados para comprobar si se ajustan a la temática del blog y las normas de convivencia. En ningún caso se permite el uso de palabras en mayúsculas —equivalen al empleo de gritos en una conversación— ni tampoco el uso de insultos, amenazas o cualquier forma de violencia verbal. Si desea participar en el foro, por favor, respete las normas de este blog.

Gracias por su atención.